El Madrid perdona al CSKA

Ni el suavizado fr¨ªo ruso, ni el campo de c¨¦sped artificial ni un rival incapaz de poner en aprietos a Casillas fueron los principales responsables de que el Madrid no lograse rematar la eliminatoria en Mosc¨². Sencillamente, no supo explotar su evidente superioridad. Se acomod¨® con la ventaja del gol de Cristiano y le falt¨® decisi¨®n para estrangular a un adversario impreciso y que dio numerosas se?ales de falta de preparaci¨®n. El CSKA llevaba dos meses sin competir por el par¨®n invernal de su campeonato y estrenaba alineaci¨®n tras comprar y vender en el mercado de enero. No estaba para estos trotes. Sufr¨ªa en cuanto ?zil y Alonso empezaban a tocar el bal¨®n. Pero aguant¨®. Aguant¨® contra pron¨®stico sin encajar el segundo tanto y en el tiempo a?adido consigui¨® su primer remate decente. Fue a la salida de una falta botada por el intr¨¦pido Dzagoev. La pelota fue al medio del ¨¢rea, donde la pein¨® Vasili Berezutski al segundo palo. All¨ª la baj¨® de cabeza Aleksei Berezutski, su hermano, para que Wernbloom, el futbolista m¨¢s oscuro y violento del equipo, la enviara a la red. As¨ª, con esta desagradable sorpresa, acab¨® la noche para un Madrid que pensaba en un paseo en el Bernab¨¦u en la vuelta.

Los dos equipos interpretaron el partido de la misma manera. Fue una lectura estrictamente profesional, originada en las pizarras y ejecutada con obediencia. Fue una noche de entrenadores. De t¨¦cnicos preocupados por evitar la clase de errores que se derivan de la posesi¨®n del bal¨®n. Mourinho organiz¨® a sus jugadores para que se anduvieran con cuidado y Slutsky parapet¨® a los suyos para que se juntaran al calor de su porter¨ªa.

El resultado fue un Madrid que sali¨® a jugar en largo para presionar en campo contrario en los balones divididos y un CSKA que consider¨® que la mejor manera de sacar provecho de la situaci¨®n consist¨ªa en esperar a que el fr¨ªo y el campo de pl¨¢stico carcomieran la moral y las piernas de su rival. A los 10 minutos, el panorama pareci¨® favorecer al cuadro ruso. Dzagoev tuvo el gol en un remate que se le fue alto y Benzema se derrumb¨® solo. El franc¨¦s pidi¨® el cambio de inmediato antes de abandonar cojo el campo, dando s¨ªntomas de haber sufrido una rotura fibrilar.

El Madrid se recuper¨® del incidente con la entereza habitual. Ingres¨® Higua¨ªn y en la primera jugada puso a prueba a Chepchugov. El portero despej¨® contra sus intereses, al centro del ¨¢rea, y por all¨ª apareci¨® Khedira. El alem¨¢n irrumpi¨® desde atr¨¢s para enganchar el disparo sin que nadie le molestara. Lo envi¨® a media altura, bien dirigido, pero Chepchugov consigui¨® rearmarse y desviarlo por encima del larguero.

La escenograf¨ªa del Luzhniki intimidaba m¨¢s que los jugadores del CSKA. Proliferaban las columnas de humo desde las gradas a?adiendo una bruma turbia a la atm¨®sfera. Volaban bengalas. La multitud llen¨® un estadio que rara vez completa su aforo de 70.000 espectadores. Solo, para ver que su equipo no consegu¨ªa salir de su campo con claridad. Ramos y Pepe bombardearon el ¨¢rea de Chepchugov con pases largos a Cristiano e Higua¨ªn. Parec¨ªa una consigna para evitar las p¨¦rdidas del bal¨®n en zonas accesibles a los contragolpeadores del equipo ruso. Las maniobras tuvieron un efecto disuasorio para Dzagoev y Aldonin, los encargados de mover la m¨¢quina. El efecto secundario fue que tambi¨¦n dejaron fuera de las acciones a ?zil, demasiado desenganchado durante casi todo el partido.

?zil elev¨® el nivel, pero
su cambio por Albiol meti¨® al conjunto local en faena

Cuando ?zil intervino, el Madrid elev¨® su nivel. Cuando no lo hizo, tambi¨¦n gener¨® peligro. El equipo dispone de un arsenal demasiado poderoso y sofisticado y puede romper cualquier esquema de cualquier manera. Incluso con un pelotazo a Higua¨ªn. El argentino se pele¨® de espaldas a los centrales y el rechazo acab¨® por casualidad en Cristiano, que andaba por la banda derecha. Su zurdazo se incrust¨® sin remedio en el fondo de la red. Rompi¨® el hielo de un partido tedioso. Pero la contienda volvi¨® a su cauce. Solo Callej¨®n y Cristiano, en sendos mano a mano con el portero, amenazaron con agrandar la distancia. Pero Chepchugov anduvo ¨¢gil.

El CSKA no reaccion¨® hasta el ¨²ltimo cuarto de hora. Entonces pareci¨® resuelto a ir a buscar el empate, quiz¨¢ alentado por el repliegue final del Madrid. Con el fin de cerrar el partido, Mourinho relev¨® a ?zil por Albiol. El t¨¦cnico crey¨® desde el principio que la eliminatoria se controlaba mejor con futbolistas de pierna fuerte y as¨ª fue que aline¨® a Khedira, Coentr?o y Callej¨®n a cambio de sentar a Granero, Kak¨¢ y Marcelo. Debi¨® de pensar que su equipo se defiende mejor sin la pelota que con ella. Se lo desminti¨® el CSKA, que aprovech¨® la concesi¨®n para dar un paso al frente, mover el bal¨®n y meterse en faena. En el ¨²ltimo instante, Wernbloom se asegur¨® de mantener abierta la eliminatoria.