El Almer¨ªa tiene f¨²tbol, no gol
El conjunto de Lillo domina pero perdona a un Valladolid que malvive un partido tras otro
Un punto salvado, un empate como mal menor , es la forma que el Valladolid tiene de malvivir esta temporada, de sufrir un domingo tras otro. Ayer estuvo en la lona hasta que apareci¨® Arzo para cabecear a la red el gol que rescataba un punto que no le mete en los puestos m¨¢s bajos, pero que le deja la sensaci¨®n de que es carne de descenso. El Almer¨ªa tir¨® a la basura un trabajo facil¨®n para llevarse la victoria. Siempre fue mejor, siempre domin¨® y estuvo una hora con un jugador m¨¢s tras la expulsi¨®n de Manucho, pero el Almer¨ªa no tiene gol. Ni Goitom, ni Piatti ni nadie acert¨® a terminar una faena que siempre pareci¨® muy sencilla.
Lillo hab¨ªa desmenuzado al Valladolid. Un poco de presi¨®n, algo de velocidad y buscar romper una l¨ªnea defensiva que se adelanta de una manera inocente y testaruda. Cruxat prob¨® una, Corona otra, y el propio Cruxat apareci¨® como un rayo para rematar sin ninguna oposici¨®n en el punto de penalti un centro de Goitom. El Almer¨ªa era el due?o del cuero, del ritmo y del f¨²tbol. El Valladolid s¨®lo era capaz de entregarle el bal¨®n a Diego Costa.
Valladolid 1 - Almer¨ªa 1
Valladolid: Villar; Pedro L¨®pez, C¨¦sar Arzo, Luis Prieto, Marcos (Marquitos, m. 56); Nauzet (Medunjanin, m. 71) , ?lvaro Rubio (Carlos L¨¢zaro, m. 30), Pel¨¦, Canobbio; Diego Costa y Manucho. No utilizados: Fabricio, Nivaldo, Baraja y Alberto Bueno.
Almer¨ªa: Diego Alves; Michel, Chico, Pellerano, Cisma; Mbami, Bernardello; Corona (Juanma Ortiz, m. 89), Soriano, Cruxat (Nieto, m. 82); y Goitom (Piatti, m. 67). No utilizados: Esteban, Juanma Ortiz, Borzani, Jos¨¦ Ortiz y Solari.
Goles: 0-1. M. 12. Cruxat. 1-1. M. 80. Arzo.
?rbitro: Mu?iz. Amonest¨® a Soriano, Pellerano, Luis Prieto, Canobbio y Diego Costa. Expuls¨® a Manucho (m. 37) por un codazo a Chico y a Mendilibar (m. 76) por protestar.
Incidencias: Jos¨¦ Zorrilla: 14.700 espectadores.
La expulsi¨®n de Manucho en la primera mitad provoc¨® una peque?a revoluci¨®n. Hab¨ªa que renunciar a algo y Mendilibar se decidi¨® por la banda izquierda. Sac¨® de la l¨ªnea a Canobbio, agobiado en un sitio que para nada es el suyo, lo centr¨®, le dio el enganche y el Valladolid comenz¨® a jugar, estren¨® los guantes de Diego Alves, aunque el riesgo de contragolpe comenz¨® a ser extremo y as¨ª estuvieron los dos, uno arriesgando, el otro paciente, especulando. Mendilibar movi¨® el banquillo, Medunjanin al c¨¦sped, pero la cosa no mejoraba, s¨®lo quedaba el bal¨®n parado, la estrategia. Y para eso Medunjanin es un maestro. Coloc¨® una falta tensa en la frente de Arzo para pescar un punto y esperar la decisi¨®n del presidente del Valladolid sobre la continuidad de Mendilibar.
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