El Zaragoza tiene fe

La fe del Zaragoza es infinita. De nada sirvi¨® que Web¨® le rompiera dos veces, que el t¨¦cnico pareciera decapitado a falta de un cuarto de hora, que la afici¨®n estuviera de u?as, que el presidente se tirara de los pelos... El Zaragoza no se rindi¨® y, frente al Mallorca, conformista y con las manos demasiado largas, sum¨® la primera victoria de la Liga.

Si el Mallorca meti¨® miedo fue por Web¨®, de sobresaliente envergadura y escaso de velocidad, disparo y regate. Pero Web¨® ley¨® como nadie el partido y se bast¨® para descolocar dos veces a los cinco defensas del Zaragoza. Primero, rompi¨® el fuera de juego, se llev¨® el bal¨®n con una mano y lo elev¨® ante Doblas. Despu¨¦s recibi¨® de espaldas, atrajo a dos centrales y puso el bal¨®n a la carrera de Pereira, que resolvi¨® con un disparo cruzado. Dos goles. Poca cosa, sin embargo, para un Zaragoza que nunca se rinde.

Asumiendo que las virguer¨ªas son para otros, renunciando al juego pl¨¢stico o sugerente, el Zaragoza se remite al pragmatismo m¨¢s rudimentario. Se cobija en su l¨ªnea de cinco zagueros y, ya en el ¨¢rea opuesta, aguarda al remate de Braulio. En una de esas, el ariete pinch¨® el bal¨®n, se perdi¨® en el regate y la pelota acab¨® en Lafita, en las redes. Sin m¨¢s propuesta, persisti¨® el Zaragoza y encontr¨® en Bertolo el mejor de los remedios. Un remate, tambi¨¦n en una segunda jugada, supuso el empate, el alivio. Algo que redonde¨® el Mallorca, que sac¨® de nuevo a pasear las manos: Ramis, sin consecuencias, y Mart¨ª, con castigo. Gabi se cit¨® con el bal¨®n en el punto de penalti y resolvi¨® un partido con m¨¢s fe que f¨²tbol.