Quincy Jones, el productor musical que rein¨® en el siglo XX y tuvo que comer ratas de ni?o
Ha ganado 27 premios Grammy y un Oscar, con 87 a?os se publica en Espa?a una autobiograf¨ªa en la que habla de su dura infancia, de su madre enferma mental, y de c¨®mo alcanz¨® el ¨¦xito


Pocas personas en el mundo pueden ser conocidas por una ¨²nica letra. Una de ellas es Quincy Jones, Q, el productor musical m¨¢s poderoso del siglo XX, el amigo de Martin Luther King, el productor de Michael Jackson, el hermano que Frank Sinatra nunca tuvo, y tambi¨¦n el ni?o que creci¨® en Kentucky y al que su abuela paterna, que fue esclava, alimentaba con lo ¨²nico que ten¨ªa disponible: ratas fritas.
Ahora, con 87 a?os, el compositor, director, arreglista y productor estadounidense, publica en Espa?a una autobiograf¨ªa que ha salido a la venta este lunes, Q, autobiograf¨ªa de Quincy Jones, en la que habla de sus andanzas musicales pero en la que tambi¨¦n repasa su dura infancia y la relaci¨®n que le ha unido a mitos de la m¨²sica como Frank Sinatra o Michael Jackson, entre otros.
Quincy Jones naci¨® en Chicago el 14 de marzo de 1933 y lo que se conoc¨ªa hasta ahora de sus primeros a?os se limitaba a que era hijo de Sarah Frances y del jugador de b¨¦isbol Quincy Delight Jones, que se traslad¨® a vivir a Bremerton, un suburbio de Seattle, cuando ten¨ªa 14 a?os y que all¨ª comenz¨® a tocar la trompeta en clubs de soul. Ahora tambi¨¦n se sabe por lo que ¨¦l mismo ha relatado que se cri¨® junto a su hermano peque?o, Lloyd, con su abuela paterna que fue esclava en Louisville y que sus primeros a?os de vida fueron todo menos sencillos. La precariedad en la que viv¨ªan les hizo comer ratas fritas cuando no hubo otra cosa que llevarse a la boca y que su madre, Sarah, sufri¨® una enfermedad mental que marc¨® la vida del productor. Antes de unirse a su padre, ella ya ten¨ªa tres hijos de una relaci¨®n anterior y durante a?os estuvo entrando y saliendo de hospitales psiqui¨¢tricos debido a la esquizofrenia que padec¨ªa. Una enfermedad que condicion¨® la vida de sus hijos, entre ellos el famoso productor musical que, seg¨²n relata, no pudo tener una relaci¨®n cercana con ella hasta que no fue un adulto.
A pesar de la dureza de algunas de las situaciones que vivi¨®, Jones era un genio precoz que encontr¨® en la m¨²sica su mayor destreza. Comenz¨® a tomar clases de trompeta en la escuela y a los trece a?os, seg¨²n explica en sus memorias, ya realiz¨® arreglos para el trompetista Clark Terry y dos a?os despu¨¦s despert¨® el inter¨¦s del pianista Lionel Hampton, una relaci¨®n que se trunc¨® porque la esposa de este ¨²ltimo le neg¨® que formara parte de la orquesta hasta que terminara el colegio. Sus dotes naturales le hicieron tocar el cielo de la m¨²sica y salvarse de un destino incierto a causa de una infancia al borde de la ley y del dolor que supuso la locura de su madre.

En su historial de creaciones aparecen nombres tan conocidos como Ray Charles, Frank Sinatra, Dinah Washington, Sarah Vaughan o Count Basie y tambi¨¦n otros relacionados con el cine, como los del director Steven Spielberg o el actor Will Smith, ya que ha compuesto las bandas sonoras de pel¨ªculas como El prestamista, A sangre fr¨ªa, En el calor de la noche o El color p¨²rpura y fue el productor de la famosa serie El pr¨ªncipe de Bel-Air . Tambi¨¦n temas musicales para t¨ªtulos televisivos como Ironside, Sanford and son o El show de Bill Cosby. Ha ganado 27 premios Grammy y un Oscar entre otros galardones, pero tambi¨¦n un r¨¦cord de momento imbatido: ser el productor del ¨¢lbum m¨¢s vendido de todos los tiempos, Thriller, de Michael Jackson.
Tambi¨¦n a su influencia se debe que en 1985 algunos de los principales artistas estadounidenses de la ¨¦poca se pusieran de acuerdo para grabar una canci¨®n que se ha convertido en himno, We are the world, y que entonces sirvi¨® para recaudar dinero para las v¨ªctimas del hambre en Etiop¨ªa. Public¨® las revistas Vibe y SPIN y en 1990 cre¨® Quincy Jones Entertainment en una inversi¨®n junto a Time Warner.
Pero al margen de sus logros musicales y en los negocios, de haber convertido en actriz a la comunicadora Oprah Winfrey en la pel¨ªcula El color p¨²rpura y haber acumulado una fortuna que se calcula en m¨¢s de 400 millones de d¨®lares (casi 330 millones de euros), el m¨²sico confiesa en sus memorias que nunca intent¨® perseguir la fama. ¡°Uno se topa con ella, as¨ª de simple. Disfrut¨¦ de las mismas cosas buenas que Sinatra o que Basie o Smelly (el apodo que utiliza para Michael Jackson, pero sin las complicaciones que ellos conlleva. Cuando la fama te alcanza, m¨¢s vale estar preparado. Luego, cuando llueve, a mojarse y punto¡±, afirma en el libro que ahora aparece en Espa?a y cuyo primera edici¨®n apareci¨® en Estados Unidos en 2001.

