Las promesas falsas de Syed
El propietario indio del Racing no ha abonado el dinero exigido para salvar las deudas y desde la directiva se persigue su salida
Al¨ª Syed se aleja cada vez m¨¢s del Racing y con ¨¦l las esperanzas que gener¨® a su llegada de convertir al equipo santanderino en uno de los mejores de Espa?a a golpe de talonario. El magnate indio compr¨® en enero el club con una condici¨®n: deb¨ªa pagar el cr¨¦dito que ten¨ªa la entidad desde 2004. La empresa p¨²blica Cantur aval¨® entonces al Racing ante los bancos con siete millones de euros y Syed se comprometi¨® a pagarlo cuando lleg¨®. Anoche, precisamente, conclu¨ªa el plazo para que abonara el segundo plazo de esa deuda, de 1.350.000 euros. No lo hizo y hoy el Gobierno de Cantabria le ha dado un ultim¨¢tum: o paga esa cantidad antes del 21 de junio o le quitar¨¢ las acciones y se las devolver¨¢ a sus antiguos propietarios. El Ejecutivo puede hacerlo porque esa era una de las garant¨ªas que firm¨® con el indio por si este no cumpl¨ªa con lo pactado. La salida de Syed del club puede estar pr¨®xima.
"Mi inversi¨®n aqu¨ª es para toda la vida", dijo el magnate indio a su llegada a Espa?a, a principios de febrero, cuando proclamaba a los cuatro vientos su eterno amor a Santander. Su desembarco provoc¨® gran expectaci¨®n, puesto que anunci¨® un desembolso de 50 millones para reforzar al equipo. "Quiero llevar al Racing a grandes cotas del f¨²tbol mundial", dec¨ªa en una entrevista al As. Parec¨ªa que su llegada traer¨ªa m¨¢s estabilidad al equipo. Los aficionados, sin embargo, comenzaron pronto a decepcionarse porque apenas llegaron fichajes en el mercado de invierno. "No tenemos que precipitarnos", explicaba, como justificaci¨®n a que no pudo traer a Zigic por seis millones, que es lo que solicitaba el Birmingham. A cambio, destituy¨® a Miguel ?ngel Portugal y contrat¨® a Marcelino, el t¨¦cnico que temporadas antes hab¨ªa llevado al Racing a clasificarse para la Copa de la UEFA.
Se reconoc¨ªa "aficionado" al f¨²tbol, pero no "un experto". Y en varios partidos del Racing en El Sardinero, no dud¨® en celebrar los goles de su equipo con gran algarab¨ªa, saltando y bailando en el palco. En el partido frente al Sevilla, estuvo casi un minuto agitando los brazos y chocando las manos con otros aficionados despu¨¦s de que el Racing marcara el gol de la victoria. Al final, con m¨¢s apuros de los deseados, el equipo termin¨® el curso en la posici¨®n 12, tres puntos por encima del descenso.
En abril, adem¨¢s, comenzaron a circular rumores seg¨²n los que Syed estar¨ªa plante¨¢ndose vender el club tras los incumplimientos de los plazos que ¨¦l mismo puso para saldar las deudas que el equipo ten¨ªa con los jugadores. Las esperanzas que la ciudad hab¨ªa puesto en ¨¦l se fueron transformando en incredulidad y ahora en Santander muchos aficionados le ven como un estafador. El descontento con el magnate indio fue uno de los motivos, de hecho, de la marcha de Marcelino al Sevilla, seg¨²n reconoci¨® el propio t¨¦cnico a su salida. "Nos ha enga?ado y ha incumplido todas sus promesas", asegur¨®.
El panorama del Racing es ahora oscuro, puesto que el club tiene cerca de siete millones de euros de deuda contra¨ªda con los jugadores y con Hacienda que Syed tampoco ha pagado pese a que se comprometi¨® a ello. El presidente del Racing, Francisco Pern¨ªa, y el Director General, Roberto Bedoya, ya se han movido al margen de Al¨ª Syed. Ambos explicaron ayer, en una comparecencia que dur¨® m¨¢s de tres horas, que hay dos v¨ªas para salvar el club. La primera pasa por encontrar un inversor que compre las acciones y pague las deudas de la entidad. En este sentido, Pern¨ªa se mostr¨® optimista al asegurar que est¨¢n "manteniendo reuniones". La otra v¨ªa ser¨ªa que el club pidiese un cr¨¦dito de siete millones de euros para despu¨¦s hacer frente a las deudas. Para ello, es imprescindible que el Gobierno de Cantabria avale a la instituci¨®n. Entretanto, el Racing sigue sin poder fichar, puesto que no puede dar garant¨ªa de cobro, y varios jugadores (Coltorti, Lacen, Rosenberg, Henrique, Tziolis) ya han abandonado el club. El tiempo corre en su contra.
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