Paula Ortiz, cineasta: ¡°La violencia sexual no parar¨¢ hasta que no ejerzamos el poder sin ser cuestionadas¡±
La directora de ¡®La virgen roja¡¯, nominada a 9 premios Goya, reflexiona sobre el MeToo o el descr¨¦dito hacia lo femenino: ¡°Con barba y gafas de pasta, no tendr¨ªa que justificarme tanto¡±
Paula Ortiz (Zaragoza, 45 a?os) tiene mucho de las mujeres adelantadas a su tiempo que retrata en sus pel¨ªculas. Es pasional como La novia, profunda como Teresa, audaz como La virgen roja. Hija de profesores de secundaria y nieta de ¡°gente del campo de Teruel¡±, su mundo es el de las palabras y las ideas....
Paula Ortiz (Zaragoza, 45 a?os) tiene mucho de las mujeres adelantadas a su tiempo que retrata en sus pel¨ªculas. Es pasional como La novia, profunda como Teresa, audaz como La virgen roja. Hija de profesores de secundaria y nieta de ¡°gente del campo de Teruel¡±, su mundo es el de las palabras y las ideas. As¨ª que las alfombras rojas le siguen costando un poco. Porque si eres directora, a veces, se habla m¨¢s de tu vestido que de tu cine. Y el suyo tiene mucho que decir. En ¨¦l, evidencia la represi¨®n de las mujeres a lo largo de la historia. Tambi¨¦n, sus contradicciones. Porque, adem¨¢s del peso de la presi¨®n est¨¦tica y las renuncias, sufrimos la culpa. ¡°Nos reprime mucho m¨¢s que a los hombres¡±, reconoce.
Pregunta. ?Qu¨¦ hacemos entonces con la culpa por estar hoy lejos de su hijo?
Respuesta. Esa no consigo quit¨¢rmela... Cuando estoy en Madrid trabajando, el pensamiento de ¡°deber¨ªa estar en Zaragoza con ¨¦l¡± no se va. ?He hecho aut¨¦nticas salvajadas! Ir y volver todos los d¨ªas para cenar o dormir en casa en medio de una pel¨ªcula. Queremos convertirnos en mujeres empoderadas, pero hay contradicciones.
P. ?S¨ª? ?Cu¨¢les?
R. Pues que es imposible aspirar a hacer grandes pel¨ªculas, pero tambi¨¦n querer dormir todos los d¨ªas con mi hijo en Zaragoza. Tengo compa?eros que como yo son de fuera y se quedan en Madrid para descansar, pero a nosotras la culpa nos quita fuerzas f¨ªsicas e intelectuales.
P. ?Por qu¨¦ no despega el MeToo en el cine espa?ol?
R. Es complicado... La violencia necesita visibilizarse, pero de forma impecable para no distorsionar. Nuestra industria al ser medi¨¢tica, a veces, no pasa por los estamentos que deber¨ªa. Tiene que estar sometido al sistema judicial, no solo a la prensa y las redes sociales. Hace falta una responsabilidad moral muy fuerte porque estamos hablando de una herida que nos ha pasado a todas gradualmente.
P. ?Gradualmente?
R. S¨ª, porque en distinto grado, la violencia se basa en lo mismo. Es un ejercicio de poder, desde una violaci¨®n hasta amenazas o coacciones. Has tenido que ser monja de clausura para no vivir una situaci¨®n as¨ª en cualquier ¨¢mbito laboral. Es doloroso, pero, al final, todo es verdad a la vez. Por un lado, quiero reconocer a los hombres buenos de mi vida (mi padre, mi hermano, mis parejas...), aunque tambi¨¦n denunciar a los que han atentado contra mi autoestima.
P. ?Ha sufrido alg¨²n tipo de violencia o abuso?
R. Mmm, situaciones de abuso que ten¨ªan que ver con esa imposici¨®n del poder masculino sobre el femenino. Y eso te construye la personalidad cuando eres joven y te tienes que ir recuperando.
