El quinto beatle
El alcohol acab¨® con uno de los mejores jugadores de la historia
George Best fue un futbolista excepcional, campe¨®n de Europa en 1968 con el Manchester United, sin discusi¨®n, el mejor jugador norirland¨¦s de la historia, autor de 180 goles con el equipo del que sali¨® Beckham? Pero hace poco su ex mujer le defin¨ªa como "el m¨¢s deplorable, insoportable, ignorante y horrible pedazo de mierda que hay cuando bebe". Y lo hac¨ªa con frecuencia y sin tasa, tanto que incluso decidi¨® seguir trasegando despu¨¦s de que le trasplantaran el h¨ªgado en 2002.
John Carlin le defin¨ªa hace poco en el diario As: "Durante la segunda mitad de los sesenta, el ¨²nico jugador del mundo mejor que Best era Pel¨¦". Un extremo excepcional, due?o de un regate indescifrable, con una velocidad endiablada, que no supo nunca digerir el ¨¦xito, que le produc¨ªa resaca. Best ha pagado hoy, a los 59 a?os todos los excesos, muchos, de su vida. Problemas de alcohol, turbias relaciones con las mujeres o malos tratos engrosan toda una lista que lleg¨® a ennegrecer lo conseguido como futbolista.
Best naci¨® en Belfast el 22 de mayo de 1946. Peloteando por las calles de esta ciudad le descubri¨® un ojeador del Manchester cuando ten¨ªa apenas 15 a?os y avis¨® inmediatamente al entonces preparador de los red devils, sir Matt Bubsy. Dos a?os m¨¢s tarde, a los 17, hac¨ªa su deb¨² con los reds frente al West Bronwich Albion. Dos semanas despu¨¦s marcaba ante el Burnley el primero de sus 180 goles con el club de Old Trafford y ya empezaba a apuntar alto. Empez¨® a sumar ¨¦xitos con los de Sir Matt Busby, y pese a no levantar el vuelo de su selecci¨®n, donde no cont¨® con un grupo de jugadores que le ayudase, vivi¨® su mayor momento de gloria en 1968, cuando contaba tan s¨®lo con 22 a?os y en un escenario como Wembley.
Apodado el Quinto Beatle por su est¨¦tica hippy, fue el autor del 2-1 ante el Benfica de Eusebio, un gol en la pr¨®rroga que encamin¨® la victoria (4-1 al final) que signific¨® la primera Copa de Europa del United. El t¨ªtulo serv¨ªa para olvidar la tragedia de Munich, cuando un accidente a¨¦reo acab¨® con la vida de la mayor parte de los jugadores del equipo. Precisamente Best compart¨ªa en ese momento vestuario con Bobby Charlton, al que le un¨ªa una gran amistad, y Billy Foulkes, los dos ¨²nicos supervivientes de aquel fatal accidente junto al t¨¦cnico. Ese mismo a?o, recib¨ªa el reconocimiento de Jugador Europeo del A?o.
Era su ¨¦poca, cuando maravill¨® al f¨²tbol con actuaciones como aquel partido en el que marc¨® seis goles ante el Northampton en la Copa Inglesa. Pero el ¨¦xito se le subi¨® a la cabeza y paulatinamente, Best fue empezando a ser m¨¢s conocido por sus problemas extradeportivos que por sus logros futbol¨ªsticos. Su pasi¨®n por las mujeres y el alcohol, provocaron en 1974 el triste final de su carrera en Old Trafford, donde se cansaron que malgastara su talento por la bebida. Fue pasto de los tabloides, que encontraron en ¨¦l un aut¨¦ntico fil¨®n.
A partir de ah¨ª, el extremo norirland¨¦s fue de equipo en equipo, probando incluso la aventura americana, diciendo adi¨®s al f¨²tbol en 1983 con 37 a?os. Desde entonces, sin el f¨²tbol, el alcohol se apoder¨® de su vida. Prob¨® fortuna con un restaurante, con una tienda de moda, con una granja de productos saludables, como comentarista de televisi¨®n. Sin ¨¦xito, porque nunca dej¨® la botella, que le llev¨® a la c¨¢rcel por conducir ebrio, que le llev¨® al rid¨ªculo. Su m¨¦dico personal, Roger Williams, lleg¨® incluso a pedir a los bares brit¨¢nicos que no sirvieran m¨¢s bebidas al jugador, ya que ¨¦stas podr¨ªan terminar con su vida.
En vano. El decidi¨® no dejar de beber y la bebida le llev¨® al hospital londinense de Cromwell a principios del pasado mes de octubre. Sali¨® para volver a entrar al cabo de unos d¨ªas. Ya no pudo salir de su ¨²ltimo regate.
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