El legado ol¨ªmpico

Al t¨¦rmino de cada edici¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos, el presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) tiene la tarea de intentar resumir los 16 d¨ªas de competiciones en una sola palabra. Excepcionales, magn¨ªficos o inolvidables han sido algunos de los adjetivos utilizados para describir las recientes ediciones de los Juegos celebradas bajo mi presidencia.

Pero ?qu¨¦ expresi¨®n se utilizar¨¢ para calificar los Juegos en Londres? ?Los Juegos de los r¨¦cords? Sin duda. ?Divertidos? Seguro. ?Lluviosos? Esperemos que no.

Dejando a un lado las veleidades del clima brit¨¢nico, los Juegos ya disponen de todos los elementos necesarios para el ¨¦xito. No solo para las dos semanas de competiciones, sino tambi¨¦n para mucho despu¨¦s de que se haya apagado la llama. Y ello, gracias a los organizadores, que han vinculado firmemente los Juegos al concepto del legado, es decir, a lo que quedar¨¢ del acontecimiento una vez que el ¨²ltimo deportista haya abandonado la Villa para volver a su hogar.

A los ciudadanos, como dice Coe, lo que les interesa es saber qu¨¦ quedar¨¢ despu¨¦s

El presidente del Comit¨¦ Organizador de los Juegos de Londres, Sebastian Coe, sabe que debe satisfacer a una clientela muy dif¨ªcil de contentar. Como ¨¦l mismo explic¨® recientemente: ¡°Hoy en d¨ªa, el interlocutor m¨¢s exigente de los organizadores no es el COI ni el Gobierno, sino los habitantes de la ciudad y el pa¨ªs anfitriones. Y lo que m¨¢s les interesa es saber qu¨¦ quedar¨¢ de todo esto¡±.

Por ello no es de extra?ar que Sebastian Coe y su equipo dieran un lugar prominente a esta cuesti¨®n en su candidatura. Estos Juegos lo tienen todo para dejar un gran legado a los ciudadanos de Londres y Reino Unido. Los organizadores hablaron de inspirar a toda una generaci¨®n, de revitalizar zonas empobrecidas de la ciudad y de ofrecer a los londinenses mejores infraestructuras, oportunidades de empleo y acceso a instalaciones deportivas. Gracias al apoyo inquebrantable de todos los sectores gubernamentales, ya se ha dado un gran paso para alcanzar todos estos objetivos y muchos otros.

Por cada libra esterlina utilizada para la infraestructura se destinan 75 peniques al legado. Esta iniciativa ha permitido financiar la transformaci¨®n radical de un amplio sector del Este de Londres, que ha dejado de ser un vertedero abandonado para convertirse en el nuevo y deslumbrante Parque Ol¨ªmpico. Tras los Juegos se transformar¨¢ en una innovadora comunidad sostenible que ofrecer¨¢ puestos de trabajo, alojamiento, escuelas y actividades recreativas. Gracias a la empresa encargada de gestionar el legado del Parque Ol¨ªmpico, seis de las ocho instalaciones permanentes ya han encontrado ocupantes para despu¨¦s de los Juegos, todo un logro.

Sin embargo, este tema no siempre ha ocupado un lugar tan destacado. Antes, para los organizadores, el legado era un mero elemento adicional, un concepto que a menudo se improvisaba, aunque en este aspecto algunas ciudades anfitrionas sal¨ªan mejor paradas que otras.

El COI se dio cuenta de que para que una ciudad pudiera realmente aprovechar este acontecimiento como catalizador de una renovaci¨®n sostenible el legado deb¨ªa planificarse desde el principio. Por eso ahora pedimos a todas las ciudades aspirantes que definan sus objetivos y estrategias a largo plazo cuando presentan su candidatura. As¨ª, si la ciudad resulta elegida, los organizadores ya tienen una visi¨®n clara de c¨®mo deben proceder durante los siete a?os de que disponen para preparar los Juegos y c¨®mo operar despu¨¦s de ellos.

Gracias al programa de transferencia de conocimientos, los futuros anfitriones tambi¨¦n pueden aprender de las ciudades que ya han albergado alguna edici¨®n anterior. Este programa les da acceso a una gran cantidad de informaci¨®n, como art¨ªculos de casos, programas e iniciativas de anteriores Juegos, as¨ª como an¨¢lisis del impacto que han tenido adem¨¢s de otros estudios t¨¦cnicos.

Gracias al programa de transferencia de conocimientos, los futuros anfitriones pueden aprender de otras ciudades organizadoras

Una de las primeras ciudades que se benefici¨® realmente de esta planificaci¨®n temprana fue Barcelona. Al igual que est¨¢ haciendo Londres, aprovech¨® la organizaci¨®n de los Juegos de 1992 para reactivar algunas de las zonas m¨¢s olvidadas de la ciudad, como las 100 hect¨¢reas de terrenos industriales a lo largo de la costa. La renovaci¨®n de la fachada mar¨ªtima transform¨® completamente la ciudad y, junto con el aumento de la capacidad de alojamiento que tambi¨¦n llev¨® consigo el evento, hizo de la Ciudad Condal uno de los destinos tur¨ªsticos m¨¢s solicitados. Por poner un ejemplo: antes de los Juegos, Barcelona recib¨ªa anualmente menos de dos millones de turistas mientras que el a?o pasado la visitaron 7,4 millones de personas.

Desde entonces ha habido muchos otros ejemplos. Lilleham mer 1994 sent¨® un precedente en materia de ecolog¨ªa, puesto que los organizadores de los Juegos tuvieron muy presentes los beneficios sociales y medioambientales a la hora de preparar el acontecimiento. El proyecto de Sidney 2000 inclu¨ªa la creaci¨®n de una de las zonas verdes urbanas m¨¢s grandes de Australia. Tras los de 2008, en Pek¨ªn, unos 400 millones de ni?os pudieron aprender sobre los valores ol¨ªmpicos gracias a un programa destinado a educar a los j¨®venes a trav¨¦s del deporte. Por su parte, Vancouver 2010 supuso grandes mejoras en materia de transporte, entre ellas la utilizaci¨®n de 180 autobuses h¨ªbridos que combinaban el gasoil y la electricidad, la construcci¨®n de una nueva l¨ªnea de metro que un¨ªa el aeropuerto con el centro de la ciudad y la renovaci¨®n de la autopista Sea to Sky, lo que permiti¨® viajar desde Vancouver hasta Whistler de manera m¨¢s r¨¢pida y segura.

Los organizadores de Londres se han beneficiado considerablemente de los logros de los anteriores anfitriones gracias al programa del COI de transferencia de conocimientos y a otras iniciativas relacionadas con el legado. Pronto ser¨¢ Londres la que tenga que ayudar a otros a mejorar sus proyectos.

No sabemos si los Juegos de la XXX Olimpiada ser¨¢n recordados como excepcionales, magn¨ªficos o inolvidables. El tiempo lo dir¨¢. Pero s¨ª podemos afirmar algo con certeza: Londres 2012 dispone de todos los elementos necesarios para dejar un legado duradero.

Jacques Rogge es el presidente del COI.