P. ?Fue en el trabajo?
R. S¨ª, una vez un hombre me dijo: ¡°Si no haces esto y pasas por aqu¨ª, no conseguir¨¢s esto otro¡±. Y as¨ª fue. No hice A, pues no ocurri¨® B.
P. ?Una imposici¨®n sexual?
R. S¨ª... [Hace una pausa]. Esto ha pasado y pasa. Mientras no podamos ir al centro del poder y ejercerlo sin ser cuestionadas y castigadas, esta violencia sexual estructural no va a parar.
En el MeToo hace falta una responsabilidad moral muy fuerte porque es una herida que nos ha pasado a todas¡±
P. A nosotras se nos castiga por ser ambiciosas, en ellos es un valor.
R. Por eso me resulta tan atractiva la figura de la reina Letizia. Se ha metido a un centro de poder como la monarqu¨ªa, pero se la juzga dur¨ªsimamente por estar ah¨ª, a pesar de la inteligencia que emana. Si comparas las cr¨ªticas y comentarios que recibe el rey con los que soporta ella, ocupando la misma posici¨®n, se ve el doble rasero.
P. Si duda, la reina tiene una pel¨ªcula.
R. ?Me encantar¨ªa hacerla! Un d¨ªa la tengo que conocer, adem¨¢s compartimos varios apellidos [Se r¨ªe].
A la reina Letizia se la juzga dur¨ªsimamente por estar en un centro de poder, mucho m¨¢s que al rey¡±
P. Como cineasta, ?ha sentido tambi¨¦n esa doble vara de medir?
R. En mi primer corto me ten¨ªa que desga?itar para que me hiciesen caso. Lo llevaba a?os preparando, pero ten¨ªa un equipo masculino que consideraba que sab¨ªa m¨¢s que yo. Con 30 kilos m¨¢s, m¨¢s alta, barba, gafas de pasta y camiseta de Iron Maiden no habr¨ªa tenido que justificar tanto las decisiones que tomaba.
P. ?Y ahora?
R. Cuando he hecho textos de Lorca, de Santa Teresa o de Hemingway, la prensa o algunos productores me preguntan: ¡°?C¨®mo te atreves?¡±. Y yo pienso: ¡°?Y por qu¨¦ no?¡±. Tambi¨¦n me han dicho alguna vez que soy ¡°pretenciosa¡±. Y yo respondo: ¡°Pues s¨ª, la verdad es que pretendo¡±. [Se r¨ªe].
¡°Hay desconfianza a dar a las mujeres grandes proyectos. No somos un g¨¦nero, somos la mitad de la creatividad mundial¡±
P. Dice que le gustar¨ªa hacer un largometraje sobre el centro del poder desde lo femenino. ?En qu¨¦ sentido?
R. S¨ª, es una obsesi¨®n. Porque vivimos en una civilizaci¨®n asentada sobre un relato que dice que si las mujeres van al centro del poder desatan el mal. Estas son las historias de Eva y Pandora. Hay que deshacer ese esquema. Si una mujer va al centro del poder pol¨ªtico, religioso, cient¨ªfico, art¨ªstico, espiritual... tiene que ejercerlo.
P. Pero cuesta.
R. Porque, culturalmente, hay desconfianza a dar a las mujeres grandes proyectos. En el cine, mientras nos movamos en el ¨¢mbito de lo femenino, lo ¨ªntimo, lo delicado, lo marginal, bien. Pero, ?y si queremos tambi¨¦n hablar de la tercera guerra mundial? Las pel¨ªculas dirigidas por mujeres no son un g¨¦nero cinematogr¨¢fico, somos la mitad de la creatividad mundial.
P. Su pel¨ªcula La virgen roja est¨¢ nominada a los Goya en nueve candidaturas. ?Por qu¨¦ le sorprendi¨®?
R. Porque el a?o pasado hice Teresa y no logr¨¦ ninguna nominaci¨®n. Es verdad que eran pel¨ªculas muy distintas, pero siento que soy la misma directora, tengo el mismo equipo y sigo la misma filosof¨ªa. Ese d¨ªa no me maquill¨¦ y tuve que ir a la Academia hecha un cuadro porque no me lo esperaba.
