Adioses
El s¨¢bado d¨ªa para la curiosidad, la reflexi¨®n y las despedidas. Camino de Cornell¨¤, antes nos acercamos por la plaza de Catalunya para observar de cerca la indignaci¨®n y participar de ella. Nos recibe un individuo que se dirige al gent¨ªo micr¨®fono en mano, gritando para que se note que est¨¢ indignado, farfullando consignas revolucionarias con un histerismo que nos tira de espaldas. Decepci¨®n. Se echan en falta portavoces m¨¢s serios, con enjundia esc¨¦nica y argumental. Ser¨ªa una pena que la protesta derivara hacia el iluminismo y el charlatanismo. Decidimos ser buenos chicos y reflexionar acerca de los candidatos a la alcald¨ªa, con la resultante de quedar atenazados por un ataque de p¨¢nico. Va cayendo la noche casi con m¨¢s pena que gloria, pero no. Nos espera un Espanyol-Sevilla vac¨ªo de contenido deportivo, pero estimulante por el contenido emotivo de los numerosos adioses que tendr¨¢n lugar, en especial el de Iv¨¢n de la Pe?a. Al llegar a Cornell¨¤ la Curva Jove grita su propia indignaci¨®n y pide la dimisi¨®n del presidente y la directiva por su falta de ambici¨®n por las ventas habidas y por haber de jugadores importantes. La pela es la pela, replican silenciosamente desde el palco. El equipo que roz¨® la Champions en la primera vuelta ya no existe, se ha esfumado, deslabazado, destruido. Toca volver a empezar, con la ¨²nica alegr¨ªa de los numerosos canteranos que dan vida al primer equipo, y con la extra?a sensaci¨®n de no haber estado en la lucha ag¨®nica por la permanencia, que ser¨ªa lo normal en el Espanyol. Visto as¨ª, ha sido una gran temporada. Visto desde otra perspectiva, ha sido evidente que al equipo le ha faltado fe en s¨ª mismo en muchos partidos como visitante, una cuesti¨®n psicol¨®gica que compete al entrenador, que parece atacado de melancol¨ªa cada vez que se aleja de casa. Dif¨ªcil saber la diferencia entre la prudencia, el conservadurismo, la pusilanimidad o la cobard¨ªa; entre conocer los propios l¨ªmites y aceptarlos o explorarlos para arriesgarse a crecer asumiendo el riesgo de la decepci¨®n. Ahora mismo no sabemos si es que nos falta ambici¨®n o es que somos realistas. Los indignados de la plaza dicen ser realistas porque piden lo imposible, bonita frase para un s¨¢bado por la noche, pero poco pr¨¢ctica el lunes a primera hora.
Cuando est¨¢bamos a punto de llegar a la conclusi¨®n de que lo mejor ser¨ªa un anarquismo de derechas, nos sorprende Pochettino dejando en la grada a Kameni por airear en p¨²blico la falta de ambici¨®n del equipo. El entrenador se ha dado por aludido y disfraza el castigo al camerun¨¦s como un premio al portero suplente, Cristian ?lvarez, que sin duda es m¨¢s querido por la grada que el portero titular. Cristian ?lvarez tiene est¨¦tica de indignado, pero es Kameni el que se queja. Kameni tiene raz¨®n. Pochettino tiene raz¨®n. La directiva tiene raz¨®n. Los indignados tienen raz¨®n. Las camisetas de los jugadores homenajeando a De la Pe?a con la frase "hemos disfrutado como enanos contigo", tienen raz¨®n. El minuto 21 tiene raz¨®n. Los goles de Osvaldo tienen raz¨®n. Los que silbaron a Callej¨®n no tienen raz¨®n. Los d¨ªas laborables tienen raz¨®n, seg¨²n Gil de Biedma, que tambi¨¦n ten¨ªa raz¨®n. La pena de los que se van tiene raz¨®n. La despedida de soltera que nos topamos a la vuelta en metro tiene raz¨®n. Es la raz¨®n de la sinraz¨®n, y viceversa. Y la pr¨®xima temporada, hablaremos del Gobierno.
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