El polvor¨ªn del Chelsea
La divisi¨®n del vestuario en grupos y los cambios t¨¢cticos de Villas-Boas disparan la confusi¨®n en Stamford Bridge


Apenas medio a?o despu¨¦s de aterrizar en el Chelsea con el cartel del entrenador m¨¢s prometedor del f¨²tbol europeo, Andr¨¦ Villas-Boas se ha dado de bruces con uno de los grandes temores que le surgieron al aceptar la jugosa oferta de Roman Abram¨®vich,el magnate due?o de la entidad: la complicada doma de un vestuario plagado de vacas sagradas para un t¨¦cnico de solo 36 a?os. Intu¨ªa que con su edad no le ser¨ªa f¨¢cil administrar los egos de una plantilla con estrellas veteranas cubiertas de gloria, millones de libras y unos cuantos t¨ªtulos que rubricaron, bajo el mandato de Mourinho, la historia m¨¢s ganadora del club. Tambi¨¦n previ¨® el luso que la puesta en marcha del plan regenerativo que ten¨ªa en mente podr¨ªa ser torpedeado por ese ambiente viciado que suelen generar los estatus de futbolistas que lo han sido todo y que se niegan a dar a un paso al costado.
La derrota del pasado s¨¢bado ante el Everton (2-0) ha terminado por airear que ese vestuario es un polvor¨ªn y que la inseguridad t¨¢ctica que se desprende de todas las vueltas que Villas-Boas ha dado a su pizarra ni ha dado resultados ni ha convencido al grupo. Los ingleses, con Lampard y Terry a la cabeza, van por un lado; los portugueses, con Meirelles, Bosingwa y David Luiz, por otro; y los africanos y franc¨®fonos, con Drogba y Malouda como cabecillas, forman otro flanco opositor al t¨¦cnico. Los espa?oles Torres, Mata y Oriol Romeu, de momento, miran, callan y escuchan.
El propio t¨¦cnico reconoce su falta de conexi¨®n con el plantel
El vestuario considera que Villas-Boas ha mareado a la plantilla con tanto baile t¨¢ctico y que a¨²n no ha dado con la tecla. El centro de la defensa ha sido un carrusel con David Luiz, Terry, Ivanovic y con Alex . Para abrocharse en el medio ha apostado primero por Oriol Romeu, luego por Obi Mikel y con Essien cuando se recuper¨®, siempre con Lampard en un plano secundario. Con Mata nunca ha terminado de tener claro si lo prefer¨ªa en banda izquierda o por detr¨¢s del nueve. La feria de pruebas se ha acentuado a¨²n m¨¢s con los encargados de finalizar el juego. Drogba pas¨® a un segundo plano de primeras para que Torres, Sturridge y Anelka se alternaran. Ninguna de las combinaciones funcion¨®. Tampoco cuando Drogba entr¨® en el once la cosa prosper¨®. El resultado del gallinero en el que se ha convertido el vestuario y del guirigay en la pizarra es que ahora mismo el Chelsea es quinto en la Premier a 17 puntos del l¨ªder, el Manchester City. Demasiado para otro proyecto que, una vez m¨¢s, naci¨® millonario y cuyo recorrido puede acabar en los pr¨®ximos d¨ªas si este fin de semana el Chelsea es apeado de la Copa por el modesto Birmingham y la pr¨®xima semana el N¨¢poles le deja tocado en la ida de los octavos de la Liga de Campeones.
El propio Villas-Boas acaba de reconocer su falta de conexi¨®n con el plantel al ser preguntado por una supuesta bronca con el n¨²cleo duro del vestuario tras una charla t¨¢ctica en la que detall¨® los errores que condujeron a su equipo a la estrepitosa derrota en Goodison Park: ¡°Los jugadores no tienen por qu¨¦ respaldar mi proyecto. El que lo tiene que hacer es el propietario del club¡±. Y seg¨²n medios ingleses, Abram¨®vich se ha pasado dos veces en los ¨²ltimos d¨ªas por los campos de entrenamiento del Chelsea. El magnate ruso pocas veces hab¨ªa bajado al barro con esa frecuencia para apagar un incendio en el que hasta Mourinho ha entrado en escena por boca del presidente del Oporto, Pinto da Costa: ¡°Villas-Boas triunfar¨¢ en el Chelsea, porque su contrato no es de un a?o. Tiene que tener tiempo para plasmar al equipo y no puede hacerlo mientras haya jugadores, como se comenta, que se intercambian mensajes con Mourinho. Y Abramovich es consciente de ello¡±, declar¨® el lunes en una entrevista en La Gazzetta. El nombre de Hiddink vuelve a sonar con fuerza, porque las vacas sagradas a¨²n recuerdan con agrado su paso por Stamford Bridge. No ven en ¨¦l a un t¨¦cnico con barba de dandy que con 36 a?os pretende cambiar el mundo en el que el Chelsea ya no gobierna pese a que el mecenazgo a granel de Abram¨®vich contin¨²a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
