"Esto es una cuesti¨®n de honor"
Con un discurso directo desde las tripas, Alberto Contador proclama su inocencia y anuncia que pelear¨¢ hasta el final contra cualquier sanci¨®n por su positivo por clembuterol
Quiz¨¢s sea el peso de paisaje, la sierra de la Tramuntana, triste hasta en un d¨ªa soleado, pinos sombr¨ªos, robles secos, como el de hoy; quiz¨¢s sea el poso del pasado, el letrero, la flecha, que a pocos metros del castillo-hotel de lujo, gerencia alemana, que acoge al Saxo Bank estos d¨ªas de Mallorca, se?ala hacia Valldemosa, hacia el invierno en Mallorca de George Sand y Fr¨¦d¨¦ric Chopin; quiz¨¢s, sin m¨¢s, fuera sencillamente la rabia incontrolable del justo que se siente maltratado la raz¨®n del discurso. Quiz¨¢s, s¨ª, esto. "Hoy..., hoy, es un d¨ªa triste, realmente triste, para m¨ª, un d¨ªa en el que tengo una grand¨ªsima desilusi¨®n, un d¨ªa en el que estoy muy decepcionado. Pero no dejar¨¦ el ciclismo".
"Nunca me he dopado. Me considero un ejemplo de limpieza". Habla Alberto Contador. Habla, ante un auditorio de periodistas de toda Europa, dos d¨ªas despu¨¦s de que la federaci¨®n espa?ola le comunicara una propuesta de un a?o de sanci¨®n por su positivo por clembuterol en el pasado Tour, que hab¨ªa ganado, como tambi¨¦n el de 2009 y el de 2007. Habla desde las tripas, su ¨²ltimo argumento de inocencia, habla de "verg¨¹enza", de "filtraciones interesadas". "Hablo de la pobreza y de las carencias de un deporte, el ciclismo, al que quiero, al que he dado mi vida, por el que he sufrido tanto", dice sin respiro, la voz a punto de quebrarse, triste. Dice que no acepta la proposici¨®n, que apelar¨¢ al comit¨¦ espa?ol, y que, si aun as¨ª, se hace firme el a?o, recurrir¨¢ donde haga falta, llegar¨¢ hasta el final, al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
-Y si, como previene el presidente de la federaci¨®n espa?ola, Juan Carlos Casta?o, por recurrir, ?en vez de un a?o, del que ha cumplido ya cinco meses, le caen dos? ?Acepta el riesgo?
-Esto es una cuesti¨®n de honor. No pienso en el dinero que puedo perder por la sanci¨®n, no pienso en las carreras que me pueden quitar [la sanci¨®n conllevar¨ªa la p¨¦rdida del Tour de 2010, que pasar¨ªa a Andy Schleck, aparte de la prohibici¨®n de participar en el de 2011, puesto que estar¨ªa sancionado hasta el 23 de agosto]. Mi honor, mi verdad, mi inocencia, est¨¢n por encima de todo.
Nunca un deportista hab¨ªa parecido tan conmovedor en la defensa de su inocencia. Tan alejado de las frases hechas, dictadas por abogados, ensayadas.
Nunca, quiz¨¢s, ning¨²n deportista hab¨ªa vivido tal pesadilla kafkiana, que es la que parece, atendiendo a su forma de resumirla, que vive el chico de Pinto. "Me siento una v¨ªctima del sistema, un sistema, el de la lucha antidopaje, en el que ya no creo", dijo el ciclista, que calcul¨® que hab¨ªa pasado unos 500 controles en su carrera. "No aguanto ver c¨®mo se me difama cada d¨ªa m¨¢s cuando el ¨²nico error que he cometido es comer una carne sin analizarla".
Contador, su vida deportiva, la carrera, truncada moment¨¢neamente, de uno de los mejores ciclistas de la historia, del mejor, quiz¨¢s, para carreras de tres semanas (tiene 28 a?os y ha ganado tres Tours, un Giro y una Vuelta), es la par¨¢bola del ciclismo tormentoso, sin paz, de la ¨²ltima d¨¦cada. Una carrera que no ha tenido ni un a?o de respiro. Antes de ganar el primer Tour, sobrevivi¨® a un ictus, a una operaci¨®n a cerebro abierto tambi¨¦n, y tambi¨¦n antes de su primer Tour sufri¨® el veto de la grande boucle en 2006 por correr en el Liberty, el equipo de Manolo Saiz, implicado en la Operaci¨®n Puerto. Y despu¨¦s de ganar un primer Tour por la expulsi¨®n del l¨ªder, Michael Rasmussen, volvi¨® a sufrir el veto por correr en el Astana, el equipo que el a?o anterior hab¨ªa tenido el esc¨¢ndalo de Vinok¨²rov. Y luego gan¨® su segundo Tour peleando dentro de su mismo equipo con el intocable Lance Armstrong, al que call¨®. Y gan¨® el tercero, con otro equipo nuevo, peleando hasta el ¨²ltimo kil¨®metro de la ¨²ltima contrarreloj. Y ahora esto. No es extra?o pues que Contador, un cabezota, se crezca ante lo incomprensible. As¨ª ha sido toda su vida. O que conserve la lucidez. "Los estamentos antidopaje deben recapacitar. Estamos ante una regla obsoleta", dice. Habla, en realidad de dos, las dos que le han condenado, la del principio de responsabilidad objetiva, por el que la simple presencia de una sustancia prohibida en la orina de un deportista le convierte en culpable, y, otra regla, la de no instaurar un umbral a partir del cual la presencia pueda considerarse dopaje ya que podr¨ªa tener efectos sobre el rendimiento.
Cuando le dieron la noticia del a?o de petici¨®n, lo primero que pens¨® Contador fue en irse de la concentraci¨®n de Mallorca, volverse a Pinto con su familia, con sus amigos. Le pidi¨® permiso a su director, Bjarne Riis, para irse, pero ¨¦ste le pidi¨® que se quedara con el equipo, que hablara con la prensa. La conferencia la abri¨® el propio Riis, quien asegur¨® que despu¨¦s de le¨ªdos los fundamentos jur¨ªdicos de la propuesta de sanci¨®n, entiende que se castiga a su corredor por la "ingesta accidental" de una sustancia prohibida que "no le ha mejorado el rendimiento". Pragm¨¢tico, el gran dan¨¦s concluy¨®: "Basado en esto, y si hay sanci¨®n firme de un a?o basada en lo mismo, Contador contar¨¢ con el pleno apoyo m¨ªo y de mis patrocinadores. Seguir¨¢ en el equipo".
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