Al Madrid le faltan recursos
Sin imaginaci¨®n, el equipo de Schuster vuelve a caer en octavos, esta vez ante un Roma muy bien organizado
La exigente Copa de Europa puso en evidencia al Madrid, que se vio despojado de sus contados, pero eficaces recursos, en cuanto tuvo que tirar del fondo del vestuario. Con una plantilla muy desigual, quiz¨¢ le valga para maquillar su paso por la Liga, pero la Champions es un ¨®rdago que, actualmente, le supera.
El Roma, un equipo bien organizado y con una partitura muy ensayada, le despidi¨® del torneo sin gran oposici¨®n. Al menos ayer, en el choque de vuelta, en el que los romanistas siempre dieron la impresi¨®n de manejar mejor las entra?as del partido. Mucho mejor que en la ida, cuando al conjunto madrile?o s¨®lo se le escap¨® el resultado. El duelo de Chamart¨ªn nada tuvo que ver. El Roma devolvi¨® golpe por golpe al Madrid, al que, corto de f¨²tbol, primero le falt¨® intensidad y no le bast¨® con un arre¨®n final. El cuadro de Schuster nunca tuvo atado el encuentro y el Roma toc¨® mejor todas las teclas, sin grandes alardes, pero de forma muy precisa, como si hubiera programado la cita.
Al Madrid le falt¨® mayor voltaje, un ideario claro e imaginaci¨®n, mucha imaginaci¨®n. A Schuster le faltaron piezas para el mecano y, sin algunas puntadas imprescindibles, el equipo se resiente m¨¢s de lo que se le supone a una plantilla como la madridista, tejida con demasiados costurones. Baptista, por mucho que anoche fuera el mejor rematador, est¨¢ a una luna de Van Nistelrooy; el declive de Salgado revaloriza a¨²n m¨¢s a Sergio Ramos y Gago m¨¢s Diarra suman uno ?a veces, ni eso?. El caso de los dos pivotes es el m¨¢s sintom¨¢tico. A Gago a¨²n se le consiente, a Diarra ni se le espera. El argentino rema muchas veces a la deriva y el africano juega desnortado: ni quita ni pone. Frente a ellos, De Rossi y Aquilani se sintieron complacidos. Con ellos, a Guti no le alcanz¨® para dar una puntada al juego, para encontrar aliados con los que dar carrete a Robinho y Ra¨²l.
Sin luces en el eje, el Madrid tampoco encontr¨® soluciones por las orillas, donde s¨®lo envid¨® con Robinho. A Salgado le falta dep¨®sito para dominar ¨¦l solo, al estilo de Ramos, toda la v¨ªa derecha. Lastimado Robben, Schuster recurri¨® a Drenthe en el segundo acto en detrimento de Diarra. Hasta entonces, s¨®lo Baptista hab¨ªa alterado al Roma con dos remates de falta, uno desviado por Doni y otro escupido por el larguero. Al brasile?o le hab¨ªa replicado Aquilani, que, en una misma jugada, carg¨® dos veces contra Casillas, al que tambi¨¦n libr¨® la madera. Y en dos ocasiones, porque Vucinic hizo otra carambola en el travesa?o.
Con la energ¨ªa de Drenthe, el Madrid ensanch¨® el campo y, tambi¨¦n angustiado por el paso del tiempo, aument¨® los decibelios. El Roma apenas alter¨® su gui¨®n. Le gusta jugar al billar, no pierde el hilo a la pelota y acelera en cuanto irrumpe Totti, sobre el que gravita todo su ataque. El gran capit¨¢n romano, tan castigado por llevar el equipo en la mochila durante tantos a?os, ya no acelera como anta?o, pero le sobra clase para marcar el ritmo y filtrar pases. Sin embargo, le sobr¨® ¨ªmpetu en el peor momento y su equipo pudo pagarlo muy caro.
Con el Madrid al toque de corneta, Pepe fue expulsado y, al instante, lleg¨® el gol de Taddei. Un azote doble para el equipo espa?ol, que se vio ante un ochomil. Al grupo de Spalletti, que hab¨ªa abusado de su cromosoma italiano para congelar el reloj, le entraron unas prisas repentinas. Ten¨ªa todo a favor y Perrotta estaba golpeado, o quiz¨¢s picado por una avispa. Totti se percat¨®, pero, lejos de regatear alg¨²n minuto, se lanz¨® a por Casillas. Perdi¨® la pelota y Ra¨²l bati¨® a Doni. El Madrid se gan¨® 15 minutos de esperanza. Un mundo cuando se trata del Madrid y su incomparable flirteo con la Copa de Europa, una m¨ªstica que gobierna como pocos. Quedaba recurrir a la heroica, pero este Madrid se queda corto y en su plantilla hay demasiados claroscuros. No tiene especialistas como Guti y Robinho, futbolistas con chistera, capaces de acudir al rescate con un simple gui?o. Le sobra pelot¨®n y le faltan jerarcas. Y la Liga de Campeones no est¨¢ de rebajas.
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