Nubosidad variable en el Athletic
Hubo un tiempo en el que el Athletic ten¨ªa s¨®lo dos caras: la del viento norte y la del viento sur. El p¨²blico, con el parte meteorol¨®gico en la mano o simplemente saliendo a comprar el pan, sab¨ªa lo que iba a ocurrir en San Mam¨¦s con un porcentaje m¨ªnimo de error. Lo dem¨¢s ya lo sab¨ªa: la alineaci¨®n, los n¨²meros de la camiseta seg¨²n su posici¨®n y alg¨²n peque?o debate entonces tan absurdo como si Txetxu Rojo y Argote eran compatibles en la misma alineaci¨®n. Hab¨ªa, adem¨¢s, una leyenda urbana que aseguraba que el Athletic era un peque?o gran Robin Hood que ganaba a los grandes y perd¨ªa con los peque?os. Las estad¨ªsticas no lo demuestran, pero aceleraban la esperanza m¨¢s que un chute de adrenalina. Serv¨ªan para algo, que a veces se cumpl¨ªa. Lo importante, lo sustancial, es que nadie debat¨ªa sobre c¨®mo jugaba el Athletic, salvo los rivales que trataban de justificar sus derrotas por las armas insondables del Athletic, la mismas que les val¨ªan para explicar sus victorias.
Es incre¨ªble que con esta plantilla el conjunto rojiblanco no tenga m¨¢s alternativa que el esp¨ªritu de Belauste
El error del Athletic es que cay¨® en esa trampa, en "ese equipo recio del norte" al que siempre, a?o tras a?o, alud¨ªa Luis Cid Carriega cuando el Athletic viajaba a Sevilla. Un equipo condenado al estado cuaternario del f¨²tbol cuando su historia dictaba lo contrario. Cuando Stepanovic alud¨ªa o Caparr¨®s alude a las esencias del Athletic, a sus caracter¨ªsticas poco menos que cong¨¦nitas, ?a qu¨¦ se refieren? Al Athletic de Panizo, al que reivindic¨® el San Lorenzo del Almagro antes de que lo lapidara el sabihondo p¨²blico de la ¨¦poca?, ?al de Koldo Aguirre, que siempre prefiri¨® el desplazamiento del bal¨®n antes que el del futbolista?, ?al de los habilidosos Lav¨ªn o Est¨¦fano?, ?al de Txetxu Rojo o Piru Gainza, tan ajenos al pelotazo como Fern¨¢n G¨®mez a una firma de ejemplares?, ?al de Uriarte o Guerrero, tan finos como bravos?, ?al de Dani, en el que pesaba m¨¢s la habilidad que la guerrilla para llevarla a cabo?, ?al de Sarabia, el artista quiz¨¢s irrepetible (visto que Yeste se ha empe?ado en no serlo)?, ?al de De Andr¨¦s, el hombre m¨¢s temido por Valdano y cualquiera de sus rivales?, ?al de Urrutia, el futbolista contempor¨¢neo que mejor ha tenido el bal¨®n en los pies? Y a tantos y tantos otros.
Hoy el Athletic es otra cosa, al que no le afecta ni el viento norte ni el viento sur. Da lo mismo, parece condenado a un juego f¨ªsico que probablemente s¨®lo practique el Sunderland (tambi¨¦n rojiblanco) al amparo de una gen¨¦tica que no resiste el m¨¢s m¨ªnimo ADN. Caparr¨®s, como Luis Fern¨¢ndez, y como algunos otros en situaciones comprometidas, han decidido que el Athletic tiene inserta una manera de jugar ajena al Bar?a y al Rayo Vallecano. Una y ¨²nica, pase lo que pase, juegue quien juegue.
Hoy el Athletic tiene m¨¢s vientos: hay algo m¨¢s que norte y sur, pero algo permanece invariable, la diferenciaci¨®n entre la presunta calidad de la plantilla (siempre subjetiva) y la presunta validez de los resultados. Meteorol¨®gicamente, eso se llama nubosidad variable, ese t¨ªpico d¨ªa gris en que miras por la ventana y ves gentes en manga corta, con jersey, con chamarra de invierno, con gabardina y con echarp¨¦. Si no tienes opini¨®n propia, saldr¨ªas desnudo a la calle como ¨²nica forma de acertar.
Por urgencias calsificatorias, por falta de fe en s¨ª mismo, el Athletic ha repudiado las distintas formas de jugar bien al f¨²tbol. La Alemania de Beckenbauer se basaba en los pases a lo ancho del kaiser a Heynckes, por ejemplo, pero tambi¨¦n en los pases cortos a Overath. Guardiola en el Bar?a parec¨ªa que jugaba para atr¨¢s, pero su equipo jugaba para adelante. Resulta increible que con Iraola, Ustaritz, Orbaiz, Susaeta, Gabilondo, David L¨®pez, Llorente, Yeste (en buen plan), el Athletic no tenga m¨¢s esp¨ªritu que el de Belauste. Si Caparr¨®s, ahora se fija en la foto de la ¨¦poca, al otro lado del chicarr¨®n se ve a un tipo llamado Ap¨®n de aspecto enclenque que marc¨® en 12 partidos cinco goles y gan¨® una Copa en 1912. ?Apon o Belauste? ?Panizo o Venancio? ?Y por qu¨¦ elegir para que salga el sol entre la nubosidad variable?
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