El Sevilla paga los errores de la ida

Veinte minutos de emoci¨®n, auspiciados por un golazo de Luis Fabiano, mantuvieron hasta el final al Sevilla con opciones en una eliminatoria en la que no fue tan inferior como se preve¨ªa ante el Oporto, en la siguiente ronda por el valor doble de los goles en campo contrario. Aunque gan¨® a domicilio al l¨ªder de la Liga portuguesa, el conjunto de Gregorio Manzano pag¨® sus graves errores defensivos en la ida. La notable actuaci¨®n de Javi Varas mantuvo en la pomada al cuadro andaluz, al que solo le queda la Liga, donde figura a 12 puntos de la Champions. Aun as¨ª, con todo en contra, el Sevilla dej¨® al final del choque alguna muestras de sus virtudes, En pleno proceso de transici¨®n, el equipo debe aferrarse a esos minutos finales, en los que se desprendi¨® de todos sus complejos para tratar de t¨² a t¨² al Oporto. Del mismo modo, tampoco deben olvidarse algunas decisiones de Manzano, en la alineaci¨®n y los cambios, que contribuyeron a empeque?ecer a su equipo. Como tambi¨¦n que existen en la plantilla jugadores a los que partidos as¨ª les vienen grandes. Ah¨ª es donde se requiere que no haya m¨¢s errores de planificaci¨®n.

No debe resultar f¨¢cil encarar un partido de vuelta despu¨¦s de un 1-2 en casa. En general, un planteamiento atrevido, dictado por la necesidad de hacer dos goles, puede provocar precipitaci¨®n y nervios. Otra opci¨®n es salir con muchas precauciones a la espera de un contragolpe salvador. Ni de una forma ni otra sali¨® el Sevilla al estadio Drag?o. Cohibido al principio, sin saber nunca si ser carne o pescado, estuvo casi siempre a merced del Oporto. Algunos de sus elementos, caso de Alexis, Navarro o Zokora fueron superados por la entidad del rival y un ritmo de partido que los somet¨ªa a la asfixia. Cabr¨ªa preguntarse tambi¨¦n por qu¨¦ Manzano se decidi¨® por Zokora en lugar de Medel y el propio Alexis por Escud¨¦.

Salvo una ocasi¨®n de Kanout¨¦, que se encontr¨® con una dejada de Negredo que estuvo a punto de convertir en gol, el equipo de Manzano se redujo a contemplar la superioridad del Oporto, plasmada en cada carrera de Hulk, que desbarataba su sistema defensivo. El Sevilla, descosido, con Rakitic y Kanout¨¦ perdidos, y Perotti y Navas aislados en las bandas, apenas encontr¨® aire en un par de arrancadas de Negredo o la seguridad que le ofrec¨ªa Fazio.

El futuro de la eliminatoria demandaba un golpe de tim¨®n urgente. Consciente de ello, Manzano se la jug¨® dando entrada a Medel y Luis Fabiano, despoblando su defensa y buscando lo que se antojaba como un aut¨¦ntico milagro. En el intercambio de golpes, siempre fue el Oporto el que estuvo m¨¢s cerca de marcar, sobre todo en dos acciones claras de Falcao y Moutinho, mientras que el Sevilla, con una aglomeraci¨®n de hombres en ataque, apenas encontraba la v¨ªa adecuada para hacerle da?o al Oporto.

Entonces, con casi todo perdido, lleg¨® el jugad¨®n y el gol de Luis Fabiano. Faltaban 20 minutos y parec¨ªa que pod¨ªa pasar cualquier cosa. La expulsi¨®n de Pereira anim¨® el panorama para el Sevilla, pero le sigui¨® la de Alexis en una acci¨®n sin sentido y el segundo gol del Sevilla no termin¨® de llegar.