¡°Nuestro Zidane es Serrat; nuestro Cholo, Sabina¡±
Es fibroso, como un delantero centro. Y se llama Leiva (era uno de los componentes de Pereza, pero ahora el d¨²o ha partido peras, hasta nueva orden), uno de los grandes m¨²sicos de rock de este pa¨ªs. En realidad, se llama Miguel Conejo, y es Leiva desde los seis a?os, cuando el entrenador que tuvo en los alevines del Atl¨¦tico de Madrid (¡°el equipo que est¨¢ en mi alma¡±) decidi¨® bautizar a cada uno de los chiquillos con el nombre de un futbolista que entonces fuera un emblema en las alineaciones. Y a Miguel le toc¨® ser Leivinha, ¡°un gran delantero atl¨¦tico¡±. Con ese Leiva postizo ahora es conocido. Y as¨ª se presenta ¡ª¡°Soy Leiva¡±¡ª, cuando se levanta desde su silla en el Caf¨¦ Gij¨®n, donde hablamos.
En aquella alineaci¨®n infantil ¡°todos fuimos bautizados por Carlos Carmena, que era nuestro entrenador. Yo era Leivinha, pero tambi¨¦n hab¨ªa un Gullit, un Chendo, un Reinhard¡ Yo jugaba arriba, de 9, marcaba goles¡±. Ten¨ªa aptitudes..., ¡°pero nunca tuve cuerpo, lo sustitu¨ªa con cierta magia¡±. ?l hab¨ªa nacido en 1980; ese encuentro, seis a?os m¨¢s tarde, con un deporte de leyenda, le hizo ¡°un rom¨¢ntico del f¨²tbol¡±: ¡°Lo vivo con una pasi¨®n absoluta¡±.
Vio tenis, vio otros deportes. ¡°Pero la gratitud siempre me ha devuelto al f¨²tbol; me he pasado la vida pendiente de la pelota, y mi infancia fue una larga relaci¨®n con ella. Es algo que recuerdo con una felicidad incre¨ªble. Sigo jugando en las canchas que hay al lado de mi barrio. Hay un chico que tiene 16 a?os que se llama Karim y que es un mago del f¨²tbol. ?Tendr¨ªa que llamar a Guardiola para avisarle!¡±. Imagina que eres Carmena. ?Qu¨¦ nombre le pondr¨ªas al muchacho? ¡°Pues, f¨ªjate, yo lo llamar¨ªa Rivelino, de lo bueno que es, y de lo que se parece a aquel mago. El t¨ªo tiene una rapidez y una visi¨®n del juego que estremece. Antes de que le llegue el bal¨®n ya sabe qu¨¦ hacer con ¨¦l. Un astro. Jam¨¢s mira la pelota, es su aliada¡±.
En el partido que acababa de ver, Leiva se asombr¨® de ver un taconazo de Iniesta. ¡°Y luego la cogi¨® Messi, c¨®mo la levant¨®; es un verdadero superh¨¦roe del f¨²tbol; es un regalo del que nos acordaremos toda la vida¡ Pero, ?t¨² viste el taconazo de Iniesta?¡±.
Ahora bien, concede Leiva, los aficionados somos muy olvidadizos. Mira lo que pas¨® con Ronaldinho, ?qui¨¦n se acuerda ya? ¡°Es verdad. Ronaldinho era un futbolista incre¨ªble, un inventor. Pero creo que Messi est¨¢ por encima. Como Zidane. Tiene que pasar el tiempo, desde mi punto de vista, hasta que llegue un futbolista de esa casta. Era un jugador sobrado de talento; tendr¨ªa que ser recordado, y no tendr¨ªa que ser recordado en el Madrid tan solo el gran Di St¨¦fano. Zidane ten¨ªa una clase, un respeto al bal¨®n¡ Me parecer¨ªa muy ingrato que se perdiera en el recuerdo del Madrid. Era, en fin, el Frank Sinatra del f¨²tbol¡±.
