Menos juego y m¨¢s resultados

Ser entrenador del Tenerife se ha convertido este a?o en una profesi¨®n de riesgo. El banquillo del equipo canario es un aut¨¦ntico carrusel por el que ya han pasado cuatro t¨¦cnicos. Las tres temporadas de buen f¨²tbol vividas con Jos¨¦ Luis Oltra, adorado por la afici¨®n, han dado paso a una vor¨¢gine de descabezamientos y contrataciones que ha obligado a dejar el estilo de juego en un segundo plano. El ¨²ltimo en llegar -la semana pasada- ha sido David Amaral, un veterano de la casa que inicia su tercera etapa en el banquillo chicharrero con el reto de lograr una permanencia que se antoja complicada. No entr¨® con buen pie. Perdi¨® su primer partido -"El m¨¢s importante de los ¨²ltimos 25 a?os"- en casa ante el Huesca.

"Cuando el equipo no funciona siempre se cambia al entrenador, pero esta situaci¨®n es extra?a, yo no la hab¨ªa vivido nunca", explica Marc Bertr¨¢n, capit¨¢n del conjunto isle?o. El Tenerife empez¨® la temporada con el objetivo de volver a la Primera Divisi¨®n, pero el proyecto arranc¨® torcido y, uno tras otro, fueron cayendo los t¨¦cnicos: Gonzalo Arconada, Juan Carlos Mandi¨¢ y Antonio Tapia. "Los tres ten¨ªan filosof¨ªas parecidas", explica Bertr¨¢n. Todos llegaron con la intenci¨®n de aprovechar las condiciones que se le presuponen a la plantilla para hacer un juego del agrado de una grada exigente. Las urgencias de la clasificaci¨®n le quitaron peso al estilo por el camino.

"El Tenerife lleva varias temporadas tratando bien el bal¨®n, jugado muy bien al f¨²tbol. Nosotros arrancamos con la idea de seguir esa l¨ªnea", asegura Tapia, el ¨²ltimo t¨¦cnico destituido. El cordob¨¦s explica que a la hora de contratarle no se habl¨® de estilo, pero entiende que si le llamaron fue porque conoc¨ªan sus planteamientos. Su inicio fue bueno, pero con las jornadas se vio obligado a hacer retoques en el modelo. "La presi¨®n y la ansiedad hac¨ªa que nos costara m¨¢s manejar el bal¨®n en campo propio. Intentamos simplificar y acelerar la salida desde atr¨¢s, evitar unos errores en defensa que nos estaban quitando puntos".

Los malos resultados del equipo tambi¨¦n se han dejado sentir en los despachos. En diciembre, Juan Jos¨¦ Lorenzo sustituy¨® como director deportivo a Santiago Llorente. Para el directivo, las urgencias de una temporada en marcha siempre hacen m¨¢s dif¨ªcil conciliar la b¨²squeda de un estilo con las otras variables que se tienen en cuenta al salir al mercado. "Las ideas futbol¨ªsticas tienen que concebirse en situaciones particulares, y en la nuestra valen para poco", aclara Lorenzo. "El plano an¨ªmico ahora est¨¢ por encima, m¨¢s all¨¢ de un sistema, la idea tiene que ser que el jugador se encuentre lo m¨¢s c¨®modo posible".

Ante la cuesti¨®n de si la inestabilidad en la direcci¨®n t¨¦cnica puede afectar negativamente a los jugadores, el director deportivo propone plantear el problema a la inversa: "C¨®mo afecta a los entrenadores el que los jugadores no den su m¨¢ximo rendimiento, c¨®mo influye en el cambio". Por su parte, Bertr¨¢n asegura que a veces ese cambio puede servir para reactivar a la plantilla, "hace que la gente se esfuerce para mostrarse ante el nuevo t¨¦cnico". Tapia, no obstante, reconoce que la situaci¨®n no es la ideal para el jugador ni para el afianzamiento de un modelo, pero afirma que el problema no es del Tenerife, sino de la cultura futbol¨ªstica espa?ola, que permite al entorno de los clubes someterlos a una gran presi¨®n y exigirles cabezas en cuanto los resultados no acompa?an.

Con este panorama se ha hecho cargo del banquillo canario David Amaral, al que las circunstancias, una vez m¨¢s, obligan a someter la filosof¨ªa a las prisas. "Ser¨ªa bueno jugar bien, pero la meta ahora es ganar partidos", dijo en su presentaci¨®n. "Conoce perfectamente el entorno y a muchos de los jugadores. Quiz¨¢s eso har¨¢ que sepa gestionarnos mejor", conf¨ªa el capit¨¢n tinerfe?o. Tambi¨¦n conoce Amaral las carencias de un equipo al que ha seguido desde la grada. Y como Lorenzo, sabe que lo primero ahora es levantar la moral de sus jugadores. "He venido a convencer al futbolista de que se puede salir de esta". M¨¢s que juego, lo que importa es el resultado.