Hab¨ªan bajado juntos de Segunda a Segunda B en 1980 para volver un a?o despu¨¦s. Tocaron tambi¨¦n unidos el cielo en diciembre de 1999, cuando, l¨ªder contra segundo en Primera, disputaron un memorable derbi en Riazor. Ahora los dos grandes del f¨²tbol gallego regresan de la mano a la m¨¢xima categor¨ªa, hito jam¨¢s alcanzado. El Celta acompa?a al Deportivo en el ascenso y cierra cinco a?os de dolorosa traves¨ªa con proceso concursal y flirteo con el desastre de la Segunda B.
Es la culminaci¨®n de una apuesta a la que se lleg¨® por las apreturas econ¨®micas y la constataci¨®n de que el equipo se iba al pozo si confiaba en median¨ªas for¨¢neas el trabajo que pod¨ªan hacer futbolistas de la casa, donde germina una de las mejores canteras del norte de Espa?a. Ahora, el Celta presume de un plantel joven, con un futuro esplendoroso para varias de sus piezas y cuyo crecimiento ha sido exponencial en los ¨²ltimos meses. El delantero Iago Aspas abandera a esos chicos. Descarado, orgulloso, decisivo con sus goles y su car¨¢cter para tirar del equipo en los momentos m¨¢s complicados. Porque el Celta ha sufrido ¡ª¡°hemos jugado al l¨ªmite de nuestras posibilidades¡±, asume el capit¨¢n, Borja Oubi?a¡ª, pero ese padecimiento es una broma al lado de los tres primeros a?os tras la ca¨ªda. Fue un tiempo oscuro en el que el celtismo abandon¨® el estadio y el equipo naveg¨® a su suerte, cuando cualquier futbolista extranjero de medio pelo pod¨ªa portar la cruz de Santiago en el pecho.
Algo cambi¨® tras la salida de Ram¨®n Mart¨ªnez de la direcci¨®n deportiva y la llegada de Miguel Montes Torrecilla, que dio continuidad en el banquillo a Eusebio Sacrist¨¢n. ¡°Se asumi¨® que pod¨ªa haber malos resultados por armar un equipo¡±, rememora Oubi?a. Los marcadores mejoraron. En enero de 2010, con el equipo en zona de nadie en la Liga, un grupo de canteranos agit¨® el coraz¨®n del celtismo tras eliminar de la Copa a dos equipos de Primera (Tenerife y Villarreal) y poner contra las cuerdas al Atl¨¦tico en los cuartos de final. Fueron aquellas citas la puesta de largo de jugadores como Yoel, Roberto Lago, Hugo Mallo, T¨²?ez, Dani Abalo, Vila, Toni, Aspas o Joselu, posteriormente traspasado al Madrid. Fue cuando la afici¨®n volvi¨® al aeropuerto para recibir a su equipo.
Atr¨¢s qued¨® un concurso en el que los dos acreedores mayoritarios, Caixanova y Hacienda, condonaron una deuda de 12 y 8 millones de euros, respectivamente, y en el que el club se comprometi¨® a destinar parte de sus ingresos futuros al pago de sus deudas, lo que le obliga a poner sobre el foco del traspaso a sus mejores futbolistas.
Sobre el c¨¦sped, Eusebio forj¨® un equipo al que Paco Herrera ha acabado de dar forma. Tras pasar por todos los cargos t¨¦cnicos posibles, este extreme?o nacido en Barcelona ten¨ªa hambre de banquillo. Dej¨® el Villarreal B para aceptar la oferta del Celta hace dos veranos. Hoy, el equipo juega con un once tipo en el que rara vez baja de ocho futbolistas del vivero. Por el camino se ha recuperado Borja Oubi?a, un exinternacional que, tras dos a?os lesionado, regres¨® para aportar equilibrio y jerarqu¨ªa en la medular.
Herrera ha tenido que rectificar porque el caudal ofensivo del equipo m¨¢s goleador de la categor¨ªa se dilapidaba por pecados de juventud. Pareci¨® entonces que se iba a caer como el a?o pasado, cuando lider¨® el campeonato y acab¨® condenado a una promoci¨®n en la que el Granada le ape¨® en los penaltis. Herrera sacrific¨® a Vila y Catal¨¢, la pareja de centrales titulares, y encontr¨® solvencia en Oier y T¨²?ez, dos secundarios. Dio continuidad a Oubi?a, promocion¨® a Toni cuando el veterano De Lucas daba s¨ªntomas de agotamiento e hizo una jugada maestra cuando sac¨® al fino Aspas de la mediapunta para ponerlo en el eje del ataque con Bermejo, un fajador, a sus espaldas. Al final, apretado por el Valladolid, el equipo mostr¨® madurez para ganar sus ¨²ltimos siete partidos y firmar las tablas que necesitaba en el cierre ante el C¨®rdoba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.