L¨®pez Caro castiga a Gravesen

Hubo dos jugadores del Madrid que no quisieron celebrar el primer gol de Zidane. Fueron Mej¨ªa y Woodgate, que, en vez de acudir a abrazar a sus compa?eros, prefirieron coger a Gravesen por los hombros y decirle: "?Tranquil¨ªzate o nos dejas con diez!".

El medio centro dan¨¦s entr¨® al campo en un estado de agitaci¨®n progresiva. Para desahogarse pis¨® y pate¨® a todos los jugadores del Espanyol que se le pusieron a tiro. Sirviese o no a los fines defensivos que le mandan, Gravesen dej¨® marcas en los tobillos y las pantorrillas de todos los contrincantes que se metieron en su radio de acci¨®n. Corominas y Costa fueron sus presas m¨¢s caras.

Seg¨²n rodaban los rivales, el centrocampista de cabeza rasurada se fue cargando de una furia incontenible. Gesticulaba, braceaba, gritaba y repart¨ªa estopa. Cuando el ¨¢rbitro, Manuel Mejuto, decidi¨® llevarse la mano al bolsillo de las tarjetas, la reacci¨®n de Gravesen fue predecible: desquiciado, se abalanz¨® contra ¨¦l. Pero el colegiado respondi¨® de forma m¨¢s extra?a. Tal vez v¨ªctima del desconcierto, no encontr¨® mejor manera de resolver el problema que empujarle para intentar quit¨¢rselo de encima. Beckham acudi¨® para alejar a su compa?ero y evitar as¨ª la expulsi¨®n.

Tan caliente estaba Gravesen que los dos centrales del Madrid aprovecharon la primera ocasi¨®n para intentar calmarlo. La celebraci¨®n del gol de Zidane les sirvi¨®.

Gravesen es el medio centro defensivo favorito de L¨®pez Caro. El entrenador, sin embargo, no dud¨® en mandar a calentar a Pablo Garc¨ªa antes de que terminase el primer tiempo. Tras el descanso, Gravesen se qued¨® castigado en el banquillo. Hab¨ªa cometido tres faltas pitadas por el ¨¢rbitro. El Espanyol, hasta la segunda parte, hizo siete.