El Bar?a sabe perder y el Madrid sabe ganar
Era un partido de l¨ªder y el Madrid no dej¨® dudas, mientras que se vio la peor versi¨®n azulgrana de la era Guardiola en un cl¨¢sico
Por fin un cl¨¢sico en paz, discutido solo en la pradera y con un vencedor claro y sin reparos. Sin rabietas, sin malos modos, sin dedos en los ojos. La victoria del Madrid no dej¨® margen para otra interpretaci¨®n. Supo y mereci¨® vencer. Tras unos a?os de ensue?o, su rival no supo ganar, pero s¨ª perder. La m¨¢s hermosa ley del deporte. Por una vez, el cl¨¢sico, m¨¢s emotivo que futbolero, se condujo por el cauce adecuado. El mejor resultado tras unos meses de turbulencias.
Nada le sali¨® al Bar?a, deste?ido como nunca, desenchufado por un Madrid que le discuti¨® cada metro, cada pelota, cada pase, cada toque. La peor versi¨®n azulgrana de la era Guardiola en un cl¨¢sico, que no encontr¨® a nadie ni siquiera tras el ag¨®nico y epis¨®dico gol de Alexis. Un tanto de rebote en rebote que simboliz¨® como nada el coste que todo le supuso a los barcelonistas. Cristiano, ausente casi toda la jornada, restableci¨® el orden poco despu¨¦s. El Madrid no dej¨® dudas. Su f¨²tbol, como el de esta noche, no precisa de arabescos. Era un partido de l¨ªder. Como tal se comport¨® el inminente campe¨®n, que no hizo concesiones, gestion¨® como deb¨ªa el marcador y el t¨ªtulo y se fue de una plaza her¨¢ldica engrandecido. Su mayor m¨¦rito fue lograr que el Bar?a ni por asomo fuera el Bar?a, lo que no es empresa cualquiera. Lo consigui¨® el Madrid, que sali¨® reforzado no solo por su entronizaci¨®n en la Liga, sino porque se demostr¨® a s¨ª mismo que tiene la p¨®cima para fundir al Bar?a. Y que la tiene en el campo, desde lo futbol¨ªstico, lo ¨²nico que de verdad cuenta, sin pamplinas. Habr¨¢ que ver si ocasionalmente o no. Pero esta vez lo consigui¨® sin debate que valga.
Por fin un cl¨¢sico en paz, sin ruido, discutido solo sobre la pradera
Al trote Messi, desnortado Iniesta, err¨¢tico Xavi, fuera de onda Thiago, lejos de un cl¨¢sico Tello¡ El Madrid se impuso al Bar?a, tan curtido en estos retos may¨²sculos, tan competitivo en las horas finales en estas ¨²ltimas temporadas. Y lo hizo con el f¨²tbol y a partir del f¨²tbol, sin estridencias, sin hip¨¦rboles, con el banquillo en calma y los jugadores a lo suyo, como debe ser. Los madridistas no necesitaron de una pasarela. Les bast¨® con un alto grado de concentraci¨®n, mucho nervio, y una aplicaci¨®n encomiable en cada guerrilla. Suficiente. Fue una actuaci¨®n coral, sin un futbolista al toque de corneta, con todos con aire de mosqueteros. El grupo como mejor ant¨ªdoto del sistema Bar?a.
En otros cl¨¢sicos recientes, sobre todo en la primera mitad de la final de Copa y en algunos tramos de los envites en el Camp Nou, el Madrid ya hab¨ªa logrado abrir m¨¢s de un par¨¦ntesis en el juego blaugrana. El l¨ªder siempre tuvo punto y seguido, no se desliz¨® por los suburbios como en otras ocasiones. El Madrid fue un l¨ªder. No solo por el resultado, sino por su firmeza, por su capacidad para no agrietarse, para jugar con inteligencia cada segundo, para negociar siempre el marcador y su posici¨®n en la tabla. El partido, a falta de otras revanchas, m¨¢s que reafirmar al Madrid en su escalada ante el Bar?a, requer¨ªa sostener un liderato, de alguna manera cerrar el primer t¨ªtulo de la temporada. Y con ese horizonte jug¨® el Madrid, calmado, sabio. Con aire del Chelsea, con las l¨ªneas muy juntas, bajada la persiana por el centro y m¨¢s permisivo por las orillas, donde el Bar?a es manso si busca centros y no desbordes. Al rev¨¦s que los ingleses, los blancos apenas concedieron remates.
Los visitantes discutieron cada metro, cada pelota y cada pase
Hace tiempo que al Bar?a le falta punto final. Es un equipo de principios a la espera de Messi, una ruleta exclusiva pero demasiado ¨²nica. El equipo de Guardiola no llena el ¨¢rea, escenario que intenta conquistar con paciencia. A falta de pegadores natos procura que el gol caiga producto de su mimo al bal¨®n. Ocurre que el gol no siempre es hijo del juego, m¨¢xime cuando no tiene padrinazgo final. Le pas¨® anoche al Bar?a de nuevo, no tuvo colmillo ante Casillas, que pas¨® la noche en la hamaca hasta el espejismo de Alexis.
Queda ahora por ver si el punto final a la Liga tiene derivadas inminentes. El Madrid ha llegado a la altura del Bar?a, y puede traspasar este curso su list¨®n. De la Copa a la Liga y con la Champions a la vista. A la espera del final de curso europeo y de la resoluci¨®n futurista de Guardiola, queda por descifrar si estamos ante un fin de ciclo y el inicio de un nuevo reinado. Pase lo que pase fue hermoso ver a los dos equipos abrazados, con el p¨²blico aplaudiendo a los suyos y el ¨¢rbitro indiferente para todos, gran broche al encuentro. El Bar?a supo perder; el Madrid supo ganar.
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