El Bar?a es humano
El Sevilla sorprende en el Camp Nou a un equipo desconocido desde la alineaci¨®n inicial
El Bar?a no gener¨® juego en posiciones retrasadas, perdi¨® parte de su identidad y el Sevilla, oportunista, no desaprovech¨® la ocasi¨®n . Tir¨® Guardiola de las rotaciones y el equipo, condicionado por la alineaci¨®n y por un adversario tan farragoso como sagaz y certero, padeci¨® un calambre de los fuertes. El bienestar del Bar?a no es perenne y no todos los inventos salen redondos. Por lo menos hasta la vuelta en el Pizju¨¢n.
Todo el banquillo azulgrana de anoche fue titular en la final del Mundial de Clubes y de la Champions, a excepci¨®n de Ibrahimovic, entonces en el Inter. Quiz¨¢ con la intenci¨®n de azuzar la confianza, Guardiola se esmer¨® durante la semana en reivindicar el papel capital de la Copa. Pero las palabras se difuminaron desde el once inicial, expresivo y repleto de jugadores no habituales, con una columna vertebral remozada por completo, de ¨¢rea a ¨¢rea. T¨¢ctica, en cualquier caso, que el curso pasado le respondi¨® de maravilla, por m¨¢s que se midiera a rivales de menor envergadura. Anoche chirri¨® la patente.
Barcelona 1 - Sevilla 2
Barcelona: Pinto; Alves, Milito (Busquets, m. 66), Chigrinsky, Maxwell; Thiago (Xavi, m. 71), M¨¢rquez, Iniesta; Messi, Bojan y Pedro (Ibrahimovic, m. 46). No utilizados: Vald¨¦s, Henry, Puyol y Piqu¨¦.
Sevilla:Palop; Konko, Escud¨¦, Dragutinovic, Navarro; Romaric, Lolo (Duscher, m. 81); Capel, Navas (Renato, m. 46), Perotti; y Kon¨¦ (Negredo, m. 69). No utilizados: Dani Jim¨¦nez, Cala, Jos¨¦ Carlos y Redondo.
Goles: 0-1. M. 60. Capel remata un centro de Perotti que deja pasar Renato. 1-1. M. 73. Ibrahimovic, a pase de M¨¢rquez. 1-2. M. 75. Negredo, de penalti.
?rbitro: P¨¦rez Burrull. Mostr¨® tarjeta amarilla a Thiago, Escud¨¦, M¨¢rquez, Milito, Navarro, Lolo, Chigrinsky, Palop y Maxwell.
Camp Nou. 48.167 espectadores.
Poner a Chigrinski y Milito en el eje de la zaga y a M¨¢rquez como medio centro y parche provisional -Keita y Tour¨¦ desfilan en la Copa de ?frica al tiempo que las piernas de Busquets necesitan oxigenarse- condicion¨® al Bar?a, hasta el punto de que la zona de creaci¨®n se redujo a la mitad. Una imagen resumi¨® con claridad la coyuntura; cuando Iniesta, exasperado y con febriles aspavientos, reclam¨® a los centrales que se cobraran metros con el bal¨®n controlado, que provocaran el dos contra uno y que, en definitiva, arriesgaran para romper l¨ªneas de presi¨®n. Tampoco ayud¨® M¨¢rquez, est¨¢tico o poco h¨¢bil porque siempre iba a recoger la pelota en vez de dar un paso al costado para abrir las opciones de pase. As¨ª que Chigrinski, virtuoso en la lectura del juego, opt¨® por el cambio de orientaci¨®n, arma poco incisiva pero suficiente para hacer llegar el bal¨®n a la pr¨®xima l¨ªnea. Y ah¨ª es donde el Bar?a result¨® punzante. Iniesta y Messi necesitan bien poco para hacer da?o. Pero el Sevilla se abroch¨® como nadie en su ¨¢rea.
En una lecci¨®n de piller¨ªa y estraperlo, el equipo andaluz le rob¨® al reloj tantos minutos como pudo. Cualquier excusa era buena para tirarse al suelo, para perder tiempo cuando la pelota sal¨ªa del c¨¦sped y deb¨ªa de ponerse de nuevo en juego. El colegiado, permisivo, hizo siempre la vista gorda. As¨ª, reticente a alargarse, el Sevilla prioriz¨® abrigarse en casa a enfocar el marco contrario. Rasc¨® cuanto pudo en el centro del campo y la defensa solt¨® zapatazos en busca de un referente en la punta de ataque, pero sin las 'bestias' Kanout¨¦ y Luis Fabiano, nadie baj¨® esas piedras y las remodel¨® en pases a las bandas, la preocupaci¨®n de Guardiola. S¨®lo as¨ª se entiende que Maxwell y Alves contemporizaran y guardaran el sitio, pendientes de las arrancadas de Capel, Perotti y Navas, hasta que una lesi¨®n le apart¨® del campo. No tocaron demasiada pelota, como Iniesta o Messi, un pelo m¨¢s ingeniosos e hirientes que el resto. Regres¨® Leo de Argentina y con ¨¦l el f¨²tbol de fantas¨ªa al Camp Nou. Dos arrancadas suyas desde el costado fueron lo mejor del duelo. En una, lanz¨® un bal¨®n envenenado que Palop escupi¨® con acierto. En la otra, genial y sin espacio para el remate, estilo Vieri (Atl¨¦tico) ante el Paok, envi¨® el bal¨®n a la cruceta. Thiago, con una clase que no se la acaba, excepcional en los espacios cortos, tambi¨¦n lo intent¨®. Como Iniesta. Pero ninguno supo mezclar con Bojan, ataviado con su vestido favorito, el de delantero centro. El Sevilla respondi¨® con una falta lejana y sorprendente de Romaric, que a punto estuvo de dar un disgust¨® a Pinto.
Juegue quien juegue, el Bar?a persigue siempre su DNI. La toca y toca hasta cansarse. Pero anoche lo hizo de forma est¨¦ril, en campo propio. Sin peligro. El Sevilla fue m¨¢s pr¨¢ctico. Renato atendi¨® a Perotti, que pis¨® l¨ªnea de fondo y ley¨® el desmarque de Capel en el segundo palo. A placer, bati¨® a Pinto. Guardiola trat¨® de corregir con Ibrahimovic en la lanza de ataque y con la entrada de Busquets y Xavi en la medular. As¨ª que M¨¢rquez, en un pase kilom¨¦trico, dej¨® a Ibra ante Palop. No err¨® el ariete, siempre con gazuza de gol. Pero tampoco lo hizo Negredo en un penalti de Chigrinski sobre Capel, bien discutido por la grada -crispada en grado superlativo con el colegiado y sus decisiones pol¨¦micas, como un gol anulado a Bojan- y mejor definido por el Sevilla.
Fiero y herido en su orgullo, respondi¨® el Bar?a con sucesivos disparos de Ibra, Bojan e Iniesta. Pero le falt¨® punter¨ªa. Anoche los futbolistas menos titulares no sometieron al rival. Resulta que el Bar?a es humano y que no siempre se sale con la suya.
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