En sus memorias dedica algunos cap¨ªtulos a Frank Sinatra, para quien el productor fue el hermano que nunca tuvo. Ambos se entendieron bien hasta la muerte del cantante. Jones dice de Sinatra: ¡°Frank era de mi estilo. Estaba en la onda, era franco y directo y, por encima de todo, era un musicazo. Le quer¨ªa un mont¨®n, lo reconozco; le quise tanto como a cualquier otro m¨²sico con quien haya trabajado en mi vida, porque era un hombre sin medias tintas. O blanco o negro. Si te quer¨ªa, era capaz de hacer cualquier cosa por ti; si no le ca¨ªas bien, el problema era tuyo. Me consta que ¨¦l tambi¨¦n me quer¨ªa¡±, afirma.
A Michael Jackson, a quien llama Smelly, lo conoci¨® cuando el cantante ten¨ªa 12 a?os. De ¨¦l le impresion¨® su profesionalidad, que era ¡°genuinamente t¨ªmido¡± y que escond¨ªa ¡°una asombrosa existencia¡±. De esa uni¨®n surgieron grandes ¨¦xitos para ambos y en la autobiograf¨ªa Jones afirma que ¡°hasta hoy, nadie ha sido tan grande como Smelly¡±. Estas declaraciones contradicen otras que llegaron a ser muy pol¨¦micas en las que afirm¨® por ejemplo que Jackson era ¡°codicioso, maquiav¨¦lico¡± y que desde el punto de vista musical hab¨ªa ¡°robado muchas cosas¡±. Tambi¨¦n ha llegado a decir que The Beatles han sido ¡°los peores m¨²sicos del mundo, unos hijos de perra que no sab¨ªan tocar¡±, o que Paul McCartney era ¡°el peor bajista que he escuchado en mi vida¡±.
Por todas estas declaraciones los siete hijos que ha tenido dentro y fuera de sus tres matrimonios, le conocen por el sobrenombre de loose lips, lo que podr¨ªa traducirse por bocachancla o incontinente verbal en lenguaje coloquial. Un defecto que tambi¨¦n ha llegado a crearle problemas en sus opiniones m¨¢s personales, como cuando declar¨® en una entrevista a la revista GQ cuando ya ten¨ªa 84 a?os que ten¨ªa 22 novias distribuidas alrededor del mundo y que no le gustaban las mujeres mayores. ¡°?Me imaginas con una mujer de 84 a?os? ?Est¨¢s loco?¡±, le dijo al entrevistador. Y continu¨®: ¡°Si pudiera instalar¨ªa alguna tecnolog¨ªa que mantuviera alejadas a las viejas y las gordas. Algo as¨ª como unos sensores que empezaran a vibrar si una es demasiado mayor¡±. Al parecer a este fanfarr¨®n impenitente, solo algunas de sus hijas son capaces de ponerle trabas y para que no se molesten porque sus novias son m¨¢s j¨®venes que ellas, debe buscar entre las que tienen entre 28 y 42 a?os.
Como tantos otros artistas de fama internacional Quincy Jones no se ha librado del azote de las adicciones y en su caso confes¨® en 2019 que solo hac¨ªa tres a?os que se hab¨ªa curado de su afici¨®n al alcohol. Tampoco ha conseguido que su vida personal haya sido un camino de rosas que transcurriera en paralelo a su ¨¦xito profesional, aunque al menos es capaz de reconocerlo ya que en sus memorias da voz a amigos, mentores y familiares y no censura la cr¨ªtica. Un ejemplo es el de su hijo Quincy Jones III, que ahora tiene 52 a?os y que naci¨® de su segundo matrimonio con la modela sueca Ulla Andersson, de 74. Su hijo cuenta c¨®mo a pesar de los millones que maneja su madre, ¨¦l y su madre han vivido durante a?os en un suburbio de Estocolmo en condiciones de precariedad econ¨®mica. La respuesta de Quincy Jones no trata de poner b¨¢lsamo a sus errores: ¡°Tal vez sea un experto en blanquear lo que he hecho mal a lo largo de mi vida, pero nunca me olvido de nada¡±.
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