El flaco Reus, el rockero Sch¨¹rrle y el t¨¦mpano Klose
El ¡®transgresor¡¯ L?w cambia de un plumazo la delantera de Alemania para agitar al vestuario
¡°Es bueno ser descarado de vez en cuando¡±, respondi¨® con su habitual y calculada calma el seleccionador Joachim L?w cuando le preguntaron por las sorprendentes suplencias de su tridente ofensivo, M¨¹ller, Mario G¨®mez y Podolski, ante Grecia. Alemania sali¨® silbando del grupo de la muerte, hegem¨®nica, pero a L?w le pareci¨® que necesitaba agitar el once en busca de competitividad. Hay un punto de transgresi¨®n aperturista y emocional en todo lo que hace L?w, capaz de confesar que le gustar¨ªa recorrer ¡°Nepal y el Himalaya como un mochilero¡±, abrir la mano con el tabaco en las concentraciones o equilibrar el estr¨¦s de sus futbolistas, generado por la alta competici¨®n, con sesiones de yoga. ¡°Despu¨¦s de tres victorias no pod¨ªa estar enfadado con la actuaci¨®n del equipo en lo m¨¢s m¨ªnimo, pero hace d¨ªas que ya hab¨ªa planificado hacer esas sustituciones¡±.
L?w cambi¨® de un plumazo a toda su l¨ªnea delantera; Mario G¨®mez, Podolski y M¨¹ller fueron los sacrificados
No es habitual que de un plumazo un entrenador cambie a toda su l¨ªnea delantera en una gran competici¨®n como la Eurocopa cuando los partidos ya son a todo o nada. Fue un mensaje doble. Uno para la tripleta de atacantes titulares de que el banquillo es pujante y otro para las tres novedades, a los que de alguna manera su t¨¦cnico se?al¨® como potenciales titulares. Por rendimiento en el torneo y por la proyecci¨®n de sus reemplazantes, la rotaci¨®n pareci¨® m¨¢s amenazadora para Podolski y M¨¹ller que para Mario G¨®mez. Marco Reus (Dortmund, 1989) y Andre Sch¨¹rrle (Ludwigshafen, 1990), los encargados de ocupar las bandas, forman parte del relevo de la generaci¨®n Klinsmann (Lahm, Mertesacker, Schweinsteiger, Podolski) que Alemania tiene preparada para el futuro m¨¢s inmediato. Junto a Mario G?tze est¨¢n llamados a convertirse en parte del espinazo de la Alemania que compita por el Mundial de Brasil.
Reus regresa este verano al Dortmund, que ha pagado 17 millones de euros al Borussia Moenchengladbach. Hace cuatro a?os los t¨¦cnicos de las categor¨ªas inferiores le abrieron las puertas a los 17 a?os. Argumentaban sus suplencias por la extremada delgadez y no le pusieron inconveniente alguno cuando pidi¨® la carta de libertad. No fue una decisi¨®n f¨¢cil para un chico nacido en Dortmund ,que ingres¨® en el club con siete a?os y fue hasta recogepelotas. Reus se tuvo que buscar su lugar en el f¨²tbol en el modesto Roth Weiss Ahlen, al que ayud¨® con varios goles decisivos al ascenso a Segunda Divisi¨®n antes de ser recuperado para el primer nivel por el M¡¯Gladbach. Al t¨¦rmino de la ¨²ltima temporada, Woody, como le apodan por su corte de pelo a lo P¨¢jaro Loco, fue designado mejor jugador de la Bundesliga. Ante los griegos ocup¨® la posici¨®n de M¨¹ller en la banda derecha y respondi¨® a la confianza de L?w con un gol.
Sch¨¹rrle no marc¨®, pero L?w apreci¨® su capacidad para llegar desde la segunda l¨ªnea ca¨ªdo a la izquierda, pese a su condici¨®n de diestro. ?l dio el salto a un gran club alem¨¢n un a?o antes que Reus. Inici¨® esta temporada en el Bayern Leverkusen tras explotar en el Mainz, que recibi¨® ocho millones de euros por un chico capaz de montar un grupo de rock junto a sus por entonces compa?eros Holtby y Szalasi. El tr¨ªo quedaba despu¨¦s de cada entrenamiento y se atrevi¨® con algunos peque?os conciertos. La m¨²sica, para Sch¨¹rrle, es una afici¨®n, pero el f¨²tbol una obsesi¨®n. Durante los ¨²ltimos d¨ªas ha confesado que se ha dedicado a estudiar los movimientos de las defensas de los posibles rivales de Alemania de aqu¨ª hasta la final. ¡°Quiero estar preparado por si me llega el momento¡±, ha reiterado.
S¨ª marc¨® ante los griegos Klose, ahora en el Lazio. Un veterano de 34 a?os apreciado por sus entrenadores por la ejemplaridad con la que admite su p¨¦rdida de protagonismo. Nunca tuvo una mala palabra para Van Gaal cuando este, nada m¨¢s aterrizar en el Bayern, anunci¨® sin tapujos que no le serv¨ªa como titular. Tampoco ahora que Mario G¨®mez le ha desplazado como cabeza de ¨¢rea en la selecci¨®n. Habla poco, m¨¢s bien susurra, se entrena con profesionalidad y, como siempre que juega para Alemania, castiga cualquier descuido, como el de Sifakis, que pag¨® cara su mala salida.
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