El Zaragoza ejerce de Chelsea

El Zaragoza le dio el alto al Barcelona en un partido muy copero y, como tal, vibrante, pol¨¦mico y cambiante y, para suerte azulgrana, tambi¨¦n corregible, porque queda la vuelta en el Camp Nou. Puestos a perder alg¨²n d¨ªa, mejor en una competici¨®n que tiene remedio, se dijeron los barcelonistas, que no sal¨ªan derrotados desde el 18 de septiembre en el Manzanares cuando el Atl¨¦tico les gan¨® en la Liga.

Al equipo aragon¨¦s le queda el honor no s¨®lo de haber abatido en cinco minutos a un rival que llevaba ganados 18 encuentros consecutivos sino que en el ¨²ltimo minuto se trabaj¨® un penalti que le pone en una situaci¨®n inmejorable para pasar a la ronda de semifinales. En vigilias del choque de la Liga de Campeones, el Zaragoza aplic¨® el ejemplo del Chelsea del a?o pasado y obtuvo el mismo resultato.

Le falt¨® cintura al Bar?a, descabalgado en un santiam¨¦n, vencido en una jugada que se repiti¨® hasta tres veces consecutivas, imposible de defender para unos y f¨¢cil de aplicar por los otros. Una vez goleado, los azulgrana reaccionaron con grandeza y salvaron el resultado que no el partido, que concluy¨® con un manotazo de Edmilson y el cuarto gol ma?o.

Las concesiones del Bar?a se expresaron tanto en la alineaci¨®n como en la cancha para suerte del Zaragoza. Jug¨® por una u otra raz¨®n sin medio equipo. Faltaban el portero titular (Vald¨¦s), el central (Puyol), los dos volantes (Xavi y Deco) y el delantero centro (Eto'o) por no hablar de futbolistas tan particulares como Motta y Giuly, agitadores en cancha ajena. El problema del Bar?a no fue en cualquier caso ofensivo ni de organizaci¨®n, sino especialmente defensivo. No supo tirar la l¨ªnea del fuera de juego y, a diferencia de ocasiones precedentes, no encontr¨® consuelo en el linier.

El Zaragoza cont¨® tres goles en apenas cinco minutos, tantos como remates se hab¨ªa ganado despu¨¦s de sobrepasar la presi¨®n azulgrana. La zaga barcelonista se venci¨® espectacularmente ante la pu?eter¨ªa de Cani, el oficio de Diego Milito y la velocidad de Ewerthon. Cani ejerci¨® de francotirador exquisito ante un rival sorprendentemente disminuido y desvencijado en su ¨¢rea. La efectividad aragonesa fue tremenda. No es que los azulgrana jugaran mal sino que se desplegaban con garbo y ocupaban el campo de forma autoritaria. El Zaragoza aguard¨® pacientemente en su campo y s¨®lo percuti¨® en situaciones de superioridad num¨¦rica.

No cerr¨® bien el Barcelona, mal puesto y err¨¢tico en el juego de posici¨®n. Ausentes Puyol y Deco, el duo M¨¢rquez-Edmilson se sinti¨® desbordado en cada pelota que perdieron los medios y los delanteros. A la que el Zaragoza robaba el cuero, apuntaba para Cani y el exquisito volante local habilitaba a los dos delanteros para que remataran a Jonquera. Apuntado el 3-0, el linier empez¨® a levantar el bander¨ªn en cada contra aragonesa para alivio del Barcelona, que retom¨® el hilo del partido y de la eliminatoria con un gol inevitable de Larsson. El encuentro deriv¨® en un ir y venir del que los azulgrana salieron bien parados no s¨®lo porque cuentan con mejores delanteros sino porque el colegiado sancion¨® como penalti un derribo de Ponzio a Messi y Ronaldinho puso el segundo gol. El Zaragoza no se desfond¨® en el intercambio de golpes y el Bar?a aspir¨® al empate hasta que se equivoc¨® en la ¨²ltima jugada.