La tentaci¨®n del ¡®trivote¡¯
La plantilla del Madrid se divide ante la radicalizaci¨®n de la conducta de Mourinho
Las andanzas de Lass Diarra son muy comentadas en el vestuario de Valdebebas. El l¨ªder espiritual del grupo franc¨¦s del Madrid se caracteriza por una mezcla de orgullo e independencia que le ha valido el respeto de todos. Cuentan sus compa?eros que hace un mes, poco antes de que su nombre apareciera continuamente en el parte m¨¦dico de bajas, le vieron entrar en el despacho del entrenador, Jos¨¦ Mourinho, para echarle una bronca. Alguien escuch¨® la fil¨ªpica de Lass, que circula en la plantilla como sigue:
¡ªT¨² eres un traidor. Impediste que me vendieran en verano, luego me prometiste que jugar¨ªa siempre contigo y ahora que Granero te dice que tiene ofertas y se quiere ir me traicionas otra vez. Como t¨² tienes miedo de que alguien se vaya, por si triunfa, has cogido y le has puesto a Granero. As¨ª que olv¨ªdate de m¨ª. Haz tu vida y yo har¨¦ la m¨ªa. ?Te lo he dicho mil veces! ?Me tienes harto! ?No me hables m¨¢s!
Mourinho permaneci¨® en silencio. Los jugadores creen que Lass le inspira temor. No solo un miedo f¨ªsico. Entre otras razones, piensan que le teme porque cree que le necesita demasiado. Le considera uno de sus centrocampistas m¨¢s completos y le reserva para los partidos decisivos de la temporada. Material imprescindible para la construcci¨®n del trivote.
Los jugadores que representa Jorge Mendes, agente tambi¨¦n del t¨¦cnico, se distancian del resto
La alineaci¨®n del trivote ¡ªLass, Xabi Alonso y Khedira¡ª fastidi¨® a la mayor¨ªa de los jugadores del Madrid en Vila-real. ¡°El gran problema de este equipo es que Mou no sabe resolver las necesidades de creaci¨®n cuando se mide a rivales que est¨¢n esperando¡±, dice un futbolista. Desde la visita al Betis, hace dos semanas, los jugadores observaban que el t¨¦cnico prepara al equipo para defenderse m¨¢s y esto incluye resumir al m¨ªnimo la elaboraci¨®n en el mediocampo. Tambi¨¦n detectan que Mourinho abona el terreno para afrontar la culminaci¨®n de la temporada con sus jugadores m¨¢s afines ocupando puestos importantes. Los espa?oles, con Casillas a la cabeza, no disimulan su disgusto por el supuesto trato de favor a Coentr?o, Cristiano, Pepe y Di Mar¨ªa, todos jugadores representados por su agente, Jorge Mendes. El sentimiento de injusticia se dispar¨® el d¨ªa del M¨¢laga. El t¨¦cnico culp¨® a Granero del 1-1 por su infracci¨®n al borde del ¨¢rea falt¨¢ndole, seg¨²n los testigos, el respeto delante de todos: ¡°?Luego la afici¨®n pide a Granero! ?Para esto sirve Granero! ?Le quieren porque es de la cantera, pero le falta inteligencia para este nivel! ?No est¨¢ para esto!¡±.
Reunidos en la concentraci¨®n de Vila-real, un grupo de jugadores observ¨® que Mourinho parece estar esperando el error de algunos para denunciarlos mientras que a ¡°los suyos¡± les ampara. ¡°Coentr?o nos ha hecho perder partidos y siempre le ha protegido¡±, se quejaron. Las relaciones entre los futbolistas, normales hasta hace poco, padecen ahora una divisi¨®n creciente. Se rumorea en el vestuario que Mourinho se ha reunido varias veces con Pepe, Cristiano, Di Mar¨ªa y Coentr?o para animarlos a unirse a ¨¦l m¨¢s que nunca, a obedecerle ciegamente para hacer frente a ¡°la prensa¡± y a ¡°los espa?oles¡±, que persiguen su fracaso.
La mayor¨ªa reniega de un sistema de juego que amenaza a Kak¨¢ y ?zil
Mourinho prepara el regreso de Di Mar¨ªa. As¨ª lo interpretaron en el vestuario cuando en Vila-real prefiri¨® sustituir a Lass por Callej¨®n y luego por Altintop. ¡°Si pone a Kak¨¢¡±, explican en el club, ¡°y mete dos goles, le chafa el regreso de Di Mar¨ªa. En cambio, ?qui¨¦n se acordar¨¢ de Altintop?¡±. Los jugadores echaron de menos a Kak¨¢ porque, seg¨²n ellos, con sus movimientos entre l¨ªneas ayuda al equipo a controlar el bal¨®n. Con Lass eso es m¨¢s dif¨ªcil.
Algunos de sus compa?eros sospechan que la displicencia de Lass en el campo roza la temeridad. Que le da igual que lo expulsen porque detesta al t¨¦cnico. ¡°Lass te la puede liar¡±, dicen. Pero a Mourinho le gusta tanto que asume el riesgo. Al menos, hasta que le muestran la primera tarjeta amarilla.
Algunos jugadores sostienen que Mourinho busc¨® la sanci¨®n para no estar en el banquillo de Gij¨®n, en 2010, lo mismo que provoc¨® la tarjeta roja para no ir al Camp Nou en la Champions. Ahora muchos est¨¢n convencidos de que, previendo una pitada en el Bernab¨¦u, se hizo a un lado.
Mourinho no estar¨¢ en el banquillo esta noche porque organiz¨® una batahola en Vila-real. Cuando el t¨¦cnico, sus ayudantes, Pepe y Cristiano agitaron a gritos los t¨²neles de El Madrigal, tras el 1-1, el hombre m¨¢s tranquilo del mundo se present¨® ante todos reci¨¦n perfumado y con dos grandes auriculares blancos de primera generaci¨®n ausent¨¢ndole del estruendoso presente. Era Lass.
Duchado el primero, camin¨® ante su vociferante t¨¦cnico como si se paseara por el Retiro. Mourinho lo mir¨® asombrado. Hoy est¨¢ sancionado. No habr¨¢ trivote. ?Volver¨¢ en Pamplona?
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