Y Beckenbauer se fuma un habano
El Bayern celebra el triunfo hasta las cuatro de la madrugada en un hotel de Madrid
A las 3.41 de la pasada madrugada apareci¨® Manuel Neuer en la sala Neptuno del hotel Palace, de Madrid, con cara de sorpresa. Lo recibi¨® una nube de humo y una salva de v¨ªtores procedente de esa mezcla de jugadores, t¨¦cnicos, directivos y aficionados del Bayern envueltos en una juerga. El h¨¦roe se un¨ªa a la fiesta. ¡°Manuel, Manuel, Manuel¡±, corearon sus compa?eros, en reconocimiento a su portero. Tres horas antes, Neuer hab¨ªa detenido dos penaltis al Madrid (uno a Cristiano y el segundo a Kak¨¢, ambos estir¨¢ndose a su derecha) que clasificaban al Bayern para la final de la Champions en su estadio ante el Chelsea del pr¨®ximo d¨ªa 19 de mayo. Los 25 millones de euros abonados por su traspaso del Schalke, el pasado verano, quedaban amortizados.
A esas horas, Franz Beckenbauer ya se hab¨ªa retirado a sus aposentos. ¡°Necesito una cerveza: he estado corriendo 120 minutos¡±, dispar¨®, entre risas, el presidente de honor del Bayern nada m¨¢s llegar a la celebraci¨®n. Hubo cerveza a mansalva, servida por camareras alemanas ataviadas con trajes tradicionales b¨¢varos, pero era una noche muy especial y los directivos del Bayern, en la mesa presidencial, tambi¨¦n saborearon unos poderosos puros habanos. El Kaiser repart¨ªa sonrisas, aut¨®grafos y fotos mientras daba cuenta del cigarro. Compet¨ªa en el arte de fumar con otra instituci¨®n germana, Karl-Heinz Rummenigge, infringiendo ambos la ley espa?ola antitabaco ante la resignaci¨®n de los camareros del hotel. ¡°Claro que est¨¢ prohibido, pero unos lo respetan y otros no¡±, repet¨ªa uno de ellos.
Hoy es un d¨ªa hist¨®rico para el f¨²tbol alem¨¢n, comparable a la semifinal de Alemania contra Italia en el Mundial de M¨¦xico 70 Karl-Heinz Rummenigge
Antes, Rummenigge, presidente ejecutivo del Bayern, hab¨ªa pronunciado un discurso muy solemne. ¡°Hoy es un d¨ªa hist¨®rico para el f¨²tbol alem¨¢n, comparable a la semifinal de Alemania contra Italia en el Mundial de M¨¦xico 70 o a la semifinal frente a Francia de Espa?a 82¡±, declam¨®. A su lado, otro icono algo m¨¢s veterano, Uli Hoeness, ahora director general, depart¨ªa con unos y otros, activado por la euforia. ¡°Somos unos finalistas absolutamente justos. Fuimos mejores en la ida y en la vuelta¡±, proclam¨®. 36 a?os antes, Hoeness hab¨ªa errado uno de los penaltis de la tanda que dio a la Rep¨²blica Checa la Eurocopa de 1976 y convirti¨® en leyenda al centrocampista checo Antolin Panenka al batir a Maier, con una picadita por el centro, desde los 11 metros.
Mucho m¨¢s t¨ªmido, agazapado entre los jugadores, nadie pod¨ªa borrar la sonrisa de la sonrosada cara de Jupp Heynckes. Antes del partido, el entrenador del Bayern les hab¨ªa recordado a sus jugadores que ¨¦l, como t¨¦cnico de otros equipos espa?oles (el Tenerife y el Athletic), nunca hab¨ªa perdido en el Bernab¨¦u. Una manera de espantar los miedos. El entrenador que conquist¨® sin apenas reconocimiento la s¨¦ptima Copa de Europa para el Madrid no quer¨ªa ning¨²n tipo de revanchismo. ?El d¨ªa m¨¢s feliz de su carrera? ¡°Nooooo¡±, respondi¨® en espa?ol cuando se retiraba a su habitaci¨®n, a las tres de la madrugada. Sin ninguna cortapisa a la celebraci¨®n de sus futbolistas. Toni Kroos se tomaba un tequila mientras Lahm, Badstuber, M¨¹ller y Olic zarandeaban al hombre m¨¢s popular de la velada: Hermann Gerland, el encargado de la cantera b¨¢vara. ¡°Du bist der beste Mann (eres el mejor)¡±, le cantaban sus antiguos muchachos en la escuela del Bayern. Seis de ellos (Lahm, Badstuber, Alaba, Kroos, M¨¹ller y Schweinsteiger) acababan de eliminar al Madrid. Aferrado a una copa y a un habano, Gerland, excentral del Bochum, era absolutamente feliz, acord¨¢ndose de otro de sus chicos, el central H¨¹mmel, ahora en el Borussia Dortmund. ¡°H¨¹mmel es un gran l¨ªder¡±, coment¨®, lleno de orgullo.
Ajeno a la algarab¨ªa, Mario G¨®mez atend¨ªa en la recepci¨®n del hotel las visitas de sus familiares y amigos espa?oles. ¡°Son del Bar?a¡±, exclam¨® el delantero del Bayern refiri¨¦ndose a sus visitantes. Eran las 4.05 de la madrugada cuando los camareros del hotel instaron al Bayern a terminar la fiesta. El triunfo en el Bernab¨¦u bien val¨ªa un habano en el coraz¨®n de Madrid.
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