El sue?o de la ¡®Final Four¡¯ se aleja para el Bizkaia

El Gescrap Bizkaia recibir¨¢ al CSKA la semana que viene en Miribilla sin margen de error y con el acceso a la Final Four pr¨¢cticamente vetado. Los rusos propinaron otro brusco empuj¨®n a los bilba¨ªnos haciendo valer su gran poder¨ªo f¨ªsico y su profundidad de recursos en todas las posiciones. Los de Fotis Katsikaris, no obstante, ofrecieron una versi¨®n mejorada respecto al primer choque de la serie y pueden presumir de su actitud firme y una concentraci¨®n permanente que, por momentos, sirvi¨® para minimizar sus errores.

Los vizca¨ªnos saltaron a la cancha tensos como las cuerdas de viol¨ªn, dispuestos a evitar los fallos del anterior choque en el Universal Sports Hall de Mosc¨². Sin embargo, el peso de tener que desterrar cualquier duda en el juego y mantener altos los niveles de alerta para evitar que la espada de Damocles rusa cayera sobre ellos caus¨® en un primer momento el efecto contrario. Los de Fotis Katsikaris a punto estuvieron de hundirse desde el primer cuarto sin remedio. Apretaron la defensa, pero el CSKA se cerr¨® a¨²n m¨¢s. Fueron m¨¢s agresivos, pero Kirilenko decidi¨® morder en serio.

Los rusos alargaron la mano y robaron a dos manos todos los balones que los bilba¨ªnos descuidaron. Poco a poco, el Bizkaia fue reaccionando y antes del descanso el resultado ten¨ªa otro color (41-36). El acierto de Blums desde la l¨ªnea exterior y la certera punter¨ªa de Mavroeidis abonaron el terreno para un partido mejor que el del pasado mi¨¦rcoles, el segundo mejor choque del CSKA de la temporada.

El gigante de Jonas Kazlauzkas tuvo en Shmed un asistente eficaz y en Teodosic y en Khryapa a los encargados de engrasar el reloj de precisi¨®n ruso cuando el Bizkaia aceleraba. Jackson tuvo un m¨¦rito especial en el partido porque no perdi¨® ni media ocasi¨®n.

Tras el descanso, el Bizkaia ofreci¨® una cara muy distinta a la que mostr¨® en el primer choque de la serie. Al contrario de lo que ocurri¨® entonces, los de Katsikaris fueron de menos a m¨¢s y llegaron a ponerse solo a cinco puntos por debajo. D¡¯or Fischer tuvo buena parte de la culpa. Le falt¨® al Bizkaia una pizca de suerte tambi¨¦n, aunque no remataron bien las jugadas en demasiadas ocasiones. Los bilba¨ªnos llegaban con determinaci¨®n a la canasta contraria, pero no atinaban y el bal¨®n pasaba a manos del equipo ruso una vez tras otra. La diferencia entre ambos equipos era precisamente esa. El CSKA encestaba si llegaba, el Bizkaia, no. Siskaukas y Teodosic complicaron las opciones bilba¨ªnas, pero Banic y Ra¨²l L¨®pez no se resignaron.

Tirando m¨¢s de orgullo que de una estrategia clara, el Bizkaiano pudo frenar la escalada rusa. M¨¢s fuertes en todas las posiciones, perfectamente posicionados y con la moral por las nubes, los de Kazlauzkas desplegaron sus m¨²ltiples variantes ofensivas con su gran poder¨ªo f¨ªsico. El ¨²ltimo cuarto ofreci¨® un debilitado retrato del equipo bilba¨ªno, que sucumbi¨® al CSKA con la tranquilidad de haber mejorado su juego y haber acumulado una gran experiencia de cara a futuros encuentros de Liga y Euroliga.