No pactaron, pero empataron a dos

Como se esperaba, Dinamarca y Suecia empataron a dos, un resultado que obliga a Italia a sacar los billetes de vuelta a casa y clasifica a los dos equipos n¨®rdicos para cuartos de final. Las sospechas de ama?o que rodearon el encuentro parecieron quedar disipadas con la actitud de las dos selecciones, pero el marcador final siempre dejar¨¢ una duda sobre lo que realmente sucedi¨®.

Daneses y suecos quisieron dejar a un lado las suspicacias sobre un posible ama?o del encuentro, que mandar¨ªa a casa a Italia, y salieron decididos a por la victoria. Pusieron m¨¢s inter¨¦s en ello los daneses, que parecieron m¨¢s equipo y se mostraron m¨¢s ordenados, las dos cualidades que precisamente caracterizaron a Suecia en las dos primeras jornadas.

Con Gravesen y Jensen sujetando al equipo en el centro y Jorgensen y Gronkjaer abriendo el campo, Tomasson se movi¨® con libertad e inteligencia y Dinamarca minimiz¨® el juego de los suecos durante la primera media hora. K?llstr?m pareci¨® un alma en pena, incapaz de poner orden en un conjunto desconcertado, en el que Edman sufri¨® much¨ªsimo para frenar a Gronkjaer, y de hecho s¨®lo consigui¨® a base de faltas, y Ljungberg, Larsson e Ibrahimovic eran tres juguetes en manos de los defensas daneses.

Tomasson llev¨® la superioridad de Dinamarca hasta el marcador con un espectacular gol de vaselina, que pareci¨® poner fin a la ambici¨®n del combinado que dirige Morten Olsen, que perdi¨® intensidad y qued¨® desde entonces a merced de Suecia. S¨®lo la brillante actuaci¨®n del guardameta Sorensen impidi¨® el empate y que volviera la sombra de la duda a este grupo.

Penalti

El coraz¨®n de los daneses se sobresalt¨® nada m¨¢s salir de los vestuarios, cuando se encontr¨® con un penalti en contra que transform¨® Larsson. Las sospechas de ama?o regresaron al estadio Do Bessa, pero hasta al empate se lleg¨® por las circunstancias del juego, sin que aparentemente influyera nada m¨¢s. Con la clasificaci¨®n en la mano, los suecos se relajaron y devolvieron la iniciativa a los animosos daneses, que si no quer¨ªan ganar lo disimularon bastante bien.

Gronkjaer, despu¨¦s de amargar la existencia a Edman, se cambi¨® de banda y puso en evidencia al joven Nilsson, que qued¨® retratado en cada internada que el futbolista del Chelsea hizo por su zona. De sus pies nacieron las acciones m¨¢s peligrosas y brillantes de Dinamarca y Suecia volvi¨® a pasarlo mal. Tan mal que una acci¨®n m¨¢s propia de una partido de 'pin ball', con descontrolados rechaces, acab¨® en el segundo tanto dan¨¦s.

Suecia no se alter¨® por ello, consciente de que Italia era incapaz todav¨ªa de ganar a Bulgaria, y vivi¨® en el alambre hasta el final del choque. Dinamarca malgast¨® sus ocasiones de gol con demasiada alegr¨ªa y termin¨® pagando tanta generosidad. Un fallo de Sorensen, el ¨²nico que cometi¨®, dej¨® el bal¨®n en los pies de Jonson para que ¨¦ste lograra con comodidad el anunciado 2-2. Los ¨²ltimos cinco minutos se convirtieron en un pacto de no agresi¨®n que hizo in¨²til el triunfo de Italia y mand¨® a los de Trapattoni de vuelta a casa.