Ibrahimovic mantiene la luz encendida

El mundo apag¨® la luz en un gesto simb¨®lico mientras el Barcelona jugaba en Palma. Por una vez, los azulgrana renunciaron a ser solidarios. As¨ª que dejaron las luces de la Liga encendidas con una victoria trabajada como pocas . El Bar?a puso todo de su parte y reivindic¨® su incombustible voluntad de defender el t¨ªtulo. En un campo en el que s¨®lo hab¨ªa ganado el Sevilla, Pep Guardiola prescindi¨® de Messi de inicio, pero encontr¨® a Ibrahimovic para superar al equipo de Gregorio Manzano, que juega de memoria. Los rojillos remataron dos veces al palo y tuvieron su oportunidad de ganar al campe¨®n, que termin¨® el partido arremangado, con Milito y Puyol en plan estelar, haciendo bueno el gol de Ibra.

Guardiola ten¨ªa muy claro con qui¨¦n se jugaba los cuartos, de manera que decidi¨® dar descanso a Messi a conciencia. Tras 15 partidos como titular, seguramente le tocaba. Le ped¨ªa el cuerpo al t¨¦cnico recuperar el dibujo tradicional. No se cort¨® un pelo y se la jug¨® con Pedro y Jeffren para acompa?ar a Ibrahimovic. No era un sinsentido. El del Ono Estadi es un terreno de juego muy ancho y fijando a los dos atacantes de banda, dos extremos con profundidad y desborde, entendi¨® que encontrar¨ªa el camino al gol por dentro y por fuera. As¨ª fue. Alves, muy espeso, y Maxwell jugaron pr¨¢cticamente de interiores e Iniesta hall¨® desde donde manejar el cotarro bastante centrado. Desde ah¨ª, sac¨® el diapas¨®n y el equipo jug¨® a su criterio.

La alineaci¨®n caus¨® da?os colaterales en Henry, que vio el partido desde la grada, junto a Piqu¨¦, porque Milito volvi¨® a acompa?ar a Puyol en la defensa. Tour¨¦, de mediocentro y Keita como volante por la derecha, se fajaron en la pelea contra un equipo muy ordenado, tremendamente trabajado, que esper¨® al campe¨®n con un cl¨¢sico 4-4-2, convencido de que, si jugaba sus cartas con acierto, terminar¨ªa pillando una buena mano. De hecho, qued¨® claro que habr¨ªa partido desde el principio y la victoria no se le escap¨® al Barcelona por los pelos y porque sufri¨® para conseguirla.

Se volcaron los bermellones de salida sobre el ¨¢rea de Vald¨¦s y en tres minutos remataron otras tantas veces a puerta. En la misma jugada, en el minuto dos, Aduriz mand¨® un misil al palo y el rechace lo recogi¨® Castro. No fue gol porque Vald¨¦s lo impidi¨® con una excelente intervenci¨®n. Al Bar?a le bast¨® que Iniesta cogiera el bal¨®n y pusiera en marcha el p¨¦ndulo para hacer recular al Mallorca. Se lo cobr¨® acribillando a Aouate. Pedro marc¨®, pero su gol fue anulado por supuesto fuera de juego; Aouate le sac¨® a mano cambiada a Milito un cabezazo que buscaba la escuadra; el portero tambi¨¦n le gan¨® la acci¨®n a Ibrahimovic por dos veces y, finalmente, vio pasar un ob¨²s de Jeffren rozando el larguero de su porter¨ªa. El Bar?a jug¨® bien porque, tan pronto dio un paso al frente Milito para saltarse la primera l¨ªnea de presi¨®n e Iniesta activ¨® a los extremos, encontr¨® en corto y en largo a Ibrahimovic, que se activ¨® mucho y pareci¨® jugar tan c¨®modo con Nunes y Ramis sopl¨¢ndole la nuca como aprovechando el tranco para perfilarse y ofrecerse al espacio libre.

M¨¢s insisti¨® el Bar?a, m¨¢s trabaj¨® el Mallorca, que en el ¨²ltimo remate del primer tiempo (una falta sacada por Borja Valero) volvi¨® a estrellar la pelota en el palo. Nada m¨¢s empezar el segundo tiempo, Iniesta pidi¨® el cambio y apareci¨® Messi. No se inmut¨® Manzano, que aguant¨® igualmente la salida de Xavi. Necesitado de un gol que le diera el partido y le mantuviera en la pomada por el t¨ªtulo, el Bar?a tuvo m¨¢s paciencia que pegada. El partido entr¨® en zona peligrosa porque el Mallorca se defend¨ªa bien hasta que se desatasc¨® en un c¨®rner: lo sac¨® Xavi, remataron Puyol y Mart¨ª al un¨ªsono, rechaz¨® Aouate e Ibrahimovic empuj¨® a la red. M¨¢s all¨¢ del gol, el partido del sueco fue tan enorme como su asistencia a Messi con la espalda. No fue gol y el Bar?a lo acus¨® porqu¨¦ acab¨® achicando balones en su ¨¢rea. A veces alcanza con un gol.

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