Young ya est¨¢ preparado

En 2005, con 16 a?os, se convirti¨® en el tenista m¨¢s joven en alcanzar el n¨²mero uno del mundo junior tras ganar el Abierto de Australia de la categor¨ªa. Donald Young (Chicago, Estados Unidos; 1989) fue, adem¨¢s, el primer afroamericano en subir a lo m¨¢s alto del ranking. Sin embargo, siete a?os despu¨¦s de hacerse profesional, las vitrinas de Young siguen vac¨ªas, su potencial pr¨¢cticamente desperdiciado. Hasta ahora. Tras haber cambiado sus rutinas de entrenamiento esta temporada, el actual n¨²mero 84 del mundo parece estar recuperando en el actual Abierto de Estados Unidos la senda por la que caminaba en sus inicios. Hoy se mide a Andy Murray, cuatro del mundo, en octavos, ronda que nunca antes hab¨ªa alcanzado en un grande.

La clave de la sorprendente mejor¨ªa de Young, seg¨²n ¨¦l mismo ha apuntado en los ¨²ltimos d¨ªas, est¨¢ en el cambio acometido en su preparaci¨®n. El estadounidense, a quien le entrenan sus padres, ambos profesores de tenis, dedic¨® mucho m¨¢s tiempo a ejercitarse en la ¨²ltima pretemporada, en la que en vez de permanecer en su casa de Atlanta, como hac¨ªa en el pasado, pas¨® un mes en California junto a otros profesionales, como Mardy Fish y Sam Querrey. "No quer¨ªa los mismos resultados, as¨ª que ten¨ªa que probar algo diferente", explic¨®; "nunca antes hab¨ªa trabajado tanto". Su mejor¨ªa f¨ªsica se pudo apreciar en el partido de segunda ronda que le enfrent¨® al suizo Stanislas Wawrinka, el n¨²mero 14 del mundo, al que derrot¨® en cinco sets tras 4h 20m de juego.

Olvidados los estados de forma inadecuados, Young parece haberse centrado al fin. De sus 13 participaciones en los grandes, es la tercera vez que consigue pasar de primera ronda. Hay un dato que resulta especialmente esclarecedor: en este US Open ha ganado los mismos partidos que en todas sus participaciones previas en Grand Slams. "Para esto es para lo que trabajo, es con lo que sue?o", dijo tras batir al argentino Chela en tercera ronda.

Ahora le espera un hueso duro de roer, el n¨²mero cuatro del mundo, Murray. Young, que juega muy arropado por un p¨²blico deseoso de encontrar por fin a un digno sucesor de sus viejas glorias, ya le gan¨® en marzo en Indian Wells, aunque el escoc¨¦s no pasaba entonces por su mejor momento. En cualquier caso, el de Chicago parece haber ajustado su mirilla a tiempo de redirigir el tiro y, con ¨¦l, su carrera. "Algunas personas tienen que aprender de la experiencia. Yo soy una de esas personas", dijo recientemente. Con sus propias palabras: "M¨¢s vale tarde que nunca".