El Milan se defiende solo
El Tottenham, sin juego ni remate, supera la eliminatoria con un f¨²tbol directo que diluye por completo al conjunto italiano
Sin decir ni mu. El Milan se descabalg¨® de la Champions sin alzar la voz: equipo falto de recursos y de remate, miseria para la gloria que en su d¨ªa sabore¨®. Lo anul¨® sin apuros el Tottenham, escaso tambi¨¦n de f¨²tbol, pero m¨¢s inspirado en la ida, con un gol de Crouch, la ¨²nica fantas¨ªa de la eliminatoria. El Tottenham, que no alcanzaba los cuartos de final desde 1962, camin¨®. El Milan coje¨®.
La propuesta de f¨²tbol de ambos equipos result¨® similar, condicionada por los arietes talludos a cada bando. Crouch, para el Tottenham; Ibrahimovic, para el Milan. Postes y referentes que se desenvuelven en dos palmos de campo con la obsesi¨®n de cobrarse la parcela a base de topetazos y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, con cierta habilidad en los pies. No son tuercebotas. As¨ª, el Milan y el Tottenham tiraron del f¨²tbol directo, sin ali?o ni fronteras, con pases largos para exprimir las segundas jugadas. El primero lo hizo por necesidad; el segundo, por precauci¨®n.
Tottenhan 0 - Milan 0
Tottenham: Gomes; Corluka, Gallas, Dawson, Assou-Ekotto; Sandro, Modric; Lennon, Van der Vaart (Bale, m. 66), Pienaar (Jenas, m. 71); y Crouch (Pavlyuchenko, m. 83). No utilizados: Cudicini; Hutton, Defoe y King.
Milan: Abbiati; Abate, Nesta, Thiago Silva, Jankulovski (Antonini, m. 70); Seedorf, Boateng (Merkel, m. 76), Flamini (Strasser, m. 88); Robinho, Ibrahimovic y Pato. No utilizados: Amelia; Papastathopoulos, Oddo y Yepes.
?rbitro: Frank de Bleeckere (B¨¦lgica). Amonest¨® a Jankulovski, Flamini y Pato.
White Hart Line: 36.000 espectadores. Clasificado el Tottenham por 1-0.
Sin Pirlo, el tim¨®n del Milan es defectuoso. No hay circulaci¨®n ni pases interiores, nulo ingenio. Es un libro abierto, circunstancia que le resta sorpresa, pero no peligrosidad. La f¨®rmula es simple: Ibra, instalado en el ¨¢rea adversaria, fija a los centrales mientras los dos puntas que le envuelven -peque?os virtuosos- alborotan. Una apuesta que funciona de rechupete en la Serie A, pero que en Europa se dio de bruces. Entre otras razones, porque el Tottenham, consciente de su desidia y sus fobias, se esmer¨® en impedir el contragolpe rival.
Son los Spurs un tanto gandules en la faceta defensiva. Atacan con todo, pero desprotegen la retaguardia. Quiz¨¢, porque algunas de sus piezas consideran el trabajo como un s¨ªntoma de debilidad, se?a que embrutece su atildado espect¨¢culo. No es raro, entonces, que Crouch abone su parcela; que Van der Vaart gire el cuello, pero no la cadera, para perseguir la pelota -¨¦l la reparte o la puntea-, y que Lennon seleccione el desgaste porque depende de la explosividad. Lo permite Redknaap, que prefiere los pu?ales a los muros, que sit¨²a al talentoso Modric como mediocentro, que defiende el juego de golpes, de ¨¢rea a ¨¢rea sin detenci¨®n. Pase largo para que Crouch peleara; para que Van der Vaart, en la llegada desde atr¨¢s, rematara. La jugada cuaj¨® en dos ocasiones, pero la zurda del 11 estaba desafinada. Juego directo, en definitiva, para que el Milan no recuperara el cuero en posiciones avanzadas y usara el contragolpe para pillar -tambi¨¦n- descolocada a la l¨ªnea del eje y del cierre. La treta le sali¨® redonda.
Desprendido en el esfuerzo y un pelo vigor¨¦xico, Boateng resulta una pieza capital en el Milan porque corre por tres y alcanza las ¨¢reas para lo que sea. Dos cualidades imprescindibles para este equipo, en declive futbol¨ªstico con el bal¨®n entre los pies por m¨¢s que arriba se sucedan los remates de bazuca -esa falta lanzada por Zlatan que Gomes despej¨® con los pu?os- y los quiebros de ballet de Pato y Robinho. El problema es que el bal¨®n les llega poco y, sobre todo, en malas condiciones. Con Boateng y sin Pirlo, Seedorf fue la catapulta con pases de 40 metros, pero sin intenci¨®n. A la que el guion se rompi¨®, cuando Flamini entr¨® por dentro y encontr¨® a Ibrahimovic, se cant¨® el gol. Zlatan se la dio a Robinho y el disparo, que rebot¨® en la espalda de Dawson, enfilaba la porter¨ªa sin remisi¨®n. Hasta que Gallas, bajo el poste, evit¨® el tanto. Pato tambi¨¦n tuvo su remate, ajustado y desviado.
?nicos sobresaltos en White Hart Line. Todo lo dem¨¢s, a base de balones kilom¨¦tricos, de poco f¨²tbol y mucha especulaci¨®n, estaba controlado.
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