A Italia se le atraganta su medicina
Gana a Bulgaria en el ¨²ltimo minuto, pero se vuelve a casa tras el empate entre Dinamarca y Suecia
Se acab¨® tambi¨¦n para Italia la Eurocopa. Trapattoni y sus muchachos se vuelven a casa sin excusa alguna, con un juego lamentable y tras una victoria ag¨®nica frente a la desarrapada Bulgaria. Un triunfo que no le sirve de nada despu¨¦s del empate entre suecos y daneses y con el que cierra un campeonato que, eso s¨ª, le debe valer para abandonar el f¨²tbol encarnado por su caduco entrenador y volcarse en la nueva idea marcada por el Milan. Italia se va con pena, s¨ª, pero sin gloria y, por supuesto, sin f¨²tbol.
No escarmienta Italia por mucho que tenga el agua al cuello. Frente a una Bulgaria desordenada, desahuciada y horrible, futbol¨ªsticamente hablando, la escuadra del viejo Trap se descompuso como s¨®lo ella sabe. El galimat¨ªas que result¨® Italia desde el comienzo del partido respondi¨® a los argumentos de un Totti sancionado y un Vieri fuera de la alineaci¨®n. Cierto que Trapattoni dispuso a Del Piero, Cassano y Corradi, pero una ofensiva sin pases es siempre como un verano sin sol.
As¨ª, sin calor y bajo una lluvia de mil demonios, Italia se perdi¨® en su laberinto, en un centro del campo en el que todo el orden que intentaba poner Pirlo lo tiraban por tierra Perrotta y Fiore. Con Del Piero ausente y Cassano m¨¢s pendiente de sus florituras que del equipo, la variante ofensiva azul apenas llegaba con las carreras de Zambrota y Panucci. Demasiado pobre todo para alguien que pretende ser campe¨®n. Aun as¨ª, pudo encontrarse Italia con ventaja en el marcador merced a aisladas individualidades. Sin embargo, fue Martin Petrov al filo del descanso quien adelant¨® a los joviales b¨²lgaros de penalti y dej¨® a los italianos en un laberinto m¨¢s complicado que el del hotel de "El Resplandor".
El gol b¨²lgaro dej¨® a Italia contra las cuerdas y pensando en los palos que ya comenzaban a llegar desde Mil¨¢n, desde Roma, desde Tur¨ªn. Sali¨® a mil por hora la azzurra y encontr¨® r¨¢pido lo que buscaba. Eso s¨ª, lo hall¨® a su manera. Tras mil rebotes en el ¨¢rea peque?a, Perrotta se vio con el bal¨®n y descubri¨® la red b¨²lgara. Las noticias que llegaban desde Oporto, con la victoria danesa, alentaban la clasificaci¨®n. La salida al campo de Vieri albergaba la esperanza.
Concepto
Pero el problema de Italia no es de contundencia, es de concepto. La selecci¨®n de Trapattoni volc¨® el campo definitivamente hacia la porter¨ªa b¨²lgara, pero su juego tiene tan poca entidad que de poco sirve. No hay orden en Italia, no hay pausa en Italia, no hay una voluntad de abrir a las bandas en Italia, de armar el f¨²tbol de paciencia hasta encontrar el camino correcto.
Durante 40 minutos, el bal¨®n vol¨® y vol¨® y Vieri pele¨® y pele¨®. Y s¨®lo al final, cuando Oporto era ya un baile n¨®rdico con el 2-2 que met¨ªa en cuartos a Dinamarca y a Suecia, encontr¨® Cassano el gol de la victoria. Corri¨® el de Bari como un poseso al banquillo para celebrar la clasificaci¨®n y se encontr¨® con que su tanto no val¨ªa de nada. Desplomado, como toda Italia, hundi¨® su cara en el c¨¦sped para llorar la eliminaci¨®n. Esta vez, la medicina italiana del ¨²ltimo minuto no hizo efecto. Esta vez, el f¨²tbol fue justo, meti¨® al buen juego en la siguiente ronda y castig¨® al miserable calcio.
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