P. ?Cu¨¢nto pesan las filias y las fobias entre los acad¨¦micos?
R. La Academia al final refleja corrientes de sensibilidad. A veces, se vota por razones m¨¢s afectivas y menos reflexivas de lo que pueda parecer. Tambi¨¦n, se vota lo que se ha votado antes por tradici¨®n y eso afecta a las mujeres. En la Ilustraci¨®n, las academias fueron lugares de vanguardia donde proponer y avanzar. El arte debe ser inc¨®modo y no puede ser blanco. A las creadoras tampoco nos hace bien que nos coloquen en lo blanco.
En los Goya, nos afecta que se vote por tradici¨®n o que nos coloquen en lo blanco¡±
P. ?C¨®mo lleva las alfombras rojas?
R. Mal... No entiendo hacer una pel¨ªcula durante seis a?os y que se reduzca a un tuit o a un comentario sobre mi vestido. ?Mi tiempo medi¨¢tico es para que cuente mi look y a mi compa?ero que va en traje le dan tiempo para hablar de su pel¨ªcula? Entiendo que los premios son concebidos para perpetuar las pel¨ªculas, pero me cuesta. Es una exageraci¨®n, aunque, ?no puede ser que valga m¨¢s mi vestido que lo que he cobrado!
P. La presencia de influencers en las galas y festivales no ayuda, ?no?
R. Si conectan con la gente, no soy nadie para juzgarlo, pero me preocupa la superficialidad y la banalizaci¨®n. Hay influencers que preguntan en las alfombras rojas que ni siquiera han visto las pel¨ªculas ni saben de qu¨¦ tratan. Yo no ir¨ªa jam¨¢s a un congreso de m¨¦dicos.
P. ?Le afectan mucho las cr¨ªticas?
R. Intento no leerlas por disciplina, lo hago cuando pasa un tiempo. No tengo X porque me di cuenta que, sin querer, solo me fijaba en lo negativo. Cuando hay algo verdadero en la cr¨ªtica, te duele, pero sabes que es verdad.
Hay ¡®influencers¡¯ en las alfombras rojas que no han visto las pel¨ªculas¡±
P. En La virgen roja, Aurora cr¨ªa a su hija Hildegart para que sea la mujer del futuro. Sin embargo, cuando ve que es libre, la mata. ?Qu¨¦ otras contradicciones tiene el feminismo?
R. Muchas, lo habl¨¢bamos al principio. La lucha entre nosotras es incomprensible, pero no se puede negar la dimensi¨®n de la maldad de la mujer. Las mujeres somos seres miserables tambi¨¦n, no solo hero¨ªnas. Se dan actos de violencia por parte de mujeres hacia otras mujeres. Hay que poder decirlo y no por eso se es menos feminista sino que es una manera de limpiar ese patr¨®n.
P. Su pel¨ªcula habla, sobre todo, del fanatismo... La t¨®nica de estos tiempos.
R. Ser un fan¨¢tico es no cuestionar. Por ejemplo, el trumpismo ha vuelto acr¨ªticos a sus seguidores. Cuando prepar¨¦ la pel¨ªcula, le¨ª discursos pol¨ªticos y noticias de la Segunda Rep¨²blica y expresaban mejor sus ideas, con m¨¢s profundidad, lo que les permit¨ªa comprender al de enfrente. Ahora todo es brocha gorda y esto genera m¨¢s fan¨¢ticos.
P. ?En qui¨¦n va a pensar si gana el Goya a mejor direcci¨®n?
R. En mis padres, pero sobre todo, en mi hijo Leo, que sale 10 segundos en La virgen roja cantando un verso de La Internacional: ¡°?Es el fin de la opresi¨®n!¡±.