Valverde vence en los Pirineos el d¨ªa que Froome entrega el Tour a Wiggins

Froome es el m¨¢s fuerte y hoy se lo dijo a todo aquel que quiso o¨ªrlo. En las ¨²ltimas rampas del Peyragudes, con Valverde extenuado y a tiro de piedra, dej¨® atr¨¢s a Wiggins, sin querer pero queriendo, mirando por encima del hombro a su l¨ªder porque es superior y lo sabe. Volvi¨® a mirar a Wiggins, y entonces habl¨® con ¨¦l y par¨®, y esa sucesi¨®n de gestos lo dijo todo. La sumisi¨®n aparente fue en realidad una muestra del orgullo de sentirse superior y una humillaci¨®n sobre Wiggins, porque Froome quiso que todos supieran que ¨¦l es el mejor. As¨ª que cumpli¨® con la jerarqu¨ªa (¡°el l¨ªder este a?o es Wiggins¡±, dijo la primera semana) pero grit¨® que nunca m¨¢s. De paso, el d¨ªa m¨¢s insospechado gan¨® Valverde porque atac¨® y atac¨® hasta la victoria final y porque Froome se rebel¨® sin consumar la traici¨®n a la jerarqu¨ªa.

El episodio de Peyragudes, reedici¨®n del episodio del pinganillo de la etapa de La Toussuire, fue m¨¢s humillante para Wiggins porque dio la impresi¨®n de que Froome ya no obedec¨ªa ¨®rdenes, sino que paraba porque quer¨ªa, en un gesto de magnanimidad hacia el l¨ªder que podr¨ªa derrocar. No lo hago, dijo ante todos, porque no quiero. Y no lo hizo, pero mostr¨® su orgullo enorme. En la meta, rendido, reponiendo fuerzas, Wiggins se mostr¨® como un campe¨®n menor al que alguien le ha entregado la corona en bandeja de plata y sin haberla ganado en la batalla. ¡°Me basta con ganar el Tour con un solo segundo de diferencia¡±, dijo ante las c¨¢maras. Y explic¨® lo que hab¨ªa ocurrido en las ¨²ltimas rampas que pod¨ªan cambiar en algo la composici¨®n del podio: ¡°Me encontraba muy bien, pero perd¨ª la concentraci¨®n y pasaron muchas cosas por mi cabeza¡±.

Por detr¨¢s de Wiggins y Froome, nada pas¨®. Igual que Froome mostr¨® ante todos que puede y no quiere, Nibali y Liquigas mostraron que quer¨ªan pero no pod¨ªan. Liquigas control¨® la carrera, todo el d¨ªa a la cabeza del pelot¨®n, para hundirse en las rampas del Peyragudes. Y con el equipo cay¨® su l¨ªder, que amag¨® pero no dio en Bal¨¦s, y que no hizo nada en el ¨²ltimo puerto de la jornada ni en la que se supone su especialidad, la bajada. As¨ª que todos los focos se los llev¨® Valverde, hasta que Froome pidi¨® paso.

El vencedor en la ¨²ltima jornada de monta?a del Tour, la que todos esperaban como la ¨²ltima oportunidad (para ganar una etapa, para ganar el maillot de la monta?a, para mover el podio no, esto ya no lo espera casi nadie) fue Valverde porque, como Froome, ¨¦l s¨ª sab¨ªa de sus posibilidades. Las calibr¨® hasta tal punto de que exprimi¨® hasta su ¨²ltima gota de sudor y hasta el ¨²ltimo segundo de su ventaja, que se esfum¨® en los dos ¨²ltimos kil¨®metros. ¡°En los Alpes y en los Pirineos solo habr¨¢ una llegada en alto en cada una, y no parece que se vayan a producir muchas diferencias. Es un ciclismo m¨¢s igualado que el de antes. Atacar de lejos es ahora una locura, una aventura dif¨ªcil de llevar a buen puerto. Cada uno nos conocemos y sabemos nuestras posibilidades¡±, dijo el corredor murciano el ¨²ltimo d¨ªa de junio, en un art¨ªculo publicado en EL PA?S.

Resulta que Valverde culmin¨® la aventura porque abraz¨® la locura y se pas¨® el d¨ªa escapado, con unos y con otros y finalmente solo. Bendita locura que le llev¨® a la gloria que olvidada por los dos a?os que pas¨® sancionado, hasta enero de este a?o. Tres se ha pasado alejado del Tour y por eso llor¨® en la meta, con la voz entrecortada, a¨²n sin resuello. ¡°Esto es algo que no se puede explicar¡±, cont¨®, mientras lo dec¨ªa todo con las l¨¢grimas. Valverde no pudo explicar su victoria porque quiz¨¢ a¨²n no sab¨ªa que hab¨ªa ganado por loco y porque Froome, otra vez ¨¦l, hab¨ªa perdonado a su l¨ªder, Wiggins.

Pr¨®logo: Las variaciones Cancellara

Primera etapa: Los domingos generosos

Segunda etapa: Contra la melancol¨ªa, Cavendish

Tercera etapa: La construcci¨®n del personaje Sagan

Cuarta etapa: ?Ser¨¢ Greipel el bos¨®n de Higgs?

Quinta etapa: Y una monta?a en San Quint¨ªn

Sexta etapa: Una guerra de guerrillas

S¨¦ptima etapa: El 'nuevo ciclismo' toma el poder

Octava etapa: Wiggins y sus 'enemigos'

Novena etapa: Wiggins, un Indurain muy locuaz

D¨¦cima etapa: Los maquis del Grand Colombier

Und¨¦cima etapa: Cuando el segundo es mejor que el primero

Duod¨¦cima etapa: Pedaleando en la luz

Decimotercera etapa: 14 de julio en S¨¨te con Wiggins

Decimocuarta etapa: Luis Le¨®n, la memoria gen¨¦tica y el instinto

Decimoquinta etapa: Una victoria sobre una garrapata

Decimosexta etapa: Wiggins, en su burbuja