Universal Messi
La entrada del argentino en el campo resulta decisiva ante el Atlante y el Barcelona pasa a la final del torneo
A veces hay jugadas que valen por un partido, sobre todo en situaciones de apuro, como en Abu Dabi. Y, llegados a tal extremo, ninguna mejor que una firmada por Messi, el mejor futbolista del mundo, sobre todo en el contexto del Bar?a, que le ha mimado desde cr¨ªo y ahora le idolatra. Messi marc¨® las diferencias para suerte de un Barcelona que tonteaba en exceso ante el Atlante , limitado por sus propias concesiones, bien defendido por los mexicanos, incapaz de cogerle el hilo a un encuentro desbravado que se jugaba al otro lado del mundo, mal envuelto, alejado de la tensi¨®n competitiva de la Liga o la Champions. La victoria se hab¨ªa dado por descontada una y mil veces y, sin embargo, el resultado era de empate a uno, un marcador comprometedor para el equipo que aspira a ganar los seis t¨ªtulos del a?o 2009, rid¨ªculo incluso si se atiende al cartel del rival, un plantel tan dispuesto y aseado como poco competitivo, campe¨®n de la Concacaf, honor que a los europeos les suena a poca cosa. Y, sin embargo, no pod¨ªa el Barcelona con el Atlante.
Atlante 1 - Barcelona 3
Atlante: Vilar; Miguel Mart¨ªnez, Fernando Navarro, Guillermo Rojas, Luis Vel¨¢squez (Pereyra, min.63); Daniel Arreola, Jos¨¦ Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Guerrero, Christian Berm¨²dez; Santiago Solari (Carevic, min.56) y Rafael M¨¢rquez.
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Puyol, Rafa M¨¢rquez (Gerard Piqu¨¦, min.54), Abidal; Xavi, Tour¨¦ (Messi, min.53), Sergio Busquets; Pedro, Ibrahimovic e Iniesta (Bojan, min,76).
Goles: 0-1, min.5: Guillermo Rojas. 1-1, min.35: Busquets. 1-2, min.55: Messi. 1-3, min.67: Pedro.
?rbitros: Carlos Simon, de Brasil. Mostr¨® cartulina amarilla a: Solari (min.8), Jos¨¦ Guerrero (min.40), Luis Velasquez (min.61) e Ibrahimovic (min.65).
Incidencias: segunda semifinal del Mundial de Clubes, que se ha jugado en el estadio Zayed Sports City de Abu Dabi (EAU), ante unos 45.000 aficionados, que abarrotaron el recinto.
As¨ª que no qued¨® m¨¢s remedio que llamar a Messi. La Pulga salt¨® del banquillo y en cuanto pis¨® la cancha resolvi¨® el partido y el acceso a la final del Mundial de clubes con un golazo. As¨ª de sencillo y simple, como le gusta al argentino, siempre resolutivo cuando mayor es la exigencia. Apareci¨® Messi y se hizo la luz en el Bar?a porque mejor¨® a sus compa?eros y el equipo pudo atender a los detalles a la espera de la final del s¨¢bado con Estudiantes: Ibrahimovic estuvo genial, Iniesta recuper¨® el regate y Pedro marc¨® el gol que le corona como el ¨²nico futbolista que ha marcado en las seis competiciones en juego.
Messi firm¨® el remonte y le dio contenido a un partido mal parido desde la parte azulgrana. Al Barcelona le hacen cada d¨ªa la misma jugada, equipos peque?os y grandes, y no escarmienta ni a la de tres, por m¨¢s que repetidamente acabe en gol, igual da la competici¨®n. El portero contrario saca en largo, el medio centro no atina en el rechace, pasa de la pelota o el rival se le anticipa, los centrales cierran a destiempo y el meta se queda a mitad de camino. Un rosario de calamidades azulgrana en un segundo que habilitan al delantero del bando contrario y el tanto cae sin mayor esfuerzo y ante la perplejidad general. As¨ª ocurri¨® en San Mam¨¦s con Toquero, en A Coru?a con Adri¨¢n, en Kiev con Milevskyi y ahora en Abu Dabi con Rojas nada m¨¢s comenzar el partido. La acci¨®n ha acabado por convertirse en irritante m¨¢s que en incomprensible en un equipo tan bien trabajado y futbolero, lleno de detalles y matices, como es el barcelonista.
