Francia nota el peso de los a?os
El equipo liderado por un desaparecido Zinedine Zidane ofreci¨® una triste imagen ante una Corea que no supo aprovechar la apat¨ªa de su rival
Decepcionante empate (1-1) entre dos equipos que tendr¨¢n que mejorar mucho para poder aspirar a realizar algo importante en este Mundial. Zidane cuaj¨® una p¨¦sima actuaci¨®n, al igual que el resto de su equipo. El encuentro que habr¨ªa la segunda jornada del grupo G, llegaba precedido por la escasa ilusi¨®n que el equipo franc¨¦s estaba despertando en su pa¨ªs.
El debate sobre la edad media del equipo y el mal juego del equipo en los ¨²ltimos tiempos (incluido su debut en este Mundial), hab¨ªan "espa?olizado" a la afici¨®n francesa. S¨ª, han le¨ªdo bien. El poseedor de la soberan¨ªa francesa, es decir, el pueblo, estaba m¨¢s preocupado en discutir a su seleccionador, que en prestar su apoyo a los jugadores; y los pron¨®sticos que llegaban desde el pa¨ªs galo sobre hasta donde llegar¨ªa su selecci¨®n no eran muy halag¨¹e?os (igualito que en nuestro pa¨ªs hasta hace bien poco).
Para colmo los coreanos llegaban crecidos, y amenazaban con acabar prematuramente, por segunda vez consecutiva, con la aventura mundialista de los franceses.
Comenz¨® el partido, y en el minuto 9 todos los coreanos deb¨ªan estar pensando que los jugadores franceses, como el buen vino, mejoran con los a?os. Y es que esos fueron los minutos que necesit¨® ese fen¨®meno del f¨²tbol llamado Henry (l¨¢stima que no venga al f¨²tbol espa?ol), para perforar la defensa coreana. Francia hab¨ªa aprovechado uno de los "peros" de la defensa coreana, su falta de contundencia.
Hasta el momento todo bien, Francia atacaba y Corea se estiraba poco a poco. El problema es que en cuanto los "Bleus" le vieron los dientes al lobo, se dedicaron a esperar en su madriguera. De nuevo, tras un inicio esperanzador, el combinado franc¨¦s volv¨ªa a dar esa impresi¨®n de equipo demasiado entrado en a?os. Y Zidane, pues sencillamente desaparecido. A¨²n as¨ª, el equipo entrenado por Dick Advocaat era voluntarioso, pero no a la media hora de partido segu¨ªa sin crear una oportunidad clara. Park Ji-Sung y Cho Jae-Jin se encontraban demasiado lejos del resto del equipo, que no apoyaba demasiado.
La primera mitad transcurri¨® sin apenas sobresaltos de ah¨ª en adelante. S¨®lo a bal¨®n parado llegaron las ocasiones, una por equipo. La francesa tras un corner botado por Zidane que Vieira remat¨® de cabeza y el guardameta Lee Won Jae sac¨®, aparentemente, sobre la l¨ªnea, aunque la pol¨¦mica estaba servida. La ocasi¨®n coreana se limit¨® a un bal¨®n colgado al ¨¢rea francesa por Lee Chun-Soo, sin encontrar rematador. El esf¨¦rico, ante la mirada de un sorprendido Barthez, se perdi¨® rozando el poste.
La llama de Francia termin¨® de apagarse
En los primeros minutos de la reanudaci¨®n Zidane amenaza con aparecer en el partido. Primero un sombrero a un rival, y luego una asistencia a Wiltord, que ¨¦ste no supo aprovechar, nos hicieron ilusionarnos con un posible renacer de Zizou.
Por desgracia, del genio franc¨¦s no se volvi¨® a saber nada durante minutos, y eran los asi¨¢ticos quienes comenzaron a llevar el peso del partido, aunque esta no era la Corea a la que est¨¢bamos acostumbrados. De acuerdo, tampoco es que fueran candidatos al t¨ªtulo, pero el sombr¨ªo juego que estaban exhibiendo nada ten¨ªa que ver con la espontaneidad de otras ocasiones. Por parecer, hasta parec¨ªa que corr¨ªan menos. En consecuencia, Thuram disfrutaba con tranquilidad de su r¨¦cord de internacionalidades (116), que comparte con Marcel Desailly.
Francia ten¨ªa el encuentro del todo controlado, a pesar de lo cual estaba dando una pobre imagen. No eran capaces de dar m¨¢s de tres pases seguidos, y tampoco parec¨ªa preocuparles, mientras que Corea siguiera tan inoperante como hasta el momento.
Pero el partido nos ten¨ªa preparado un desenlace sorprendente. Cuando todos comenz¨¢bamos a bostezar, Corea lograba un inmerecido empate en una jugada aislada por medio de Park Ji-Sung. La defensa francesa hab¨ªa pecado precisamente de aquello que se da por supuesto que m¨¢s posee, experiencia.
De repente y sin que nadie lo esperaba nos encontramos con los mejores minutos del partido, que se hab¨ªa animado, sobre todo por parte de los coreanos, que ve¨ªan la victoria al alcance de la mano. Y por si Francia no nos hab¨ªa desconcertado lo suficiente, Barthez se encarg¨® de rematarnos con dos salidas que nos recordaron algunas actuaciones del mejor Busquets.
A pesar de ello el marcador no se volvi¨® a mover y ambos equipos pod¨ªan darse por satisfechos, algo que no se puede decir de los aficionados.
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