Un r¨¦cord al rev¨¦s

Cuando Patrick Makau, desafiando los l¨ªmites de la resistencia humana, empieza a correr en tiempos que le dan la posibilidad de batir el r¨¦cord del marat¨®n, los analistas sacan las calculadoras y comienzan a estudiar en directo los datos de su carrera. Para batir la plusmarca, piensan los cient¨ªficos, hay que ser un atleta de cabeza fr¨ªa, capaz de alentar a las liebres para ir rebajando la marca anterior a raz¨®n de medio segundo cada kil¨®metro, de 2,5 segundos cada 5.000 metros, y as¨ª, impasible matem¨¢tico, durante m¨¢s de 42 kil¨®metros. Hay que ser, concluyen los amantes de las estad¨ªsticas, un fondista razonable, como Haile Gebrselassie, el plusmarquista anterior, que en 2008 logr¨® sus 2h3m59s corriendo de menos a m¨¢s, apretando al final. Pero no. Makau no es as¨ª. Makau corre y rompe (2h3m38s, 21 segundos m¨¢s r¨¢pido) el r¨¦cord al rev¨¦s.

El keniano afronta el recorrido de Berl¨ªn en sentido contrario. Aprovechando unas liebres de lujo (Kirui, Chemlany), reventando el reloj en los kil¨®metros intermedios y sufriendo en solitario en los finales. Va de m¨¢s a menos. Hace cualquier cosa menos lo que hizo Gebre, el maestro.

As¨ª, claro, abandona reventado el et¨ªope. Aunque aguanta 10 kil¨®metros m¨¢s, las arcadas de los v¨®mitos le sorprenden a mitad de carrera. Es normal. Es cuando Makau ha decidido imponer una cadencia infernal, ayudado por liebres de ritmo preciso. El keniata vive sus parciales m¨¢s gloriosos entre el kil¨®metro 10 y el 30. Devora cada cinco kil¨®metros con el apetito de un can¨ªbal: 14m34s, 14m39s...?14m20s! Ni que fuera en moto. Luego, paga las consecuencias: igual que si hubiera tenido un arranque de pasi¨®n, Makau llega al final midiendo muy mucho sus fuerzas.

Esta es la radiograf¨ªa de su carrera. Los 14m20s, su parcial m¨¢s r¨¢pido, llegan pronto, entre el kil¨®metro 25 y el 30. Entre el 35 y el 40, cuando ya olisquea la meta, se frena hasta los 14m59s. Es la ant¨ªtesis de Gebre. El et¨ªope corri¨® en 2008 ese parcial del kil¨®metro 35 al 40 en 14m29s, 30 segundos m¨¢s r¨¢pido que Makau en 2011. Ah¨ª, justo al final, firm¨® sus 5000 metros m¨¢s veloces.

Conclusi¨®n. El fondista de la sonrisa hizo una gesti¨®n fr¨ªa del cron¨®metro, l¨®gica, razonable, guardando fuerzas para el final. Fue una calculadora. Makau, una explosi¨®n, pura energ¨ªa para llegar a meta en solitario tras reventar con sus liebres la carrera por el medio.