El gol aturdi¨® al Bar?a, poco din¨¢mico, excesivamente ret¨®rico, como si extra?ara la alineaci¨®n. Apareci¨® de sopet¨®n M¨¢rquez por Piqu¨¦ y no defendi¨® como de costumbre, mientras Tour¨¦ y Busquets tampoco mezclaban en la medular, desplazado el catal¨¢n al puesto de interior, m¨¢s habilitado como rematador que como generador de juego. Audaz y certero desde la salida, el Atlante le perdi¨® el miedo al adversario y al partido. Apret¨® en la medular y se tap¨® lo suficiente como para incomodar el f¨²tbol del Bar?a. A los azulgrana les llev¨® m¨¢s de media hora alcanzar el empate, y s¨®lo pudieron marcar a la salida de un c¨®rner botado por Xavi, cabeceado por Tour¨¦ y remachado por Buquets. No hay mejor soluci¨®n que las jugadas de estrategia cuando los partidos resultan problem¨¢ticos como ante los mexicanos.
Aunque concedi¨® unos cuantos remates, al Atlante le resultaba relativamente f¨¢cil defender el ataque est¨¢tico del Bar?a. Los azulgrana jugaban al pie, sin toque ni velocidad, sin finura ni frescura, faltos de desmarque y de l¨ªnea de pase. Tampoco encontraban jugadores que desequilibraran, sobre todo porque Iniesta no desbordaba y Messi, medio lesionado, aguardaba en el banquillo. Alcanzado el descanso, el partido estaba al igual que el inicio, con la diferencia de que el Atlante ya no jugaba espantado y el Bar?a no sab¨ªa como darle aire al cuero por el acomodamiento de M¨¢rquez y la lentitud de Tour¨¦, dos defectos que afectaban decisivamente su estructura y mec¨¢nica de juego. El partido se puso tan plano, y puede que humillante para el Bar?a, que la hinchada comenz¨® a corear el nombre de Messi.
Guardiola asinti¨® de manera inmediata. Puso a Messi en la cancha y aprovech¨® la coyuntura para quitar a Tour¨¦ y al mismo tiempo cambiar a M¨¢rquez por Piqu¨¦. Los cambios resultaron tan naturales como clarividentes porque el Bar?a marc¨® en cuanto Messi toc¨® la pelota despu¨¦s de una jugada prodigiosa de Ibrahimovic. El ariete retrocedi¨® hacia el marco de Vald¨¦s con un surtido de regates hasta que se dio media vuelta y habilit¨® al argentino, excelso en el control y en el regate al portero y, por su puesto, eficaz en el tiro. Ya nadie dud¨® de la victoria del Barcelona y el partido se convirti¨® en el espect¨¢culo anunciado en el cartel del torneo. Iniesta se enchuf¨®, Pedro marc¨® el gol de rigor, Ibrahimovic sac¨® su repertorio de gestos t¨¦cnicos y hasta Vald¨¦s se luci¨® en las dos llegadas del Atlante. La hinchada, sin embargo, s¨®lo ten¨ªa ojos para Messi, genio y figura los d¨ªas laborables y las fiestas de guardar, en el Camp Nou, en Roma, en Valencia, en el Bernab¨¦u y tambi¨¦n en Abu Dabi, en la Copa, en la Liga, en la Champions, en la Supercopa y en el Mundial. A¨²n cojo, el f¨²tbol de Messi no tiene fronteras. Universal Messi.
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