Unos premios Oscar con mucho tequila y muy poco Donald Trump
Hollywood festeja su gran noche sin apenas comentarios sobre el retorno del republicano a la Casa Blanca. Brasil festeja su primer Oscar con una advertencia sobre c¨®mo el fascismo penetra en la sociedad
El tequila lubric¨® la gran noche en la que Hollywood no quiso hablar de Donald Trump. La bebida fluy¨® con abundancia en los cuatro niveles del Dolby, donde estuvo reunida la industria mundial del cine. Las barras son el ¨²nico refugio ante el lento paso del tiempo de las ceremonias. All¨ª se instal¨® varios minutos Adrien Brody, camuflado bajo un enorme florero junto a su madre y su pareja. Volvieron al teatro cuando The Brutalist gan¨® mejor el premio a la mejor fotograf¨ªa y minutos antes de que el protagonista de la pel¨ªcula recogiera de nuevo, 22 a?os despu¨¦s, el premio a mejor actor. ¡°Si el pasado nos ense?a algo es que no podemos dejar pasar por alto el odio. Luchemos por lo que es correcto¡±, dijo Brody en el escenario en el que fue uno de los destellos pol¨ªticos de la noche junto al que dieron los cineastas de No Other Land, el documental sobre la ocupaci¨®n de Palestina.
Primero sucedi¨® con El pianista, que le dio a Brody su primer Oscar. Ahora repite el premio con otra pel¨ªcula vinculada con el Holocausto. Su personaje, L¨¢szlo Toth, un arquitecto jud¨ªo, abandona Hungr¨ªa para comenzar su vida en Estados Unidos. La pel¨ªcula es un monumento a los cimientos del sue?o americano en la posguerra. Y una historia que subraya c¨®mo los inmigrantes han ayudado a construir este pa¨ªs.
Eso fue algo en lo que tambi¨¦n se detuvo Zo¨¦ Salda?a, al recoger el premio a mejor actriz de reparto por Emilia P¨¦rez. ¡°Soy una orgullosa hija de padres que migraron con sue?os, dignidad y manos muy trabajadoras¡±, asegur¨® la actriz, quien se convirti¨® en la primera con ra¨ªces dominicanas que gana un Oscar.
Los discursos fueron solo unas t¨ªmidas pinceladas en la nueva era de Donald Trump. El presidente volvi¨® a la Casa Blanca para impulsar una ofensiva contra los migrantes, redoblar su apuesta por su agenda nacionalista, destruir el legado de Joe Biden y una pol¨ªtica internacional que ha convertido a Estados Unidos en un aliado imprevisible y en el que no se puede confiar.
Hollywood se mantuvo pr¨¢cticamente en silencio ante esta andanada de Trump 2.0. En los primeros cuatro a?os de su Gobierno, en cambio, los premios de la Academia fueron la plataforma para combativos discursos y llamados a la acci¨®n. El domingo, sin embargo, la gran cruzada fue abanderada por Sean Baker, el triunfador de la noche con cuatro de los cinco premios que obtuvo su pel¨ªcula, Anora. El cineasta independiente aprovech¨® sus varias visitas al escenario para defender el legado de las pel¨ªculas y las salas de cine en los tiempos del reinado de las plataformas digitales. Su discurso fue muy aplaudido entre sus colegas.
¡°Supongo que los americanos est¨¢n emocionados de que por fin alguien se atreva a enfrentarse a un ruso con poder¡±, brome¨® Conan O¡¯Brien, el comediante que condujo la gala, sobre los triunfos de Anora. El chiste provoc¨® gritos de sorpresa y fue uno de los m¨¢s ovacionados dentro del teatro.
Euforia brasile?a
En ocasiones los segundos que ofrece la Academia para agradecer a los ganadores no son suficientes. ¡°Yo quer¨ªa terminar con ¡®Viva la democracia, dictadura nunca m¨¢s¡¯. As¨ª lo escrib¨ª, pero no lo encontr¨¦ en mi bolsillo y tuve que improvisar¡±, dijo Walter Salles a este peri¨®dico tras la ceremonia. El director consigui¨® para Brasil el primer Oscar de pel¨ªcula internacional por A¨²n estoy aqu¨ª. Lo hizo 27 a?os despu¨¦s de estar nominado por primera vez con Estaci¨®n Central. ¡°La pel¨ªcula no existe sola, est¨¢ embarazada de otras. Hay una tradici¨®n sobre el cine de la dictadura en Argentina, Chile o Espa?a. Y de alguna forma est¨¢n en mi memoria f¨ªlmica y afectiva. Lo veo como un premio para la cultura brasile?a, pero tambi¨¦n para la cultura latinoamericana¡±, asegur¨® Salles.
Entre bambalinas, no hab¨ªa alegr¨ªa como la de los brasile?os, que al fin han logrado la estatuilla tras cinco nominaciones en la categor¨ªa, la primera de ellas en 1962 por El pagador de promesas. El galard¨®n llega con A¨²n estoy aqu¨ª, una cinta sobre la dictadura brasile?a en la que Fernanda Torres interpreta a Eunice Pavia, la esposa de un congresista secuestrado en 1971.
¡°Este es un premio que realmente quer¨ªamos¡±, asegur¨® Torres minutos despu¨¦s de la gala. La actriz, nominada por su interpretaci¨®n de Pavia, asegura que el triunfo puede ser un b¨¢lsamo para una sociedad polarizada como la brasile?a. ¡°Esta pel¨ªcula ha cambiado cosas en la vida real. Ha cambiado esta forma agresivamente binaria de ver las cosas, una visi¨®n que nos tiene aplastados¡±, se?al¨®.
¡°Hoy [por el domingo] es carnaval en Brasil. La gente est¨¢ borracha en las calles y es un poco como ganar el Mundial¡±, contaba emocionada la actriz Alice Braga, quien se fundi¨® en un euf¨®rico abrazo con Torres mientras el resto del equipo se tomaba selfies con la estatuilla. Braga cree que A¨²n estoy aqu¨ª, que ha llevado a m¨¢s de cinco millones de personas a las salas de su pa¨ªs, explica a las generaciones m¨¢s j¨®venes lo que la sociedad sufri¨® con la dictadura. ¡°Es muy importante para nuestro cine despu¨¦s de Bolsonaro, sin inversi¨®n para la industria y con muchos ataques a los creadores. Ver a Walter ser celebrado es muy emocionante¡±, asegur¨®.