El Madrid exhibe su pegada
El conjunto de Laso impone todo su arsenal ofensivo ante un luchador Banca C¨ªvica (92-84)
Por encima de otras consideraciones, este Real Madrid tiene mucha pegada. No le hace falta al conjunto de Laso tener una noche memorable, e incluso pueden sufrir varios lapsus durante los partidos y, aun as¨ª, alcanzar registros que a otros equipos les cuesta un mundo. En eso se parece mucho a sus colegas del equipo de f¨²tbol, que met¨ªan goles en Madrid al Racing al mismo ritmo que en Barcelona ca¨ªan las canastas. Porque si algo distingue y reluce en esta plantilla es que la mayor¨ªa de sus jugadores atesora unas capacidades ofensivas destacables. Llull, Sergio Rodr¨ªguez, Carroll, Singler, Mirotic o Tomic se sienten mucho m¨¢s c¨®modos con la pelota que sin ella, viven mirando el aro, se liberan corriendo hacia delante, son gente de rachas y pueden anotar en cuanto se les da un metro. Lo llevan haciendo toda la temporada, potenciados desde la banda por el estilo que intenta imponer Pablo Laso, tan parecido al que gustaba desarrollar en su etapa de jugador.
Estos valores convierten al Madrid en un enemigo inc¨®modo, sobre todo cuando dejas que el partido se convierta en un duelo de canastas, cosa que sorprendentemente intent¨® el Banca C¨ªvica, lo que llev¨® las anotaciones por encima de los ochenta puntos, terreno mucho m¨¢s propicio para el Madrid que para los sevillanos, mejor dise?ados para otro tipo de partido. Eso s¨ª, lo pelearon hasta el final, y lograron un resultado digno, a pesar de que en dos ocasiones pareci¨® que les iba a caer un buen chaparr¨®n.
No se puede decir que el Madrid no aprendiese alguna lecci¨®n del d¨ªa anterior. Sacando el mismo quinteto inicial, su comportamiento fue bien distinto. Empezando por Llull, influyente siempre, para lo bueno y para lo malo. No termina siempre el base madridista en cuadrar su juego. Olvidada salvo momentos ocasionales la ¨¦poca en que compaginaba dos posiciones, ser base-base le exige gestionar simult¨¢neamente su juego y el de su equipo. Botar, mandar, pasar, tirar o entrar a canasta son unos cuantos factores a manejar, y no siempre le sale bien su combinaci¨®n.
R. Madrid, 92 ¨C Banca C¨ªvica, 84
- Real Madrid: Llull (17), Singler (10), Carlos Su¨¢rez (13), Mirotic (21) y Begic (9) ¡ªcinco inicial¡ª; Sergio Rodr¨ªguez (5), Carroll (9), Pocius (2), Felipe Reyes (0), Velickovic (2) y Tomic (4).
- Banca C¨ªvica: Calloway (11), Tepic (8), Urtasun (5), Rubio (7), Davis (4) ¡ªcinco inicial¡ª; Triguero (12), Satoransky (5), Izquierdo (0), Jasen (8), Bogdanovic (13) y English (11).
- Parciales: 27-14; 19-30; 30-16 y 16-24.
- ?rbitros: Mart¨ªn Bertr¨¢n, Garc¨ªa Gonz¨¢lez y Francisco J. Ara?a. Sin eliminados.
- Unos 12.000 espectadores en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Durante el primer cuarto, Llull encontr¨® la receta perfecta entre lo individual y lo colectivo, y de su mano el Madrid llev¨® al Banca C¨ªvica de cabeza hasta hacerles encajar 27 puntos, que se convirtieron en 30 (16 de diferencia) en el primer ataque del segundo cuarto, con un triple precisamente de Llull.
Era el Madrid de los halagos, de la b¨²squeda de la canasta sin demasiados reparos, del muestrario de buenos tiradores de distancia que posee. Se jugaba al ritmo que mejor le sienta al Madrid y peor al Banca C¨ªvica, un equipo m¨¢s dedicado normalmente a llevar bien sujetas las bridas de su juego que a entablar una lucha canasta a canasta con su contrincante. Aun as¨ª, eligieron el mismo camino que el Madrid hab¨ªa usado para herirles. A la carrera, a triplazo limpio, hasta endorsarle a los blancos 30 puntos en el segundo cuarto (46-44).
Visto que la rotaci¨®n no hab¨ªa hecho otra cosa que empeorar la situaci¨®n, Laso volvi¨® a su equipo base y se reedit¨® lo ocurrido en el primer cuarto del encuentro. El Madrid se convirti¨® en una m¨¢quina de hacer puntos, sobresaliendo esta vez Mirotic, al que ¨²ltimamente se le estaba echando algo en falta. Es tanto el talento que atesora este jugador que siempre se espera lo mejor.
Contagiados por el acierto de Mirotic, en el Madrid se sumaron todos y Carlos Su¨¢rez, con el en¨¦simo triple del equipo (14 de 25 en el partido, un esc¨¢ndalo de acierto) pareci¨® liquidar el partido (72-49, a dos minutos para el final del tercer cuarto). Pero as¨ª como la producci¨®n ofensiva es una de las fortalezas del Madrid, la gesti¨®n de las ventajas no est¨¢ entre ellas. Banca C¨ªvica no se rindi¨® y de la mano de Calloway se aprovech¨® del baj¨®n de tensi¨®n del Madrid, que dio el partido por concluido antes de tiempo. Pero la ventaja era tan amplia que su esfuerzo solo sirvi¨® para actuar como maquillaje.
La final est¨¢ servida. Los dos archienemigos, la mayor rivalidad que existe, el mejor ataque frente a la mejor defensa, Madrid contra Barcelona. La cosa promete.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.