¡°La piel del oso antes de Cazorla¡±
Dice Leiva, que juega desde peque?o, que en el f¨²tbol, ¡°como en la vida¡±, la paciencia es la virtud principal. ¡°En esta Liga, el Madrid vendi¨® la piel del oso antes de Cazorla. Y lleg¨® Cazorla, empat¨® en el pen¨²ltimo minuto y ya fue otra Liga. En la m¨²sica es lo mismo. Puedes estar all¨¢ arriba y de pronto todo se desmorona. Mira lo que pas¨® con Ronaldinho, y con tantos otros. No, no hay que vender la piel antes de cazarla. Ni de Cazorla¡±.
Leiva se desliza feliz por el terreno de las comparaciones. ¡°Zidane sal¨ªa de chaqu¨¦ a jugar al f¨²tbol. Era armon¨ªa, m¨²sica, que es lo que, por otro lado, me da el Bar?a ahora, incluso por su estructura. Ah¨ª est¨¢n el bajo, la bater¨ªa, y ah¨ª est¨¢ el director de orquesta. Est¨¢n quienes hacen que otros brillen. Hay uno que hace el trabajo oscuro, Busquets, que encima tiene talento para brillar, y el conjunto tiene una musicalidad que te enamora¡¡±.
Mira para otro lado, y ah¨ª ve a Casillas, ¡°que es como un extranjero en el campo, un tipo excepcional que contempla lo que pasa con el aspecto de sab¨¦rselo todo¡±. Ahora el Madrid es ¡°una apisonadora de f¨²tbol¡±. Y ¨¦l est¨¢ m¨¢s por el f¨²tbol sosegado. ¡°Rexach dec¨ªa que un toque est¨¢ bien, dos toques no est¨¢n mal y tres toques malament¡ Esa es la filosof¨ªa del Bar?a, la que impuso Cruyff en La Masia, y la que se mantiene ahora. Cruyff dec¨ªa que el f¨²tbol es el arte del enga?o. De ah¨ª viene Pep¡±.
Su amor es al Atl¨¦tico; ¡°lo sent¨ª en el colegio p¨²blico Villa de Madrid, en la Alameda de Osuna. En casa eran del Bar?a y del Athletic de Bilbao, pero yo me hice rojiblanco de Madrid. Es verdadera pasi¨®n, cuando juega bien y cuando no juega tan bien. En este momento lo que me sorprende es c¨®mo una misma plantilla con otro entrenador es capaz de hacer un f¨²tbol tan distinto. El Cholo no es un especulador, es un tipo honesto; me gusta que haya confiado en Thiago, Adri¨¢n es muy bueno, un killer de ¨¢rea. Y me importaba comprobar que el Cholo nos haya vuelto a cautivar¡±.
Pereza era ¨¦l y Rub¨¦n Pozo, y el grupo se llamaba Pereza ¡°porque as¨ª se titulaba la primera canci¨®n¡± que hicieron. Y ya que estamos en la m¨²sica, y ya que ¨¦l se llama como un gran futbolista, ?qui¨¦nes ser¨ªan hoy sus cantantes, qu¨¦ nombres tendr¨ªan sus ¨ªdolos de la m¨²sica? ¡°Pues yo te dir¨ªa que nuestro Zidane es Joan Manuel Serrat y nuestro Cholo es Joaqu¨ªn Sabina¡±.
Va a la grada; ¡°me gusta el ritual del f¨²tbol; siempre le digo a mi amigo Alejo Stivel, el fundador de Tequila, que tenemos que ir a oler le hierba del Camp Nou. Y soy amigo de futbolistas. Xabi Alonso, Granero, me gusta verlos jugar, nos intercambiamos libros¡±. ?Y c¨®mo llevan el hecho cierto de que t¨² no quieres que gane su equipo? ¡°Es compatible tener amigos de otro equipo. Ellos me lo perdonan. Quiero que gane mi Atl¨¦tico, y si me quieren me tienen que perdonar. Me perdonan¡±.
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