El Athletic sonroja al United
El equipo de Bielsa logra una victoria indiscutible en Old Trafford (2-3) ante un Manchester United muy inferior de principio a fin
Lo que faltaba, esperaba en Manchester. Historias aparte, el Athletic necesita futuro. Presente ya lo tiene y la confirmaci¨®n lleg¨® en Old Trafford, ante un rival de post¨ªn (aunque un tanto desanimado) y con una victoria, menos contundente que su f¨²tbol. Misi¨®n cumplida en un estadio que sonaba a San Mam¨¦s multiplicando por cinco los ocho mil aficionados que llenaban el alto grader¨ªo. Era una mezcla extra?a. Un aroma entre dulce y picante a la vez el que perfumaba Old Trafford. El United ten¨ªa como un aire a diva despose¨ªda del mejor camerino mientras el Athletic abr¨ªa la puerta con la energ¨ªa del actor de car¨¢cter a¨²n joven. Dulce juventud rojiblanca frente al picante que le ponen al futbol los tipos como Giggs, con sus 39 a?os a cuestas pero con las piernas ¨¢giles para moverse pizpireto en los alrededores del ¨¢rea. Dulce y picante en la grada, donde los vascos cantaban como ingleses y los ingleses escuchaban como vascos. Y abajo, en el tapiz verde, el bal¨®n desde el principio fue del Athletic. Se lo dio el Manchester y se lo discuti¨® tan solo cuando advert¨ªa la amenaza por la guarida del ¨¢rea. Por eso el equipo de Bielsa tiraba de rondos, paseos por el mirador del jard¨ªn de De Gea, idas y venidas por el medio campo, con una elaboraci¨®n tan detallada como mal finalizada con disparos mansos, tan tocados que parec¨ªan de fogueo.
MANCHESTER UTD, 2 - ATHLETIC, 3
Manchester United: De Gea; Rafael, Smalling (Carrick, m. 54), Evans, Evra; Young, Jones, Giggs (Nani, m. 72, Park (Anderson, m. 61); Rooney y Hern¨¢ndez. No utilizados: Ben Amos, Ferdinand, Anderson, Nani, Welbeck y Fabio.
Athletic: Iraizoz; Iraola, Javi Mart¨ªnez, San Jos¨¦, Aurtenetxe; Herrera (??igo P¨¦rez, m. 83). Iturraspe, De Marcos; Susaeta, Llorente (Toquero, m. 80) y Muniain. No utilizados: Ra¨²l, L¨®pez, Koikili, Ekiza e Ibai.
Goles: 1-0. M. 21. Rooney. 1-1. M. 44. Llorente. 1-2. M. 71. De Marcos. 1-3. M. 89. Muniain. 2-3. M. 90. Rooney, de penalti.
?rbitro: Florian Meyer (Alemania). Amonest¨® a San Jos¨¦.
Unos 65.000 espectadores en Old Trafford. Unos 8.000 aficionados rojiblancos.
Pero en el fondo ambos equipos elaboraban mantequilla, con miedo a que se derramara el Manchester, sin miedo al cuchillo el Athletic. Llorente sabe que Inglaterra futbol¨ªsticamente es su segunda patria. A Smalling le toc¨® la dif¨ªcil papeleta de vaciarle de contenido. No lo logr¨®. En la primera ocasi¨®n le hizo penalti aunque el ¨¢rbitro decidi¨® que en vez de agarr¨®n hubo un abrazo de buenos amigos. Era una jugada clave porque el Athletic hab¨ªa cogido el partido por el cuello y solo necesitaba el gol para grabar su nombre.
Y el gol lo marc¨® el Manchester. Porque Giggs siempre est¨¢ cuando se le necesita y Rooney tambi¨¦n est¨¢ cuando parece que no est¨¢. Se lo invent¨® el gal¨¦s y lo marc¨® el ingl¨¦s con el Athletic atendiendo ciego al enga?o. La sensaci¨®n que produjo el gol es que el United se desmotiv¨® un poco m¨¢s. No es que estuviera para fiestas, pero fue tan escaso el esfuerzo que le exigi¨® el gol que decidi¨® dormir en su ¨¢rea y copiar todos los vicios de los equipos peque?os reserv¨¢ndose alg¨²n ronquido si llegaba el caso.
El Athletic, al borde del descanso, encontr¨® el gol ingl¨¦s. Tras tantos paseos por el jard¨ªn, un centro desde la l¨ªnea de fondo de Susaeta lo cabece¨® Llorente como los delanteros centro de toda la vida: asom¨¢ndose a la ventana. Y al Athletic el gol no le durmi¨®. Los actores de car¨¢cter cuando les aplauden en el teatro se crecen. Y si Old Trafford es un teatro, lo cierto es que el Athletic no ten¨ªa sue?o. Y por eso se enganch¨® al bal¨®n tras el descanso y no solo le quit¨® el protagonismo al United sino que le rob¨® el papel, el libreto, el guion y la jerarqu¨ªa. Le faltaba, sin embargo, echar la firma. Y debi¨® echarla Llorente cuando encar¨® a De Gea, esta vez con el pie. Y debi¨® rubricar Muniain ante su colegui, pero se empach¨® de bal¨®n y se olvid¨® de Susaeta, que caminaba solo. Pero el honor le correspondi¨® a De Marcos, el inagotable, el inacabable, el futbolista sin l¨ªmite de kilometraje, en una jugada magistral con un pase elevado por encima de los defensas y un toque sutil del delantero, que lleg¨® ligeramente en fuera de juego. El Athletic hac¨ªa tiempo que se hab¨ªa apropiado del teatro. Actuaba Ander Herrera con el tacto que le pone al juego. El tel¨®n lo abr¨ªa y lo cerraba a su antojo Javi Mart¨ªnez y por delante zascandileaba Muniain con su repertorio habitual.
El triunfo ratifica que el equipo vasco est¨¢ hecho para mirar m¨¢s lejos de lo acostumbrado
Solo el gol de De Marcos le doli¨® al Manchester. Hab¨ªa un punto de desdoro en la derrota, no por s¨ª misma, sino por la jerarqu¨ªa que le hab¨ªa robado el Athletic y que pon¨ªa su autoestima contra las cuerdas. Cierto que el United tiene su asunto m¨¢s pendiente en la Liga, donde camina por detr¨¢s del City, su vecino m¨¢s molesto. Pero perder en Old Trafford deja huella y mancha historiales aunque sea en citas no majestuosas. Por eso, solo por eso se fue arrimando el United a la vivienda de Iraizoz, m¨¢s por gallard¨ªa que por necesidad. Hall¨® un penalti para quitarse un gramo de sonrojo.
La misma gallard¨ªa que mov¨ªa al Athletic para a?adir una l¨ªnea m¨¢s a su historia. Para el equipo de Bielsa la victoria es m¨¢s que una posible eliminatoria. Es como la ratificaci¨®n de que est¨¢ construido para mirar m¨¢s lejos de lo acostumbrado, para llamar a las puertas de los grandes teatros. Cosas del destino, lo hizo en Inglaterra, donde primero mir¨® cuando naci¨® para el f¨²tbol, y ante el equipo m¨¢s aristocr¨¢tico.
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