El Bar?a se mete en las semifinales ante un buen Real Madrid
Fotsis anot¨® un tiro libre al final del encuentro aunque el griego tir¨® a fallar para buscar el palmeo
Una falta de Rodrigo de la Fuente sobre Antonis Fotsis cuando el griego iba a lanzar un triple a falta de ocho d¨¦cimas de segundo desat¨® la tormenta en el cl¨¢sico de la Copa porque los ¨¢rbitros le dieron dos tiros en vez de tres, justo con el marcador en 80-77, y truncaron la posibilidad del empate para los blancos.
El cl¨¢sico de este a?o ven¨ªa con otra orientaci¨®n. El Real Madrid comparec¨ªa por primera vez en mucho tiempo ante su m¨¢ximo rival con un sitio ganado a pulso en los pron¨®sticos.
En esta ocasi¨®n no part¨ªa como v¨ªctima propiciatoria, sino como un contendiente con posibilidades y aspiraciones de ¨¦xito tan justificadas como las del propio Barcelona, que libraba la primera defensa de uno de los tres t¨ªtulos conquist¨® la temporada pasada.
El serbio Svetislav Pesic sorprendi¨® a muchos con la inclusi¨®n del joven V¨ªctor Sada en el quinteto inicial, aunque fue un mero detalle a la sombra de la aut¨¦ntica diferencia respecto a eliminatorias anteriores: el estado an¨ªmico.
El Real Madrid se ha encontrado a si mismo, ahora sabe a lo que juega, conf¨ªa en sus fuerzas. Por contra, los barcelonistas albergaban dudas, se les notaba en la cara, y transmit¨ªan menos frescura.
Un Real Madrid muy concentrado
El 6-16 del minuto cinco confirmaba todo lo anterior. La consistencia madridista saltaba a la vista. El estadounidense Elmer Bennett, el let¨®n Kaspars Kambala y el griego Antonis Fotsis, le llevaron en volandas durante el primer cuarto, pero el Barcelona tuvo la fortuna de encontrarse con el brasile?o Anderson Varejao en estado de gracia. El suramericano anot¨® trece puntos en el tramo inicial y consigui¨® que las da?os causados por la seriedad blanca no hiriesen de forma letal a su equipo.
Su aportaci¨®n neutraliz¨® el trabajo de dos de los bastiones madrile?os, Fotsis y Bennett, ambos con siete puntos. Kambala era el otro soporte y termin¨® con nueve para el 22-29 que cerr¨® el corte. Un bot¨ªn escaso a la vista del buen juego desplegado por los hombres del argentino Julio C¨¦sar Lamas.
Bennett devolvi¨® al Real Madrid los diez puntos de ventaja al poco de empezar el segundo cuarto (22-32), pero de nuevo par¨® ah¨ª. Juan Carlos Navarro tuvo gran parte de responsabilidad en que as¨ª fuera. La zona madridista le abri¨® camino para alargar su estad¨ªstica hasta los quince tantos -cinco hasta entonces- y, entre eso y el descanso de Bennett, la ventaja madrile?a desapareci¨® casi entera.
El retorno del base estadounidense detuvo la ascensi¨®n azulgrana. Un triple suyo despu¨¦s de hacer volar al cielo del pabell¨®n al mism¨ªsimo Dejan Bodiroga cerr¨® la primera mitad del partido con 47-51 en el marcador. De nuevo, poco premio para la superioridad como colectivo de los blancos, privados de mayor recompensa por las rachas individuales de algunos barcelonistas.
Enseguida surgi¨® otra circunstancia que el Madrid no hizo pagar convenientemente a su rival. El Barcelona necesit¨® cuatro minutos y medio para anotar sus primeros puntos del tercer cuarto, pero es que los madridistas s¨®lo hicieron dos a trav¨¦s de Kambala.
Insuficiente para que nadie lamente una sequ¨ªa tan prolongada. Poco a poco, casi sin notarlo, el aplomo que irradiaban los blancos fue cambiando de camiseta. El holand¨¦s Christian Drejer lo puso todo de golpe en manos del Barcelona con dos triples. El primero empat¨® la contienda (59-59 m.28); el segundo la llev¨® al lado de los suyos (62-59).
Bodiroga, letal
Era el momento de Bodiroga. El serbio comenz¨® a jugar un uno contra cinco como base. Sus caracter¨ªsticas fintas, sus movimientos para hacerse huecos y tirar, en fin, todo el repertorio, entraron en escena, aunque sin terminar de inclinar la balanza, igualada a los pocos segundos de iniciarse el ¨²ltimo cuarto con triple (63-63) de un Bennett intensamente vigilado que dej¨® para mejor ocasi¨®n las penetraciones.
El equilibrio ahora lo inundaba todo, el pulso deportivo y tambi¨¦n la confianza de los dos equipos en lo que hac¨ªan. Sin embargo, el Madrid redujo todo su ataque a los tiros de larga distancia, se olvid¨® de meter balones dentro de la zona y eso le gener¨® dudas en un momento de alt¨ªsima dificultad (67-66 m.34).
Lamas pidi¨® el tiempo muerto de rigor. Dos balones movidos hasta encontrar las manos de Kambala en la pintura, alguien que por fin busca el aro en carrera y de nuevo la incertidumbre (71-72 m.36).
Los tiros libres la rompieron en medio de aciertos y errores producto de los nervios y la tensi¨®n. Ah¨ª el Barcelona llevaba las de ganar y gan¨®, ajustado y con pol¨¦mica, pero gan¨®. La falta sobre Fotsis para todo el Madrid, y para muchos m¨¢s, debi¨® ser castigada con tres tiros libres. No con dos. Error grave.
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