El Londres m¨¢s popular
En la universal ventana ol¨ªmpica, la capital brit¨¢nica exhibe su lado m¨¢s humano y costumbrista Se abren unos Juegos que, en el plano deportivo, dilucidan unas batallas ¨¦picas
Al contrario que Pek¨ªn hace cuatro a?os, Londres no apost¨® por el m¨¢s all¨¢, tan confuso en estos tiempos, y en la ceremonia inaugural mostr¨® al mundo su ¨¢lbum m¨¢s reconocible, el m¨¢s populista, el de toda la vida. En la universal ventana ol¨ªmpica, exhibi¨® su lado m¨¢s costumbrista, el m¨¢s folcl¨®rico. Lejos del exhibicionismo tecnol¨®gico de China y su gigantesca apuesta por las luces largas, el Reino Unido se inclin¨® por bucear en sus ra¨ªces, sin atajos, con el peso de su historia por delante y el inventario de sus celebridades m¨¢s populares. Con la m¨²sica como gancho, Danny Boyle, el director del show, se decant¨® por una escenograf¨ªa propia del West End, el Broadway londinense, en la que prevalecieron algunos de los personajes m¨¢s iconoclastas del paisaje brit¨¢nico.
Con un guion poco efectista, sin grandes emociones hasta que el exremero brit¨¢nico Steve Redgrave, oro ol¨ªmpico cinco veces consecutivas, y un grupo de j¨®venes deportistas encendieron el pebetero pasadas la una y media de la madrugada en Espa?a, Londres se ocup¨® de gestionar a conciencia su postal m¨¢s tur¨ªstica. Como una noche por Picadilly. Con su pel¨ªcula m¨¢s tradicional, la sede ol¨ªmpica apenas hizo gui?o alguno al futuro y tir¨® de cat¨¢logo, de archivo. M¨¢s de tres horas de espect¨¢culo con 15.000 figurantes en el escenario y sin notas que sorprendieran. Como muestra: los acordes de Carros de fuego. Un guion previsible para brindar por unos Juegos abiertos a lo imprevisto, en los que participar¨¢n m¨¢s de 10.000 atletas de 205 comit¨¦s ol¨ªmpicos, el evento m¨¢s global del planeta. No hay mayor catalizador universal que el deporte.
Con su pel¨ªcula m¨¢s tradicional, la sede ol¨ªmpica apenas hizo un gui?o al futuro y tir¨® de cat¨¢logo, de archivo
Los Juegos de 2012 arrancar¨¢n hoy con uno de sus principales iconos como protagonista, Michael Phelps, mito de la nataci¨®n y ya leyenda ol¨ªmpica, que con 16 medallas en la mochila aspira al supremo registro de las 18 de la gimnasta ucrania Larissa Latynina. El pez volador de Baltimore se ha proclamado estos d¨ªas como alguien menos voraz, pero hay pruebas m¨¢s que suficientes para poner en cuesti¨®n su supuesta falta de apetito. Frente a ¨¦l, Ryan Lochte, su musculoso compatriota, el ¨²nico que sobre el papel puede destronarle. La piscina no ser¨¢ el ¨²nico centro de debate. En estos Juegos habr¨¢ que dilucidar otras batallas ¨¦picas, como las que proponen los jamaicanos Usain Bolt ¡ªque desfil¨® como abanderado con su toque reggae¡ª y Yohan Blake en el atletismo. Y alguna m¨¢s, como el reto que propone la selecci¨®n espa?ola de baloncesto frente al dream team con Pau Gasol por bandera. El jugador catal¨¢n lider¨® la comitiva espa?ola, una de las m¨¢s amplias, con una hilera que ocupaba toda una recta del estadio, pasadas las doce y media de la noche. Una pasarela eterna en la que tambi¨¦n participaron ilustres como Novak Djokovic al frente de Serbia y Maria Sharapova con el m¨¢stil de Rusia. Y dos pa¨ªses con mensaje elocuente. Sud¨¢frica eligi¨® como timonel a Caster Semenya, una ochocentista cuyo sexo ha sido puesto en duda. Y Catar rompi¨® su anacr¨®nica barrera. Por fin abri¨® sus puertas por primera vez a una mujer ol¨ªmpica y concedi¨® a esta, la tiradora Bahya Mansour, el honor de portar el emblema nacional.
Hoy, junto a la primera puesta en escena de Michael Phelps, tambi¨¦n lo har¨¢ Mireia Belmonte, la gran baza espa?ola en su depauperada nataci¨®n, incapaz de despegar al margen del waterpolo y la sincronizada. El otro plato fuerte del d¨ªa ser¨¢ la prueba del ciclismo en ruta, con Luis Le¨®n S¨¢nchez y Alejandro Valverde al frente en ausencia del oro de Pek¨ªn, Samuel S¨¢nchez, y dos estrellas como Alberto Contador y ?scar Freire. Tras el batacazo inicial del f¨²tbol, cuyos chicos tuvieron tiempo de llegar a Londres desde Glasgow para la procesi¨®n nocturna de las banderas, Espa?a necesita despegar cuanto antes, evitar cualquier contagio pesimista. Concluida la verbena de anoche, es hora de competir.
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