El Zaragoza sigue vivo
Un gol de Ponzio le permite so?ar con la permanencia y descabalga de Europa al Espanyol
No es lo mismo jugarse la gloria que la existencia. Necesitado de una victoria para asomarse en Europa, el Espanyol compareci¨® atenazado, con el tembleque metido en el cuerpo. Acuciado por la quebradiza situaci¨®n deportiva y econ¨®mica, el Zaragoza se rebel¨® a sus deficiencias, con todo el ¨ªmpetu y coraje del que dispone, con la victoria como ¨²nica probabilidad. Ponzio le dio la raz¨®n, con un gol reparador, una diana de esas que quitan el hipo y dan la vida. Por lo menos hasta la ¨²ltima jornada, la pr¨®xima, cuando se batir¨¢ con el Levante a domicilio. Le alcanza con una victoria. M¨¢s claro tiene su futuro el Espanyol, descabalgado de Europa, condenado por unas ventas invernales (D¨ªdac y V¨ªctor Ruiz), que le desmantelaron la zaga y le descuajeringaron el curso.
ZARAGOZA 1 - ESPANYOL 0
Zaragoza: Leo Franco; Lanzaro, Jarosik, Da Silva, Obradovic; Gabi, Ponzio; Boutahar (Bertolo, min.61), Herrera, Lafita (Braulio, min.92); y Uche (Sinama-Pongolle, min.46).
Espanyol: Kameni; Gal¨¢n, Amat, Ra¨²l, Chica (Rui Font¨¦, min.70), Luis Garc¨ªa, Verd¨², L¨®pez, Callej¨®n (Isa¨ªas, min.61), Iv¨¢n (?lvaro, min.61) y Osvaldo.
Goles: 1-0. Min.55, Ponzio
?rbitro: Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez (C. Castellano-Leon¨¦s). Amonest¨® con cartulina amarilla por el Real Zaragoza a Herrera y Gabi.
34.000 espectadores en La Romareda.
Aunque impreciso en la mezcla e inexacto en el pase definitivo, el Zaragoza atosig¨® con la presi¨®n y mordi¨® con denuedo. La clave pasaba por los movimientos de Uche, que se desplazaba a las bandas para recibir el bal¨®n, casi siempre al hueco, casi siempre para explotar su velocidad. Y a sus desmarques correspond¨ªan los dos interiores, que se repart¨ªan las posiciones de remate, al primer y segundo palo. Pero los centros, estupenda la zaga del Espanyol por arriba, no crearon apuros.
S¨ª lo hicieron, sin embargo, las segundas jugadas, remolones los medios blanquiazules a la hora de buscar el rechazo, predispuestos m¨¢s bien a tirar el contragolpe en el ¨¢rea adversa. As¨ª que exprimi¨® el Zaragoza los disparos de larga distancia, con ca?oneros tan insistentes como imprecisos. Prob¨® fortuna Jarosik, asust¨® Lafita con dos disparos centrados, no atin¨® Ander Herrera y repiti¨® sin ¨¦xito Jarosik. Fue Gabi, en cualquier caso, el que m¨¢s intimid¨®, con un zapatazo que buscaba la escuadra pero que se estrell¨® con las manoplas de Kameni. Solo Ponzio atin¨®.
No dijo ni p¨ªo el Espanyol, inexpresivo ante el infatigable empuje rival. El Zaragoza le discut¨ªa la pelota, cualquier parcela del campo y no negociaba con el ritmo; impon¨ªa el frenes¨ª sobre la pausa que reclamaba el equipo periquito, con mejor pie para el toque pero escaso de ingenio. De nada serv¨ªa la movilidad de los trescuartistas; el bal¨®n no les llegaba en condiciones y carec¨ªan del tiempo para pensar en el siguiente pase, para conectar con Osvaldo, est¨¢tico y sin remate.
Solo Verd¨², con un ordenador en la cabeza, era capaz de aclarar las l¨ªneas de pase, como ese que le sirvi¨® a Callej¨®n que le dej¨® frente a Leo Franco. Al centro, al cuerpo del portero. M¨¢s claras fueron las opciones de ?lvaro y de Rui Fonte, que no supieron liquidar la misma jugada. El primero cabece¨® con el tup¨¦ a porter¨ªa vac¨ªa y el segundo, con los tacos. De nuevo: al centro, al cuerpo del portero.
No le prest¨® atenci¨®n a los contratiempos el Zaragoza, desinhibido y voraz, persistente con los francotiradores. Lafita la envi¨® a las nubes y Sinama a las manos de Kameni. Hasta que apareci¨® Ponzio, que se anticip¨® a un pase del rival, dio dos zancadas y levant¨® la cabeza para soltar un latigazo raso que acab¨® en las redes. Era su segundo gol en la temporada; era la diana que alimentaba los sue?os de la permanencia del Zaragoza y destru¨ªa los europeos del Espanyol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.