Como Amundsen, pero sin perros de tiro
Justo un siglo despu¨¦s de la conquista del Polo Sur, I?urrategi, Vallejo y Zabalza buscan desde ma?ana recorrer la Ant¨¢rtida en autonom¨ªa e impulsados por cometas de viento - Cada uno acarrea 170 kilos de peso
Para tres tipos como Alberto I?urrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, alpinistas recios, himalayistas contrastados y escaladores reconocidos, recorrer el terreno llano del hielo de la Ant¨¢rtida deber¨ªa de ser un ejercicio menor, en ausencia de la verticalidad que acostumbran a cotejar. O eso puede pensar cualquiera que no haya compartido con ellos los d¨ªas previos a su salida, d¨ªas de incertidumbre, trabajo y m¨¢s inc¨®gnitas ante un viaje que se estirar¨¢ casi por espacio de tres meses. Solo a base de mano izquierda y complicidad puede alguien conocer, de forma verdadera, el sufrimiento que padeci¨® el tr¨ªo durante su 'entrenamiento', meses atr¨¢s, en Groenlandia. Su discreci¨®n, su modestia y su miedo a que alguien pueda pensar que exageran les hace ser reservados, opacos, pero lo cierto es que, ne¨®fitos en el arte de las traves¨ªas polares, los tres sufrieron un calvario atravesando Groenlandia de sur a norte. "Pero aquello nos sirvi¨® enormemente", confiesa Vallejo, "porque aprendimos de verdad a manejar las cometas de viento y a corregir un mont¨®n de errores que en la Ant¨¢rtida no podemos volver a cometer". Para afrontar en aut¨¦ntica autonom¨ªa los 3.700 kil¨®metros de recorrido, arrancando ma?ana martes desde el norte (en la base rusa Novolazarevskaya), los tres integrantes del BAT Basque Team se ven obligados a avanzar de la forma m¨¢s veloz posible... acarreando cada uno 170 kilos de peso. Parece un imposible.
Hace justo un siglo, el muy famoso explorador noruego Roald Amundsen fue el primero en alcanzar el Polo Sur en compa?¨ªa de cuatro hombres m¨¢s. Su ¨¦xito, ya se sabe, fue la ruina de Robert Falcon Scott: alcanz¨® un mes m¨¢s tarde su objetivo y tanto ¨¦l como sus cuatro acompa?antes perecieron durante el regreso. Como I?urrategi, Vallejo y Zabalza ahora, el equipo de Amundsen us¨® trineos... tirados por 50 perros. "El reto, claro, es prescindir de los perros, pero en el mejor de los casos, un hombre solamente puede avanzar un m¨¢ximo de 25 kil¨®metros al d¨ªa tirando de un trineo tan pesado, as¨ª que hemos recurrido a la modernidad. Esto son cometas de viento que tiran de nosotros como los perros tiraron de Amundsen hace un siglo". Espartano como pocos y familiarizado con el sufrimiento, Mikel Zabalza recuerda escandalizado la dureza de las jornadas sin viento en Groenlandia: "Hubo momentos en los que, tirando del trineo, que pesaba 100 kilos, 70 menos de lo que pesa en esta nueva expedici¨®n, tuve que pedir a Juan y a Alberto que par¨¢semos. Cre¨ªa que me iba a desmayar del esfuerzo". Escuchar esto en boca de Zabalza es una exclusiva.
Con todo, cuando el viento hac¨ªa acto de presencia, el sufrimiento ven¨ªa relacionado con la velocidad: "Llegamos a completar hasta 250 kil¨®metros en una jornada, pero casi perdemos los cu¨¢driceps en el empe?o", se r¨ªe Vallejo. Por un lado, los brazos sujetan una cometa atada al arn¨¦s, en la cintura de los aventureros. Por otro, sujeto a la parte posterior del mismo arn¨¦s, un ancla en forma de trineo que tira en direcci¨®n opuesta. Entre medias, los cu¨¢driceps, abdominales y lumbares ejerciendo una fuerza monstruosa para que el cuerpo, que avanza montado sobre unos esqu¨ªs, no se desestabilice y caiga. Entre medias, el trineo vuelca una y otra vez, obligando al grupo a parar en ayuda del afectado. Es entonces cuando las cuerdas de las cometas se enredan... y todo esto a 30 grados bajo cero. "Tenemos la esperanza de que en la Ant¨¢rtida, m¨¢s fr¨ªa que el Polo Norte, la nieve est¨¦ m¨¢s dura y el trineo se deslice mejor, sin enganchones y vuelcos. As¨ª las palizas ser¨¢n menores", conf¨ªa Vallejo. Adem¨¢s, les han fabricado un arn¨¦s especial, que sirve tanto para escalar como (gracias a un acolchado refuerzo lumbar a?adido) para mitigar el efecto del peso en las lumbares.
Ochenta de los 170 kilos de peso que acarrea cada uno son de comida, y el resto tiene que ver con el material de escalada (el tr¨ªo tiene previsto escalar alguna v¨ªa de roca en la Tierra de Maud, as¨ª como alg¨²n pico que encuentren a su paso), el equipo de pernocta, esqu¨ªs de recambio, material de comunicaci¨®n (GPS, ordenadores, tel¨¦fonos v¨ªa sat¨¦lite, c¨¢maras de v¨ªdeo y fotos, placas solares para cargar las bater¨ªas), combustible, botiqu¨ªn y ropa de repuesto. Los expedicionarios invirtieron varios d¨ªas para empaquetar la comida: cada uno dispone de 70 bolsas, una para cada jornada, en cuyo interior hay otras tres bolsas previstas para desayuno, comida y cena hasta completar una dieta de 5.000 calor¨ªas diarias. Si acaban la comida antes de finalizar su traves¨ªa, tendr¨¢n un serio problema. Si les ocurre un accidente que les impida proseguir, su rescate tampoco ser¨¢ evidente porque la avioneta de rescate no puede aterrizar en cualquier parte. "Tendr¨ªamos que desplazarnos hasta un lugar desde donde nos evacuen...si es que podemos hacerlo, claro", razona Vallejo.
Nadie ha logrado a¨²n completar una traves¨ªa como la que afronta un tr¨ªo empe?ado en perseguir la aventura, a¨²n a costa de sufrir para reinventarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.