Campe¨®n a la primera
El Bar?a no prolonga el suspense y gana el t¨ªtulo gracias a un gol de Eto'o que sell¨® el empate ante el Levante
El FC Barcelona ha puesto fin a seis a?os de sequ¨ªa de t¨ªtulos conquistando esta noche de manera brillante el campeonato de Primera Divisi¨®n tras empatar a un gol con el Levante y beneficiado por la igualada del Real Madrid en el S¨¢nchez Pizju¨¢n.
A la primera, como se merec¨ªa y demandaba, aunque de una manera m¨¢s esforzada que l¨²cida, el Barcelona alcanz¨® una Liga por la que se ha desvivido desde hace temporada y media. Ning¨²n otro equipo visualiz¨® mejor el campeonato, pele¨® m¨¢s por el t¨ªtulo, apost¨® tanto por el trofeo, y sin embargo no por esperado resultar¨¢ menos celebrado. De tan contento como est¨¢ y se le nota, el barcelonismo se pondr¨¢ harto de vino por no decir de cava o de cerveza, porque de agua no la hay ni tampoco procede despu¨¦s de contar hasta seis a?os de sequ¨ªa en el Camp Nou.
Aunque al equipo le ha faltado ¨¦pica, incluso en el partido en que gan¨® la Liga, siempre ha tenido grandeza, sobre todo por la calidad, fiabilidad y regularidad de su juego, y tambi¨¦n por la capacidad para gestionar las victorias. Ha nacido un nuevo Barcelona cuyo punto neur¨¢lgico est¨¢ en el equilibrio, la sensatez y la cordura, para nada extremista, ajeno a los gatillazos y tambi¨¦n a las haza?as. Tuvo que pelear anoche por el partido y por la Liga, porque si el Madrid se encogi¨® en Sevilla, el Levante se creci¨® en el Ciutat de Valencia, escenario en el que libr¨® un encuentro noble y vigoroso. As¨ª las cosas, el empate les vali¨® a ambos en una noche que no admit¨ªa medias tintas. Revive el Levante y ya es campe¨®n el Bar?a tras el gol inevitable de Eto'o, el pichichi, un futbolista que encuentra soluciones individuales a los problemas colectivos, y ayer los tuvo el Barcelona.
M¨¢s que condicionar el partido del Bar?a, el gol de Baptista al Madrid ayud¨® a destensar a la hinchada, siempre fiel al equipo en las finales, y el partido de ayer se hab¨ªa preparado exclusivamente para cantar el alir¨®n. La excitaci¨®n de la grada se transmiti¨® a la cancha, y el Barcelona estuvo impreciso porque se precipit¨® en la elaboraci¨®n del juego. Aunque trataban de masticar la pelota y gobernaban la contienda, a los barcelonistas les costaba ganar posiciones de remate porque el Levante estaba muy puesto en la faena y se puso a¨²n m¨¢s fiero. Los locales aceptaban el t¨ªtulo de final que al encuentro le daban los forasteros. A unos les iba el descenso y a los otros el t¨ªtulo. El gol se pagaba caro en una y otra porter¨ªa, y bien que lo supieron muy pronto los delanteros, volteados en el balc¨®n de las ¨¢reas, especialmente en la de Vald¨¦s, apuntado por un rival muy agresivo.
La calidad f¨ªsica de los azulgrana, determinante en los balones divididos, atormentaba a los barcelonistas, y Puyol se las tuvo muy tiesas con Ettien y Congo, que apretaron como dos b¨²falos. La intensidad aumentaba de forma acelerada para suerte del Levante, que crec¨ªa y crec¨ªa frente a un Barcelona m¨¢s laborioso que clarividente. La ausencia de Belletti propici¨® la entrada de Iniesta despu¨¦s de una ecuaci¨®n que como resultado llev¨® a Oleguer al lateral y a Xavi al medio centro. Y al Barcelona le cost¨® encontrar la l¨ªnea de pase. Oltra acert¨® en la negaci¨®n del Bar?a, sobre todo por el esfuerzo de los medios, estupendamente liderados por Camacho, y la habilidad de Rivera como enganche.
Rivera apareci¨® para firmar el gol que muy bien se hab¨ªa trabajado el Levante y que minutos antes ya hab¨ªa acariciado en un posible penalti por manos de Gio. El ¨¢rbitro se hizo el longuis, como tambi¨¦n estuvo condescendiente con un cabezazo de Ronaldinho sobre Pinillos, decisiones que contrariaron a la afici¨®n local, en minor¨ªa frente a la rival. Ante la imposibilidad de los volantes para filtrar el cuero a los delanteros, el brasile?o convirti¨® por un rato el partido en una cuesti¨®n personal. Al descanso, sin embargo, se lleg¨® sin m¨¢s novedad en el resultado que el tanto de Rivera por m¨¢s que Eto'o rematara a la madera.
Las faltas se suced¨ªan y el juego era demasiado trabado para el gusto de los barcelonistas, demasiado volteados, v¨ªctimas de su propia ansiedad, superados tambi¨¦n por el entusiasmo y br¨ªo granota. Faltos de un volante que ejerciera de central, los laterales no cerraban bien y los puntas del Levante enfilaban a Vald¨¦s. La contienda qued¨® retratada en una jugada: Vald¨¦s, espl¨¦ndido en un mano a mano con Congo, ataj¨® muy bien un bal¨®n suelto para sacarlo muy mal de porter¨ªa, tanto que qued¨® a merced de Jofre, cuyo remate repeli¨® el poste. La entrada de Motta supuso a la larga un punto de inflexi¨®n porque hizo m¨¢s reconocible al equipo, que pareci¨® m¨¢s natural y razonable.
Tuvo m¨¢s cuerpo el Barcelona, que atrap¨® el empate en un c¨®rner botado por Xavi y que Eto'o remach¨® con la cabeza despu¨¦s que la peinara M¨¢rquez. Alcanzado el empate, no le cost¨® al Barcelona mantener la pelota y el Levante cerrar su campo. Los dos se dieron por satisfechos y el partido muri¨® de mala manera, con el ¨¢rbitro d¨¢ndole cuerda, mientras el Bar?a renunciaba a jugar la pelota y el Levante a quit¨¢rsela, una situaci¨®n muy inc¨®moda para los protagonistas y que quem¨® y mucho en Mallorca. Al Levante y al Bar?a les import¨® un r¨¢bano. Los barcelonistas hab¨ªan salido campeones por 17? vez en una jornada que no admit¨ªa el escarnio de la derrota. El empate del Madrid decidi¨® al fin y al cabo que al Bar?a le serv¨ªa no perder, y, fiable como ha sido siempre, no fall¨® el d¨ªa en que hab¨ªa decidido ser campe¨®n acurrucado por su hinchada desplazada a Valencia
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