Espa?a jugar¨¢ la final con Francia tras vencer a Dinamarca
Iker Romero, en ataque, y David Barrufet, en la porter¨ªa, claves en el triunfo de la selecci¨®n de Juan Carlos Pastor
La selecci¨®n espa?ola de balonmano, actual campeona del mundo, se ha impuesto por 34-31 a Dinamarca en la la semifinal del Campeonato de Europa, que se est¨¢ disputando en Suiza, y jugar¨¢ la final del torneo ante Francia.
Tras una primera parte muy igualada (15-16), la segunda parte ha tra¨ªdo la reacci¨®n de Espa?a, de la mano de un gran Iker Romero y de un acertado David Barrufet. La mejor¨ªa en defensa han permitido ir alcanzando rentas que osciliban entre los tres y cuatro goles que han podido afrontar el final del choque con tranquilidad y asegurar su pase a su tercera final continental tras las de 1996 y 1998, las dos con derrota ante Rusia y Suecia.
Animados por la seguridad que inspira el portero del Barcelona, el ataque espa?ol comenz¨® plet¨®rico con dos goles de Alberto Entrerr¨ªos y tres de Iker Romero, que permitieron a los espa?oles tomar de inicio una peque?a ventaja (5-3). Renta que no tard¨® en esfumarse en los siguientes minutos en los que los de Juan Carlos Pastor perdieron el hilo con una mala selecci¨®n de lanzamientos que posibilitaron correr por primera vez en el partido a los veloces extremos daneses (7-9).
Sin embargo, y como el seleccionador espa?ol no se cansa de insistir una y otra vez, este equipo no se arruga en los partidos decisivos, y con dos penaltis de Albert Rocas y una nueva maravilla, la en¨¦sima en el torneo, de Rolando Ur¨ªos, Espa?a se volvi¨® a enganchar en el partido y el marcador (11-11). Aunque las deficiencias en el ataque volvieron a lastrar al equipo nacional, muy impreciso hoy en las circulaciones de bal¨®n, en las que pese a que lo intent¨®, le cost¨® conectar con Ur¨ªos, pieza b¨¢sica en los esquemas ofensivos espa?oles.
Todo lo contrario que Dinamarca que encontr¨® una y otra vez al letal Knudsen, que concluy¨® la primera parte con seis goles, que parec¨ªan condenar a la selecci¨®n a marcharse con una notable desventaja en el marcador. Pero Ur¨ªos no parece dispuesto a que nadie le discuta el t¨ªtulo de mejor pivote del Europeo, y dos nuevos goles del hispano-cubano, el segundo de ellos de espaldas a la porter¨ªa, ajustaron nuevamente el marcador (15-16).
Un honor que si finalmente le corresponde al jugador del Ciudad Real deber¨¢ agradecer a la defensa espa?ola y al cancerbero David Barrufet que maniataron al pivote dan¨¦s en el comienzo de la segunda mitad. L¨¢stima que el ataque espa?ol no funcionar¨¢ igual, pues los dos goles de ventaja (21-19) que sumaban los espa?oles a los ocho podr¨ªan haber sido alguno m¨¢s.
Aunque los de Juan Carlos Pastor se empe?aron una y otra vez en dar vida a los daneses con continuos fallos en el pase y en el lanzamiento, que imped¨ªan descolgar a los n¨®rdicos en el marcador, con el consiguiente peligro. Cuatro goles seguidos de Iker Romero, el ¨²ltimo de ellos en inferioridad, y dos paradas de Barrufet permitieron abrir a Espa?a una peque?a brecha en el marcador (24-20), que permiti¨® a los espa?oles respirar.
Desaparecido Knudsen el peligro dan¨¦s se centr¨® en los lanzamientos lejanos de los laterales Bo Spellerberg y el joven Per Leegaard, a cuyos latigazos puso respuesta una y otra vez por el bando espa?ol Romero y un inesperado Mariano Ortega.
Hartos en ataque de las intervenciones de Barrufet, los daneses trataron de enderezar el rumbo con una defensa abierta, en ocasiones mixta a Romero, que tan s¨®lo sirvi¨® para que la selecci¨®n sacara a relucir su juego de entre l¨ªneas. De este modo, el conjunto espa?ol encar¨® los ¨²ltimos cinco minutos de encuentro con cuatro goles de ventaja (32-28), que la selecci¨®n, pese a la presi¨®n casi por todo el campo de los daneses, no desperdiciar¨ªa ya.
Victoria de Francia
La selecci¨®n francesa, por su parte, se ha clasificado para una final europea por primera vez en su historia tras imponerse por 29-23 a Croacia, en un encuentro en el que el conjunto franc¨¦s hizo valer su extraordinaria defensa a la que aun¨® un ejemplar y variado ataque, ante el que nada pudo hacer el cuadro croata.
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