V¨ªctima de la sobreactuaci¨®n
El Alav¨¦s fue v¨ªctima en la final de un caso flagrante de sobreactuaci¨®n, por definir en t¨¦rminos teatrales su terquedad en protagonizar todos los registros del partido. Los buenos, que fueron abundantes y hablan de un equipo con car¨¢cter que estuvo a punto de lograr una proeza, y los malos, varios y decisivos en su derrota. El Liverpool s¨®lo dej¨® testimonio de su eficacia para aprovechar las concesiones defensivas del Alav¨¦s. El equipo ingl¨¦s lanz¨® tres veces a gol en el primer tiempo y todas acabaron en la red. El cuarto gol hay que atribu¨ªrselo a la habilidad de Fowler y a la par¨¢lisis de los defensas. El quinto lo marc¨® Geli en propia puerta, en la pr¨®rroga, a dos minutos del final. No se puede decir nada del Liverpool, excepto que es un equipo cualquiera, alejad¨ªsimo de la gloriosa tradici¨®n que instaur¨® Bill Shankly. Se defendi¨® mal y jug¨® peor. O al rev¨¦s. Los mejores fueron los que salieron del banquillo, Smicer, Berger y Fowler, lo que habla de la clase de entrenador que es Houllier, uno de estos t¨¦cnicos profesorales que convierten el f¨²tbol en un pe?azo.
La actuaci¨®n del Alav¨¦s se explica menos por el lado f¨²tbol¨ªstico que por su capacidad para producir sucesos. Para interpretar el partido como una ¨®pera, vibrante, excesiva, bufa y ¨¦pica a la vez. Fracas¨® el portero y patinaron los defensas; pes¨® la ingenuidad de unos futbolistas inexpertos en una materia tan exigente como una final europea; se desenchuf¨® el equipo con el cambio de Javi Moreno, que marc¨® dos goles y fue sustituido en el momento de mayor crecida de su equipo, cuando era evidente que ese partido estaba m¨¢s para la locura que para la t¨¢ctica; padeci¨® dos expulsiones y termin¨® por derrotarse con un gol en propia puerta. No pod¨ªa ser el Liverpool quien marcara el gol ganador. Ese papel s¨®lo se lo pod¨ªa reservar el Alav¨¦s. Llev¨® su sobreactuaci¨®n hasta el final. En eso fue el equipo m¨¢s coherente del mundo.
Pero los fatales errores del Alav¨¦s no impiden se?alar lo obvio de su memorable actuaci¨®n: por coraje, por decisi¨®n, por su negativa a aceptar una situaci¨®n dram¨¢tica y hasta por juego, si lo comparamos con la nader¨ªa del Liverpool. Con la historia en la mano, ning¨²n equipo ha sido capaz de dar tanto color a una final y a una larga e inolvidable aventura en Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.