Quincy Jones, el todoterreno
El m¨²sico, que ha fallecido a los 91 a?os, era un creador omn¨ªvoro que viv¨ªa para el presente
Era un aventurero, un diplom¨¢tico, un creador omn¨ªvoro que viv¨ªa para el presente; ven¨ªa del jazz pero no hac¨ªa ascos a las otras m¨²sicas. Como tantos jazzmen, huyendo del racismo, vivi¨® la experiencia europea; en Francia se integr¨® en la compa?¨ªa Barclay. Se mov¨ªa tan bien por los estudios de grabaci¨®n como por los despachos. De vuelta en EE UU, en 1961 fue nombrado vicepresidente de la discogr¨¢fica Mercury Records, entonces una de las majors de la indus...
Era un aventurero, un diplom¨¢tico, un creador omn¨ªvoro que viv¨ªa para el presente; ven¨ªa del jazz pero no hac¨ªa ascos a las otras m¨²sicas. Como tantos jazzmen, huyendo del racismo, vivi¨® la experiencia europea; en Francia se integr¨® en la compa?¨ªa Barclay. Se mov¨ªa tan bien por los estudios de grabaci¨®n como por los despachos. De vuelta en EE UU, en 1961 fue nombrado vicepresidente de la discogr¨¢fica Mercury Records, entonces una de las majors de la industria, con responsabilidad sobre el jazz y el pop, consiguiendo significativos ¨¦xitos con la vocalista Lesley Gore.
Seg¨²n avanzaban los sesenta, se desplaz¨® a Los ?ngeles. Hollywood apreciaba su flexibilidad para hacer bandas sonoras y abundantes artistas requer¨ªan sus arreglos, una carga de trabajo que le obligaba a subcontratar muchos encargos a colegas menos visibles. En los setenta, estableci¨® una relaci¨®n fruct¨ªfera con A & Records, el sello fundado por Herb Alpert, donde descubri¨® a la banda funk Brothers Johnson y public¨® discos propios de amplio espectro.
Lo que aprendido entonces le sirvi¨® para configurar en 1979 el despegue de Michael Jackson como solista, tras los discos rutinarios lanzados por Motown. Logr¨® un sonido rutilante, a partir de canciones seleccionadas con inteligencia, representando un R&B puntero pero accesible para el gran p¨²blico. Funcion¨® m¨¢s all¨¢ de lo que ambos pudieran imaginar, despertando incluso los celos de Michael: intent¨® maniobrar para recibir algunos de los premios Grammy que llov¨ªan sobre Quincy.
En los ochenta se produjo un gran cisma entre la m¨²sica negra, con la implantaci¨®n del hip-hop. A diferencia de muchos compa?eros de generaci¨®n, Quincy abraz¨® sus t¨¦cnicas de producci¨®n y la inventiva verbal de los raperos. Lo evidenci¨® en Back on the Block (1989), un proyecto multigeneracional que reivindicaba la ininterrumpida tradici¨®n de la m¨²sica afroamericana. Igual prop¨®sito estaba detr¨¢s de la revista Vibe, fundada en 1993; cierto que la muy cuidada publicaci¨®n termin¨® centrada en los triunfadores del momento.
Aunque estaba en la cresta de la ola, Quincy no renunciaba a sus viejos amigos. Organiz¨® L. A. Is My Lady (1984), el ¨²ltimo ¨¢lbum como solista de Frank Sinatra. Supo convencer a un Miles Davis muy enfermo para que viajara a Montreux en 1993 y revisara en el festival de la ciudad suiza su majestuoso trabajo con Gil Evans; las miradas al pasado eran anatema para el trompetista, que falleci¨® tres meses despu¨¦s.
Como buen productor, Jones sab¨ªa manejar los egos. Conviene ver su habilidad para controlar a la plana mayor de la m¨²sica estadounidense durante la noche de 1985 cuando se grab¨® el himno We Are the World; solo un desconfiado Prince se resisti¨® a participar. En sus ¨²ltimas d¨¦cadas, Quincy era ya un t¨®tem de su pa¨ªs, con todo tipo de honores; tambi¨¦n se implicaba en actividades filantr¨®picas y controlaba su imperio multimedia. En 2018, una entrevista a tumba abierta caus¨® un terremoto, con sus cr¨ªticas a los Beatles y sus revelaciones de intimidades ajenas. Puede sonar a t¨®pico pero es demostrable: no par¨® de agitar el avispero pr¨¢cticamente hasta el final.