Una Eurocopa a cabezazos

El juego a¨¦reo ha sido decisivo en los doce partidos jugados hasta ahora en la Eurocopa. De los 32 goles que se han marcado, doce han sido con la cabeza, una media anormal de un tanto por encuentro. En poco m¨¢s de una sola jornada se han marcado con la testa m¨¢s de la mitad de los goles que se registraron en toda la Euro de 2008 (15) y casi la mitad que en la de Portugal 2004 (17). Solo en el Rusia-Rep¨²blica Checa (4-1), Holanda-Dinamarca (0-1), en el Espa?a-Italia (1-1), en el Rep¨²blica Checa-Grecia (2-1) y, por ahora, en el Holanda-Alemania (0-2), no se han registrado goles de remates con la testa. En el 58% de los duelos disputados hasta ahora ha habido goles de cabeza.

El gol que inaugur¨® la competici¨®n fue una rosca que pic¨® con la frente el polaco Lewandowski. Los dos del dan¨¦s Bendtner y el del portugu¨¦s Pepe, esta noche, han sido los ¨²ltimos. Los de Shevchenko ante Suecia, respondieron a sendos cabezazos. Un par de horas antes, Lescott adelantaba a Inglaterra anticip¨¢ndose por arriba a un extraordinario golpeo, por lejano, de Gerrard en una falta desde la banda derecha. El domingo, Mandzukic adelant¨® a Croacia ante Irlanda de la misma forma a la salida de un c¨®rner. St. Ledger igual¨® para los irlandeses de manera muy parecida a la de Lescott, pero la falta ven¨ªa desde la izquierda, y Mandzukic cerr¨® el partido con un cabezazo ajustado al palo. Mario G¨®mez dio la victoria a Alemania con su mejor arma: un cabezazo tras un centro de Khedira desde la derecha. Sin olvidar el del rudo Dzagoev ante Polonia.

Solo en cuatro partidos hasta ahora, incluido el Espa?a-Italia, no se ha marcado de cabeza

¡°No creo que tanto gol de cabeza tenga un por qu¨¦ o que se est¨¦ defendiendo mal en las ¨¢reas, a lo mejor es que se est¨¢ rematando muy bien . Las cosas suceden y basta con que en el f¨²tbol establezca una teor¨ªa para que no se de m¨¢s. Para m¨ª, que he visto m¨¢s de 300 partidos desde 1930 hasta mediados de los 70, se remataba mejor antes de cabeza que ahora¡±, explica el t¨¦cnico Juanma Lillo. De esos 9 tantos de cabeza, cinco han respondido a jugadas de estrategia a bal¨®n parado (Mandzukic y Shevchenko, de c¨®rner y Lescott y St.Ledger, de falta lateral), que en este tipo de torneos cobran gran importancia. El ¨²ltimo, el Dzagoev, tras una falta lateral lanzada por Arshavin ha puesto de manifiesto un rasgo de estos goles: tan importante es rematarlos como disponer de jugadores que ejecuten los centros con tensi¨®n y efectos que generen dificultades a la hora de defenderlos. Los otros cuatro tantos llegaron con centros desde los laterales, tres por la derecha (Lewandowski, Mario G¨®mez y Shevchenko) y uno por la izquierda (Mandzukic).

"S¨ª que es cierto que se est¨¢n pitando muchas faltas con casi nada, que eso es bueno, y que est¨¢ habiendo muchas llegadas al ¨¢rea¡±, apunta Lillo. C¨®mo se marcan los goles o c¨®mo se llega a ¨¦l remarca estilos. El de Cesc retrat¨® el f¨²tbol de toque de Espa?a, el Di Natale, la metamorfosis de Italia, como el de Lewandowski certific¨® que el mayor caudal ofensivo de Polonia es su banda derecha. No deja de ser tampoco significativo que las dos selecciones brit¨¢nicas que participan en esta Eurocopa (Inglaterra e Irlanda) hicieran honor a su tradici¨®n de poderosos e intimidatorios en las jugadas a¨¦rea a bal¨®n parado. De los cuatro goles de Rusia ante Croacia, tres fueron con ese despliegue al contragolpe tan din¨¢mico de la escuela rusa, y uno, el 3-1, de Dzagoev, tras tocar y tocar hasta que apareci¨® el espacio, lo que habla de esa buena mezcla que parece hacer su f¨²tbol con la escuela holandesa (Hiddink en 2008 y ahora Advocaat). ¡°El f¨²tbol del Este siempre tuvo mucho movimiento sin bal¨®n, pero adem¨¢s, Rusia utiliza a casi todos sus jugadores cuando tienen la pelota y eso tiene que ver con la escuela holandesa. La mayor¨ªa de los entrenadores utilizan a todo el equipo para defender, pero no para atacar. Tradicionalmente los rusos, o los sovi¨¦ticos en la ¨¦poca de Lobanovski, siempre est¨¢n a la b¨²squeda de un compa?ero para llegar en posiciones de ventaja a la porter¨ªa, no de cualquier manera. Ucrania, en la que est¨¢ Blokhin, que jug¨® con Lobanovski, tambi¨¦n ense?¨® cosas buenas en este sentido, igual que la Rep¨²blica Checa, aunque perdi¨®¡±, concluye Lillo.