Estado de malestar
Cristiano Ronaldo ganaba un mill¨®n al mes, que equivale a 1.400 euros a la hora
Al comerse a Procopio, la mantis Susana adquiri¨® una repentina lucidez. Comprendi¨® de pronto que todo en la vida era deporte. Amar, andar, correr, saltar, beber, estar sentado o de pie, pensar, dormir, llorar, re¨ªr o¡ hablar. Al respecto, le sorprend¨ªa particularmente la destreza que algunos pol¨ªticos mostraban en el manejo deportivo de la lengua. Precisamente, en uno de esos televisores llegados a Marte como chatarra del planeta Tierra, la mantis Susana tuvo ocasi¨®n de comprobar la tautol¨®gica locuacidad de un ministro de Hacienda, llamado Montoro, al afirmar: ¡°Cuando hayamos reducido esta dependencia financiera, seguro que vendr¨¢ la recuperaci¨®n de la econom¨ªa, habida cuenta de que, por tanto, gozaremos de la capacidad de financiar el crecimiento econ¨®mico¡± (sic). O sea que lo que quer¨ªa decir el ¨ªnclito pol¨ªtico era que, cuando las cosas fueran mejor, ir¨ªan menos peor, dedujo Susana, y se asombr¨® no solo de la capacidad pedag¨®gica del ministro, sino, y sobre todo, de c¨®mo dijo lo que dijo sin apenas pesta?ear ni trabucarse.?
Por cierto, en los ¨¢mbitos siderales, una palabra puede, en ocasiones, convertirse en un agujero negro del lenguaje. Por ejemplo, trabucar viene de trabuco, que, a su vez, nos remite a los atracos perpetrados en nombre del sentido com¨²n atribuido a las personas sensatas como Dios manda (y la Merkel bendice), seg¨²n el sentir de un Rajoy que con tanto paternalismo suele ponderar las virtudes ajenas olvid¨¢ndose de las propias cuando de cumplir la palabra dada se trata. En deportiva simbiosis, un despido flexible y una piadosa amnist¨ªa fiscal, coordinadas con un remate de tijera y patada al Estado de bienestar, provocaron el que se le hiciera agua la cavidad bucal a Susana: no tardar¨ªan en llegar terr¨ªcolas desesperados a Marte. Lamentablemente, no ser¨ªa el muslo de Cristiano Ronaldo lo que saciara los apetitos de la mantis. Era poco probable que el suculento manjar se viera afectado por una miserable reforma laboral o una traidora subida de impuestos. Sin contar primas ni contratos publicitarios, en obsceno contraste con la situaci¨®n de su pa¨ªs, el susodicho jugador portugu¨¦s ganaba un mill¨®n de euros al mes. Para que los mileuristas se hagan una idea aproximada, eso equivale a 1.400 euros a la hora. Tampoco Messi estar¨ªa dispuesto a emigrar a Marte, ni siquiera a Laponia. Un sueldo de 10,5 millones por temporada le permitir¨ªa afrontar la crisis en Barcelona incluso si, como predice Sarkozy, Espa?a acabara como Grecia.
Estas y otras cifras, unidas a que el f¨²tbol espa?ol adeuda 752 millones a Hacienda y m¨¢s de 10 a la Seguridad Social, provocaron que Uli Hoeness, presidente del Bayern M¨²nich, exclamara indignado: ¡°?Es el colmo, impensable! Pagamos a Espa?a cientos de millones de euros para que salgan de la mierda y los clubes se los gastan en cristianos ronaldos y messis ?y no pagan sus deudas!¡±. Para mitigar inoportunos afanes recaudatorios en su pr¨®ximo rival de la Champions, Florentino se apresur¨® a declarar que el Real Mourinho estaba al corriente de pagos. Por si cupieran dudas concernientes a la idoneidad del sobrenombre aplicado al club, su entrenador ha confesado al Corriere della Sera, en entrevista reproducida en Marca, que se siente el l¨ªder absoluto del Real Madrid y que hasta cuando est¨¢ de vacaciones echa de menos la sensaci¨®n de mandar. Estas ¨ªnfulas castrenses tienen el peligro de provocar efectos castradores en sus subordinados y despertar peligrosas veleidades dictatoriales en pleno Estado de malestar. En F¨²tbol, fen¨®meno de fen¨®menos, Francisco Alcaide Hern¨¢ndez nos recuerda que el Madrid ocupa el primer lugar y el Bar?a el tercero entre los 10 clubes m¨¢s ricos del mundo. ?No le inspiran estos datos al ministro de turno a la hora de ejecutar esos recortes que, en sanidad y educaci¨®n, prefieren llamar ajustes?
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