Victoria de saldo

F¨²tbol es f¨²tbol, una simple cuesti¨®n de detalles. Para lo bueno y para lo malo. Este erosionado dicho cobr¨® toda su extensi¨®n en el partido que enfrent¨® a Barcelona y Almer¨ªa sobre el c¨¦sped del Camp Nou. El valiente conjunto andaluz se top¨® de frente con la vertiente m¨¢s negativa e injusta de esta expresi¨®n y cay¨® ante el equipo azulgrana por una caprichosa decisi¨®n que desarbol¨® su s¨®lido planteamiento. Cuando el encuentro aterrizaba en el descanso, un gol del franc¨¦s Thierry Henry en posici¨®n ilegal ech¨® al traste el espl¨¦ndido trabajo que hab¨ªa efectuado el conjunto almeriense hasta entonces. Una acci¨®n que decidi¨® el envite.

El tanto de Tit¨ª, que se estrenaba como goleador en el coliseo barcelonista, dio los tres puntos a un Bar?a que no termina de despegar, que juega a medio gas y que depende en exceso de la inspiraci¨®n de Messi -en el banquillo- o las fugaces apariciones de sus astros. El gui¨®n de juego, el papel de las estrellas, no vari¨® en exceso con respecto a las visitas a Villarreal o Glasgow. El Almer¨ªa, consciente del quiero y no puedo azulgrana, ofreci¨® una digna resistencia que dur¨® treinta y siete minutos. Hasta ese instante, el aguerrido equipo de Unai Emery puso en serios apuros a su rival y tan s¨®lo la l¨ªnea defensiva de los de Rijkaard, bien comandada por Milito y Puyol, fren¨® el ¨ªmpetu y el atrevimiento de los andaluces.

Al margen de un par de pinceladas de Ronaldinho a bal¨®n parado, fue el Almer¨ªa quien tom¨® el mando del choque con mayor decisi¨®n. Bien posicionados atr¨¢s, expeditivos en la medular y muy incisivos en la zona de ataque, los jugadores almerienses anularon el arsenal azulgrana y acariciaron el gol de no ser por una providencial aparici¨®n de Puyol cuando Negredo se dispon¨ªa a engatillar. Ni Iniesta ni Xavi lograron imponer su criterio. Si acaso Tour¨¦, que en su regreso dot¨® al centro del campo de la consistencia y la naturalidad que exig¨ªa. No obstante, la aportaci¨®n del marfile?o no pudo encubrir el pobre juego azulgrana, que tan s¨®lo pudo encontrar el gol en una jugada en la que Henry arranc¨® en posici¨®n irreglamentaria. El ariete galo rompi¨® su sequ¨ªa realizadora tras aprovechar un rebote tras un pase vertical de Tour¨¦ y una indefinici¨®n de Giovani.

Messi pone la puntilla

El Almer¨ªa acus¨® el golpe en la segunda mitad. Cedi¨® el bal¨®n al Bar?a y esper¨® las acometidas de la oxidada maquinaria azulgrana. Rijkaard debi¨® ver bien el panorama y decidi¨® sentar a Puyol, Tour¨¦ y Ronaldinho, que una noche m¨¢s, ofreci¨® una versi¨®n muy lejana de aquella que hizo vibrar al Camp Nou. El brasile?o, que s¨®lo ha jugado un partido de Liga completo, se retir¨® del terreno de juego y cedi¨® el testigo a Messi. La incursi¨®n de la Pulga nutri¨® de velocidad al partido, hasta entonces enmara?ado y sin apenas ocasiones de gol.

Si el gol de Henry conden¨® al Almer¨ªa en la primera mitad, sus escasas esperanzas de ara?ar alguna recompensa se desvanecieron con una nueva decisi¨®n de Ayza G¨¢mez, que pit¨® un dudoso penalti en una internada de Giovani en la que fue ligeramente trabado por Bruno. Messi transform¨® la pena m¨¢xima con sangre fr¨ªa y sentenci¨® una contienda en la que el Barcelona, atascado, poco solvente, se encontr¨® con una victoria de saldo. Pan de hoy, hambre para ma?ana.

Victoria con pol¨¦mica