Tras Llodra, un cl¨¢sico

Rafael Nadal ha ganado por doble 6-2 al franc¨¦s Michael Llodra en cuartos de final del torneo de Madrid. Ahora disputar¨¢ las semifinales contra Roger Federer, que se impuso a Robin Soderling (7-6 y 6-4). Los protagonistas aseguran un cruce lleno de connotaciones hist¨®ricas: el suizo y el espa?ol han construido una rivalidad que ha transcendido las fronteras de su deporte a trav¨¦s de una ristra de partidos ¨²nicos disputados en los m¨¢s grandes escenarios.

Nadal le ense?¨® el camino de salida a Llodra como si le fuera la vida en ello: a los 16 minutos mandaba por 4-0 y a los 34 hab¨ªa hecho suya la primera manga por 6-2. A todo eso asisti¨® el franc¨¦s con un esp¨ªritu encomiable. Nunca renunci¨® a la red. Jam¨¢s jug¨® un punto desde el fondo. Muri¨® con su estilo, que obliga al v¨¦rtigo, dejando algunos golpes deliciosos, plenos de tacto y t¨¦cnica, pero insuficientes ante la solidez de roca del n¨²mero uno.

Nadal es mucho Nadal, y m¨¢s en tierra. Llodra es mal cliente sobre superficies r¨¢pidas, donde su saque abierto de zurdo y su capacidad acrob¨¢tica son un aut¨¦ntico martirio. Sobre arcilla, por mucho que la altura de Madrid acelere el juego, su propuesta pierde veneno en la misma medida que la tierra le obliga a echar el freno. El n¨²mero uno le taladr¨® una y otra vez al resto. En el tenis moderno es imposible resistir con voleas, boteprontos y saques de verso suelto, entendidos no como un fin, sino como un apoyo camino de terrenos peligrosos. Siempre hacia la red, el n¨²mero 27 rindi¨® un homenaje a los nost¨¢lgicos. Precioso, brillante e insuficiente.