El Bar?a cabalga de nuevo
Una exhibici¨®n de Xavi lanza en la primera parte a los azulgrana ante el Villarreal
Por si hab¨ªa alguna duda, el Bar?a la disip¨® en una primera parte primorosa. Recuper¨® las esencias del equipo m¨¢s admirado del planeta y las esparci¨® por El Madrigal: movilidad, precisi¨®n en el toque y brillantez en la definici¨®n. Todo eso dirigido por un Xavi celestial y un Messi que volvi¨® a ser Messi tras el par¨¦ntesis ominoso del Inter. Es decir, un fen¨®meno. Favorecido, eso s¨ª, por una renuncia del Villarreal en el primer tiempo: la retirada de un delantero (Llorente) por un centrocampista (Cazorla), cambio por el que perdi¨® el aspecto amenazante de las ¨²ltimas jornadas. Recuperado, en parte, en un segundo tiempo mucho m¨¢s igualado, jalonado por el gol del honor de Llorente y la respuesta final de Messi, su 29? gol del campeonato.
Villarreal 1 - Barcelona 4
Villarreal: Diego L¨®pez, ?ngel, Gonzalo, God¨ªn, Capdevila, Cazorla, Ibagaza (Marcos Senna, m.46), Bruno, Cani (Llorente, m.46), Nilmar y Rossi (David Fuster, m.82).
Barcelona: Vald¨¦s, Dani Alvez, Piqu¨¦, Puyol, Maxwell, Busquets (Tour¨¦ Yay¨¢, m.80), Xavi, Keita, Pedro, Bojan (Ibrahimovic, m.85)y Messi (Jeffren, m.89).
Goles: 0-1, m.63: Messi. 0-2, m.34: Xavi. 0-3, m.42: Bojan. 1-3, m.68: Llorente. 1-4, m.88: Messi.
?rbitro: Teixiera Vitienes (colegio c¨¢ntabro). Amonest¨® por el Villarreal a Gonzalo, God¨ªn y Capdevila y por el Barcelona a Keita, Puyol y Busquets.
Incidencias: partido disputado en el campo del Madrigal ante 23.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
Comprometido con un proyecto, con un estilo, con una forma de ser y de jugar, Xavi decidi¨® estar en El Madrigal en contra del consejo de los m¨¦dicos. La microrrotura en el s¨®leo no le impidi¨® gobernar el partido de una manera apabullante. Ligeramente ca¨ªdo a la derecha del medio del campo, dict¨® el juego azulgrana con la autoridad de un mariscal. Ahora un ritmo m¨¢s alto, ahora m¨¢s bajo; de pronto m¨¢s vertical, a continuaci¨®n m¨¢s horizontal. El bal¨®n, siempre a sus ¨®rdenes, y el pase, siempre preciso. En el primero y en el tercer gol. Entremedias, un lanzamiento de falta desde la corona del ¨¢rea con la mezcla perfecta entre potencia y colocaci¨®n en una pelota combada por encima de la barrera. Diego L¨®pez, en su tard¨ªa estirada, se golpe¨® en el poste. Era imparable.
En una frase que hizo fortuna, Piqu¨¦, antes de medirse al Inter, suspir¨® por que los jugadores de Mourinho llegaran a odiar su profesi¨®n en su enfrentamiento con el Bar?a. Sucedi¨® lo contrario. Fueron los azulgrana los que odiaron chocar contra un muro infame para los barcelonistas, de la gloria para los interistas. De la verg¨¹enza para los amantes del espect¨¢culo. Ese que el Bar?a volvi¨® a ofrecer a quien tuviera la fortuna de presenciarlo. Volvi¨® a deleitarse y a deleitar.
Al celebrar el gol, su 28?, la tristeza de la eliminaci¨®n todav¨ªa presid¨ªa la cara de Messi, que apenas esboz¨® media sonrisa a Xavi, autor de otro sensacional pase desde la frontal del ¨¢rea. La maniobra de Messi fue escalofriante. En carrera y de espaldas a la porter¨ªa, se gir¨® a tanta velocidad como si hubiera recibido el bal¨®n de cara a Diego L¨®pez. Despu¨¦s ya tuvo suerte en el remate: los debi¨® God¨ªn y despist¨® al arquero amarillo. M¨¢s bajo de lo habitual ante el Inter, Messi volvi¨® por sus fueros, ejerciendo si se terciaba hasta de lateral derecho ocasional, en una muestra m¨¢s de solidaridad.
A pecho descubierto, el Villarreal se sinti¨® de igual a igual en los 15 primeros minutos. Dos disparos altos de Nilmar hicieron albergar la esperanza en El Madrigal de que ser¨ªa un reparto de golpes. Lo fue solamente en ese cuarto de hora. Hasta que al Bar?a se le pas¨® el dolor del pasado mi¨¦rcoles y Xavi comenz¨® a dictar la lecci¨®n.
La movilidad de Bojan, partiendo del extremo izquierdo, hurg¨® en la herida de Ibrahimovic, relegado al banquillo, mucho m¨¢s tras el excelente gol del joven delantero catal¨¢n: un autopase burl¨®n ante Gonzalo precedi¨® a un disparo cruzado frente a Diego L¨®pez.
Demasiado blando en el primer tiempo, Garrido recompuso a su equipo en el descanso. A?adi¨® la seriedad de Senna en el centro del campo. Y el incordio de Llorente en el ataque, que pas¨® a contar con tres delanteros, el esquema habitual.
El Bar?a se dej¨® llevar y el Villarreal trat¨® de encontrar alg¨²n hueco en la defensa m¨¢s p¨¦trea del campeonato, sobre todo si comparecen Puyol y Piqu¨¦. Lo logr¨® el habil¨ªsimo Nilmar, en un precioso pase en profundidad que super¨® a Puyol y cay¨® en los pies de Llorente. El donostiarra resolvi¨® con el exterior del pie derecho. Y lanz¨® al banquillo una mirada recriminatoria, protestando por su suplencia en el primer tiempo. El partido se ensuci¨® y el ¨¢rbitro contribuy¨® a la confusi¨®n con esa tarjeta fantasma a Busquets. Messi lo calm¨® con un toquecito muy suave por encima de Diego L¨®pez. Guardiola lo sustituy¨® a continuaci¨®n y El Madrigal atron¨® para despedirlo. El primer tiempo azulgrana quedar¨¢ en el recuerdo. El Bar?a cabalga de nuevo.
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